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abril 16, 2019

La madre que salvó a su pequeña al suplantarla en Facebook


En un aberrante caso ocurrido en Barranquilla, un hombre intentó ofrecerle dinero a una menor a cambio de favores sexuales. Las intenciones del desconocido habrían sido aún más macabras.

En la última semana, en un caso que causó estupor en Barranquilla, se conoció que un hombre de 33 años de edad habría intentado ofrecerle dinero a una pequeña de tan solo 11 años a cambio de favores sexuales, aunque la familia de la menor y las autoridades sospechan que es posible que quisiera ir más allá.

En el momento de la captura del sujeto, identificado como Jorge Armando Rodríguez Ayala, en el barrio Simón Bolívar del suroriente de la capital atlanticense, las autoridades le hallaron en un morral que llevaba una muda de ropa, tijeras, guantes, vaselina y varias tarjetas SIM para celular. Sin embargo, las pesquisas aún no revelan nada más.

De hecho, quien hizo toda la recopilación de las pruebas y luego encaró al presunto delincuente sexual fue la mamá de la niña, quien tiene la costumbre de revisar en las noches el celular de la pequeña, así como sus redes sociales. Fue así como pudo darse cuenta de una extraña petición en Facebook.
Era un mensaje aterrador para cualquier padre. Allí la amiga le decía: “Un hombre me dijo para salir con él y me iba a dar 300.000, pero yo le dije que eso no me gusta y entonces él me dijo: tú conoces a esta y yo le dije que sí te conocía. Y él me dijo que te dijera a ti si tú aceptas salir con él por 300.000 o 400.000”.

“Le encontramos un mensaje de una supuesta amiguita en los contactos”, narró a SEMANA el padrastro de la menor, a quien este medio no identifica para proteger la identidad de la víctima. “Ahí le hablaba de la proposición de un tipo, para que le mandara la invitación”, añadió.

La madre, entre extrañada y ofuscada, envió la petición de amistad al perfil del desconocido, que se hacía llamar en Armando Mendoza y que tenía añadidos unos 120 contactos, todos de niñas.

Terrorífico chat

Ella envió la invitación al hombre las 10 p.m. “Más tardecito, tipo 11.30 de la noche y él contestó. Ahí comenzó todo el drama en el que mi esposa se hizo pasar por la niña y tuvo que ver mensajes morbosos, videos, llamadas… la tenía asediada feo”, prosiguió. Un drama que duró casi 10 días.

A lo largo de esas semanas la madre vio con terror cómo el hombre sabía varios detalles de los movimientos de su hija. “Te recojo en Simón Bolívar, por tu colegio”, llegó a escribirle en una ocasión.

Luego, de la nada, empezó a hablarle por su perfil en WhatsApp, incluso de otros números y usando otra identidad, para validar su confianza en la menor. “Me llamo Juan José. Me pregunto si te interesa salir. Podría darte 600.000. ¿Puedes ahora?”, a lo que le contestó la madre simulando ser su hija: “¿Quién te dio mi número?”. “Una amiga tuya”, respondió.

Rodríguez habría hecho gala de una serie de propuestas para, supuestamente, poder ganarse la confianza de la niña. Ello no solo incluía dinero, sino invitaciones a almorzar y ofrecimientos de ropa, para lo que, incluso, le pidió sus tallas.

El sujeto, según se aprecia en uno de los apartados de las conversaciones, habría llegado a hacer comparaciones de la niña con sus amiguitas: “Yo te digo algo. Para qué calmar mi calentura con ella si te tengo a ti. Ya más grande y formadita tú. Y más bella, porque si te digo una cosa, estás es bien buena tú”.

Sangra fría

En medio de la fuerte impresión que le dejó ver todas estas interacciones, la madre se llenó de sangre fría y se puso como objetivo desenmascarar al hombre. Para ello se propuso conocer el rostro de su interlocutor, aunque todavía faltaban fuertes episodios que la familia debió afrontar en soledad.

El sujeto habría procurado no mostrar su rostro en ninguno de sus perfiles y ella debía ganarse su confianza. Inició pidiendo fotografías, tras lo que escribía “listo, pero te enviaré una de lo que vas a meter también”. A continuación habría enviado fotos pornográficas de enormes miembros viriles, sin importar de que del otro lado, supuestamente, había una pequeña de 11 años.

Sobreponiéndose, la madre logró contactar por videollamada al supuesto acosador excusándose por no poder mostrar su cara. Del otro lado el sujeto, movido por sus bajas pasiones, no solo mostró su rostro sino que se masturbó. Así ocurrió en varias ocasiones.

En medio de la fuerte impresión que le dejó ver todas estas interacciones, la madre se llenó de sangre fría y se puso como objetivo desenmascarar al hombre.

La fijación de Rodríguez con la niña al parecer iba creciendo, por lo que la madre creyó que ya era hora de poner fin a todo y ponerle una cita en compañía de las autoridades, que durante todo este proceso lo único que le aconsejaron es que mantuviera el contacto. En el CAI no le prestaron mucha atención.

A pesar de su soledad en este empeño, no bajó la guardia y procedió a citar a al presunto acosador de su hija junto con tres amigas cerca de un colegio del barrio Simón Bolívar. Llegaron varias horas antes del momento acordado para evitar que escapara.

El tiempo pasó y Rodríguez no aparecía, hasta que una de las mujeres lo detectó en un supermercado cercano. Dio algunas vueltas y llegó al sitio pactado y allí se encontró frente a frente con la madre, quien no dudó un segundo en írsele encima y gritar a todo pulmón que era un violador.

La gente que pasaba por el lugar ayudó a capturar al hombre, que desde entonces no pronunció palabra. Tal fue el escándalo que al rato llegó la patrulla del cuadrante y capturó a Rodríguez. Le encontraron una bolsa con varios objetos que daban para pensar en que planeaba algo más allá de accederla carnalmente.

Por lo pronto, el sujeto fue asegurado por un juez y enviado a la penitenciaría de El Bosque de Barranquilla, mientras fue imputado por el delito de explotación sexual de menores. Aún así, el calvario para la valiente madre y su familia no termina, porque todavía sienten temor de que el hombre pueda hacerles daño; tampoco han recibido apoyo psicológico de las entidades del Estado.

Ellos no buscan mayor apoyo y su anhelo es volver a la vida de antes de que un hombre hiciera uso de las redes sociales para intentar abusar de su hija menor de edad.

FUENTE: SEMANA


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