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enero 17, 2018

‘Acepté mi cuerpo, en gran parte, gracias a mis redes’


La carrera de Natalia Lorenzo, de 19 años, como modelo de talla extra en EE. UU. va en ascenso.

Cuando iba a la playa o a una piscina en Estados Unidos se dejaba una camisa puesta aunque quisiera asolearse. Cuando entraba, por fin, al agua, solo asomaba la cabeza. Natalia Lorenzo (nacida en Colombia) quería evitar a toda costa que cualquier persona viera su cuerpo, el cual es considerado de ‘talla extra’ en Estados Unidos, donde vive hoy.A sus 19 años, Lorenzo es un fenómeno viral en Twitter e Instagram por sus fotos de la exhibición ‘El arte de la belleza’, en Miami, del fotógrafo Karlo Gómez. En ellas, Lorenzo aparece en traje de baño y ropa interior.

Para el pasado 11 de diciembre (un día después de la inauguración de la exposición), un tuit en el que mostraba algunas de las fotografías de la exhibición llevaba más de 200.000 ‘me gusta’. Además, hace dos meses firmó contrato con la agencia DAS Model Management como modelo curve, o sea, de talla grande.

Lorenzo nació y vivió en Cartagena hasta los 7 años, pero “fue en quinto grado (en EE. UU.) cuando empecé a ganar mucho peso, y en séptimo empecé a tener problemas alimenticios. Sufrí de mucha ansiedad y depresión por esa época porque comparaba mi cuerpo con el de las modelos de revista: altas, esbeltas, sin celulitis ni estrías”, cuenta por teléfono.

Después de aquellos episodios de tristeza, que, asegura, quedaron atrás, explica que las redes sociales fueron un impulso clave para aumentar su autoestima.

¿En qué momento tomó la decisión de aceptar su cuerpo ‘tal cual es’?

Un día me levanté y no quería aguantarme más ese sufrimiento. No me podía seguir viendo como otra persona porque esta es la forma corporal que tengo: es grande. Muchas mujeres de mi familia tienen mi misma forma corporal; digo que es génetico. Pero, bueno, hasta mi familia de Colombia que veía fotos mías en redes sociales me decían: ‘Vi que estás gorda, ¿por qué no te estás cuidando?’.

Creo que lo que me ayudó mucho a aceptar mi cuerpo fueron las redes sociales, sobre todo mi Instagram. A los 18 años empecé a poner fotos con un vestido apretado, en traje de baño, cosas así, y poquito a poco gané más confianza.

Entonces, ¿cree que para aceptar el cuerpo propio se necesita de la aprobación de los demás?

No, nunca necesitas la aprobación de nadie. Si estás feliz en tu cuerpo y con cómo te ves, eso es lo más importante.

Algunos me dicen que estoy promocionando el mensaje de ‘Oh, come lo que quieras, lo único que importa es que te guste tu cuerpo en cualquier estado’

Pero ¿hubiera aceptado su cuerpo si no hubiera sido por las redes?

Creo que tarde o temprano lo hubiera hecho, pero la ayuda de mis redes sociales lo hizo definitivamente más rápido. Muchas personas me apoyaban diciéndome que era bonita y que debía ser modelo (antes de dedicarse a eso), pero, claro que había otros que decían ‘¿por qué estás poniendo fotos así?, qué horrible’.

Algunos me dicen que estoy promocionando el mensaje de ‘Oh, come lo que quieras, lo único que importa es que te guste tu cuerpo en cualquier estado’, pero no porque una persona es un poco más grande o delgada de lo que la sociedad dice que es normal significa que uno no viva una vida saludable.

Modelos e influenciadores en internet con estándares de belleza irreales pueden perjudicar la autoestima de los usuarios.

Las redes sociales son muy poderosas; sí pueden cambiar cómo piensas de ti mismo. Por eso pongo fotos honestas en mis redes: mi celulitis, mis estrías, la forma de mi cuerpo, incluso cuáles son las poses que te hacen hacer los fotógrafos para que te veas más flaca. Si a uno no le gusta algo de su cuerpo se puede cambiar, claro, pero no hay que cambiar para verte o actuar como otra persona. A cualquiera que no se sienta bien con su cuerpo le diría que si utilizan las redes sociales deberían seguir a modelos que muestren mensajes positivos sobre el cuerpo. Que tengan el mensaje que tú necesitas para mejorar tu autoestima, no el mensaje que te hace daño. Rodéate de mensajes positivos. Es lo que puedes hacer por ti.

Si pasa mucho tiempo en redes…

Nancy Crisostomo, psicóloga educativa de la Universidad de La Sabana, le recomienda responder estas preguntas para saber si su autoestima depende de lo que publica en redes sociales.

1. ¿Cuánto tiempo paso en redes sociales en relación con mis actividades diarias?

Puede medir esto en función de cantidad de imágenes o publicaciones que pone en sus redes. Por ejemplo, si publica cinco imágenes al día y eso interrumpe otras actividades que le interesan, como su trabajo o estudio, considere reducir la cantidad de publicaciones que hace al día o, incluso, a la semana.

2. ¿Qué tan importante es si me dan o no un ‘me gusta’?

Si, al final del día, una baja cantidad de ‘me gusta’ en una foto que publicó le arruina el día, note que su estado emocional depende de esa interacción.

3. ¿Cuál es la necesidad de publicar las imágenes?

¿Es para generar conversación, para que le den muchos ‘me gusta’, para llamar la atención de otro usuario? Esta respuesta establecerá cuál es el valor emocional o agregado que les da a sus publicaciones. Si ese valor se basa en mejorar su estado de ánimo o la forma como se ve, puede ser dependiente de las redes sociales en ese sentido.

Si considera que tiene autoestima baja, la psicóloga Viviana Restrepo recomienda que se rodee de un grupo social que se abstenga de hacer comparaciones con los otros e inste a que todos tengan el criterio suficiente para valorarse a sí mismos. “Es lo único que sostiene el autoestima a largo plazo”.

¿Ayudan las redes sociales a aumentar la autoestima?

La psicóloga de la Universidad de Antioquia Viviana Restrepo explica que usar las redes sociales para sentirse mejor con uno mismo no es la mejor vía, pues hay que tener en cuenta que “las apreciaciones de los demás varían de un día para el otro, y si uno está sujeto a ellas significa que la autoestima siempre va a variar conforme al estado de ánimo de los demás”.

“Cuando hablamos de autoestima hablamos de la valoración que uno tiene de sí mismo. Cuando esta valoración depende de otros se estaría hablando de una necesidad de reconocimiento o aceptación en vez de autoestima”, explica Restrepo.

“En otras palabras, es diferente el aprecio de ‘yo con yo’ al aprecio que recibo de los demás”, aclara. “Si cualquier comentario dañino afecta la forma como se ve a sí mismo y, a su vez, cualquier comentario positivo lo favorece, nunca va a solidificar la autoestima”, concluye.

FUENTE: EL TIEMPO


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