¿Cómo podría resumir esa larga tensión que han tenido las comunidades afros con el empresariado del sur del Valle y norte del Cauca?
Lo primero que uno puede invocar son los informes del Centro Nacional de Memoria Histórica. Y allí hay varios reportes donde se hace referencia a las personas que trajeron a los paramilitares al territorio. Y cuando se leen esos nombres de las personas y sus apellidos, uno se da cuenta que son empresarios de esta región. Históricamente para sacar a la gente del territorio, sobre todo de la parte plana del norte del Cauca de los municipios de Villarrica, Guachené, Padilla, Puerto Tejada y Caloto, siempre ha sido a través de la opresión y el racismo contra los negros. Opresión que se ha reflejado en masacres, asesinatos selectivos, inundaciones de los predios y la imposición de los megaproyectos empresariales de las élites colombianas sobre los territorios de los pueblos indígenas, negros y campesinos. La misma forma donde ha crecido el monocultivo de la caña, es la misma forma como han actuado en tierras de la palma aceitera.
Tras el atentado, el pasado 21 de mayo el presidente Duque invitó a un grupo de líderes que sufrieron el atentado para conversar en la Casa de Nariño. ¿Cuáles fueron los compromisos y por qué sigue la tensión con el Gobierno?
Él definió: “señora ministra (Nancy Patricia Gutiérrez) del Interior respecto al decreto que está solicitando la comunidad, por favor, reunirse, hacer un plan de trabajo y sacar eso”. Esa fue la directriz en general sobre el decreto, que es lo más importante. Lo otro, es que se comprometió a hacer presencia en el norte del Cauca para dialogar con las comunidades negras sobre los temas estructurales de la región. Dijo que va al norte del Cauca, siempre y cuando avancemos con la ministra respecto a nuestras pretensiones. Otro de los compromisos es que nos va a dar respuesta integral a la carta que se le presentó.
¿Cuál es la importancia del decreto para ustedes y por qué afirman que el Gobierno se está echando para atrás?
Como el presidente Duque no se quiso comprometer con el tema de protección colectiva de entrada, porque dijo que avanzaremos primero en la construcción de este decreto, entonces, quedamos que entre el 30 de mayo o 6 de junio nos reuniríamos con la ministra Gutiérrez. Así pasó el 6 de junio pasado y firmamos un acta para avanzar en la construcción del decreto, pero también, para incorporar en el mismo un piso presupuestal que estaría en cabeza de las instituciones nacionales encargadas de los acuerdos. Sin embargo, hay que decir que la ministra no se quiso quedar hasta el final de la reunión y encargó a la directora de asuntos de comunidades negras del Ministerio del Interior para que firmáramos el acta y se la hicieran llegar al día siguiente a Popayán para firmarla. Estábamos en el norte del Cauca, nosotros terminamos de pulir los acuerdos del acta y vaya sorpresa que la ministra nunca envió el acta y solo el pasado sábado 15 de junio, fecha de reunión para avanzar, llegó el documento firmando por ella, pero con modificaciones unilaterales. Solo faltaba su firma, porque el acta lo enviamos con todas las firmas.
¿Cuáles fueron esas modificaciones?
Hay que decir que por ella ya había firmado la Directora de Comunidades Negras y que también fueron testigos y garantes la Defensoría del Pueblo y Mapp OEA. Entonces, lo que hizo ministra Gutiérrez fue enviar un documento nuevo, modificando acuerdos sensibles como el fortalecimiento a la guardia cimarrona para la protección colectiva del territorio y de los líderes sociales, incumpliendo el punto seis de los acuerdos donde hace referencia al capítulo étnico de paz que se acordó con gobierno que se daría el fortalecimiento de la guardia cimarrona e indígena. La ministra también excluyó del acta y, por tanto, quiere desconocer los acuerdos firmados con gobiernos anteriores. Y justo lo que queremos con este decreto es que dejen de burlarse de las comunidades, tenemos más de 40 actas firmadas a lo largo de la historia y nada se cumple nunca.
¿Cómo califican la actitud de la ministra del Interior, teniendo en cuenta que el presidente Duque ya había dado una directriz?
Este gobierno parece ser más corporativo y no cumple ni con lo que se compromete. La actitud de la ministra Gutiérrez es la siguiente: cambia el acta, la firma, no firma la que habíamos acordado y la envía como dando una orden: fírmenla porque yo ya lo hice. Entonces para nosotros todo esto profundiza las desconfianzas con este gobierno. Y, además, deja el sin sabor de que es un gobierno que desconoce los acuerdos que se firman entre dos partes, incluso, con garantes internacionales. Nos preocupa mucho esta actitud racista, porque como dijo Francia, si así es el desayuno no nos imaginamos el almuerzo. Hablan de legalidad, hablan de cumplir lo que se comprometen y hoy no están cumpliendo ni siquiera con la firma de un decreto.
¿Qué viene frente a la negociación con el Gobierno, a tensión por el cambio de actas y la seguridad de los líderes?
En principio la ministra Gutiérrez nos envió una propuesta de resolución, porque dice que no tiene que ser un decreto. Entonces, es una resolución que está dejando en cabeza del Ministerio del Interior, los 10 municipios donde Aconc tiene presencia y la Gobernación del Cauca, ni siquiera involucra las entidades del nivel nacional que son las que tienen los acuerdos firmados con nosotros, sino que quiere lo acordado a nivel municipal. Cosa que nosotros rechazamos y seguimos exigiendo que sea un decreto. Segundo, nosotros seguimos en la disposición de diálogo con el gobierno a pesar de todo lo que está pasando. Estamos esperando que se pueda terminar la revisión de los acuerdos en conjunto con ellos y entre el 16 y 19 de julio tener un diálogo alrededor de los acuerdos puntuales que tiene cada institución del Estado. Lo otro es que nosotros no descartamos como pueblo negro y campesinos, indígenas y otras regiones del país como Buenaventura y Chocó, es hacer una minga nacional debido a que a todos el Gobierno les está dando el mismo trato. Pero que el Gobierno no espere a que esas cosas se den para cumplir con lo que se compromete.
FUENTE: EL ESPECTADOR