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enero 13, 2025

2025: un año de conmemoraciones históricas por los derechos de las mujeres


Este año se recuerdan varios hitos históricos que muestran los avances importantes hacia la igualdad de género, pero también revelan los desafíos que siguen existiendo a nivel mundial.

El 2025 simboliza un año de conmemoraciones importantes en la lucha mundial por la igualdad de género y los derechos de las mujeres. Se cumplen 50 años desde la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, 30 años desde la adopción de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y 25 años desde la primera vez que se reconoció el impacto desproporcionado de la guerra en la vida de las mujeres.

Estos aniversarios, impulsados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), no solo celebran los avances logrados, sino que también ponen de manifiesto los desafíos persistentes en la aplicación de los acuerdos globales sobre los derechos de las mujeres. Y es que, si bien en el último medio siglo se han producido avances significativos en esta materia, aún no hay ningún país que haya alcanzado la paridad de género, y, a nivel global, cada diez minutos una mujer es asesinada.

50 años desde la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer

A principios de la década de 1970, los movimientos feministas cobraron fuerza en todo el mundo, impulsados por las demandas de igualdad en el trabajo, derechos reproductivos y el fin de la violencia de género. En ese contexto, las Naciones Unidas declararon 1975 como el Año Internacional de la Mujer, con la intención de llamar la atención sobre las persistentes desigualdades a las que se enfrentan las mujeres. Fue así como Ciudad de México se convirtió en la sede de la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada del 19 de junio al 2 de julio de 1975. Representantes de 133 países, junto con más de 6,000 delegadas de organizaciones no gubernamentales (ONG), se reunieron para debatir estrategias de promoción de la igualdad y la autonomía de la mujer.

De esta primera conferencia surgió el concepto de “Decenio para la Mujer”, un mecanismo para evaluar avances en materia legislativa y se centró en temas clave como el empleo, la salud y la educación. También se creó el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), que más adelante se integraría en lo que actualmente es la Entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU Mujeres).

Uno de los aspectos más destacados de la conferencia fue su énfasis en las mujeres de los países en desarrollo. Problemas como la pobreza, el analfabetismo y la mortalidad materna ocuparon un lugar central, subrayando la intersección entre la desigualdad de género y las disparidades socioeconómicas, una relación que el feminismo de la época comenzaba a señalar. No obstante, aunque la conferencia fue un hito histórico, las tensiones geopolíticas de la Guerra Fría también influyeron en las discusiones, y algunos debates se centraron más en las divisiones ideológicas que en la igualdad de género.

30 años de la Declaración de Beijing

La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, adoptada en 1995 durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, es considerada uno de los planes más completos para alcanzar la igualdad de género. Este hito se produjo en un contexto en el que los movimientos feministas ya habían ganado impulso, aunque aún enfrentaban resistencia y estigmatización por la sociedad de la época. Basándose en esfuerzos anteriores como la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), la declaración proporcionó un marco viable para abordar la desigualdad sistémica.

En la conferencia, 189 gobiernos y más de 4,000 organizaciones de la sociedad civil se reunieron, demostrando un compromiso mundial sin precedentes con los derechos de las mujeres. Se identificaron 12 áreas críticas, que van desde la pobreza y la educación hasta la violencia contra la mujer y la representación política. Bajo el lema “Los derechos humanos son los derechos de las mujeres y los derechos de las mujeres son los derechos humanos”, la Declaración de Beijing trazó una hoja de ruta para erradicar la discriminación por motivos de género.

En los 30 años transcurridos desde Beijing, se han logrado avances significativos en varios de los ámbitos identificados. Por ejemplo, en educación básica, la UNESCO reporta que la brecha de género se ha reducido considerablemente y, en algunas regiones, las niñas tienen más probabilidades que los niños de completar la escuela. Además, según la base de datos sobre violencia contra las mujeres de ONU Mujeres, antes de la declaración, solo unos doce países contaban con sanciones legales para la violencia doméstica. Sin embargo, tras tres décadas de aplicación, en diciembre de 2024 se habían registrado 354 legislaciones que sancionan y buscan prevenir este tipo de violencia basada en género.

25 años desde la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU

Adoptada en el año 2000, la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU supuso un cambio de paradigma al abordar las experiencias únicas de las mujeres en contextos de conflicto y posconflicto. La resolución reconoció por primera vez el impacto desproporcionado de la guerra en las mujeres y el papel fundamental que desempeñan en la construcción de la paz y la resolución de conflictos.

Este documento estableció cuatro pilares: participación, protección, prevención y socorro y recuperación. Estos pilares definieron un marco para integrar la perspectiva de género en las iniciativas de paz y seguridad, e instaron a los gobiernos y a la comunidad internacional a garantizar la participación de las mujeres en los procesos de paz. En 2016, el Acuerdo Final de Paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC se convirtió en el primero de la historia en incorporar un enfoque de género y en reconocer de manera transversal el impacto diferencial del conflicto armado en la vida de las mujeres.

En los últimos 25 años, la resolución ha generado cambios importantes. Un total de 100 países han creado planes nacionales de acción para poner en práctica sus recomendaciones, adaptándolas a sus realidades locales, y se ha logrado una mayor inclusión de las mujeres en las negociaciones de paz. La resolución también ha fortalecido los esfuerzos para procesar y condenar el uso de la violencia sexual como arma de guerra.

Pese a los avances, la aplicación ha sido desigual. Las mujeres siguen estando subrepresentadas en los procesos formales de paz y continúa siendo difícil hacer justicia y hacer un seguimiento adecuado de la violencia de género en los conflictos. Un informe reciente de la ONU reveló que, en la actualidad, más de 600 millones de mujeres y niñas se ven afectadas por la guerra, lo que representa un aumento del 50% en la última década.

Así, 2025 se perfila como un año de aniversarios de eventos importantes, cuyas conmemoraciones ofrecen una oportunidad para mirar hacia atrás y evaluar los avances logrados, así como lo que aún queda por recorrer. En palabras de Sima Bahous, directora ejecutiva de ONU Mujeres, “recuerdan lo lejos que hemos llegado, pero también lo mucho que falta por avanzar. Suponen una llamada a la acción”.

FUENTE: EL ESPECTADOR


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