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agosto 5, 2024

Mujeres y niñas con discapacidad, las más expuestas a la “explotación sexual” en Guatemala


Las niñas y mujeres con discapacidad están más expuestas a sufrir “explotación sexual”, “violencia y “trata de personas” en Guatemala, según la presidenta del Benemérito Comité Pro Ciegos y Sordos del país, María de los Ángeles Soberanis, quien reivindica que se aborden los retos de las personas con ceguera y sordera con un enfoque de género.

“La discapacidad debe verse desde una perspectiva transversal e interseccional en todos los ámbitos de la vida. Es importante que enfaticemos que las mujeres y niñas [con discapacidad] que viven en poblaciones rurales e indígenas” sufren “una discriminación más acentuada”, asevera la directiva en una entrevista con Efeminista.

Con motivo de su visita al país para participar en la presentación del Foro Económico de las Mujeres (WEF, por sus siglas en inglés) en Ecuador, Soberanis señala que es importante garantizar el acceso a la educación a las mujeres con sordera y ceguera para que tengan más herramientas a la hora de “combatir la violencia, la explotación sexual y la trata de personas a la que se ven expuestas”. 

Por todo ello explica que es urgente “romper con los roles [de género] aprendidos, de tal manera que las niñas tengan acceso a una educación de calidad y a carreras técnicas y científicas, para que puedan convertirse en profesionales y romper con ese esquema al que han estado subyugadas

Derecho a la salud sexual y reproductiva

En Guatemala el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo es muy restrictivo. Sólo se puede abortar en caso de que la vida la mujer o persona gestante embarazada corra peligro y aún así, en ocasiones, no se lleva a la práctica esta causal, según denuncian organizaciones nacionales e internacionales, como Planned Parenthood.

En este contexto, Soberanis afirma que “suele suceder” que las mujeres con discapacidad no pueden elegir en libertad si desean abortar por la única causal permitida.

Porque, como expone, el Código Civil de Guatemala “todavía contempla que las personas con discapacidad pueden ser motivo de interdicción”, es decir, “no tienen la posibilidad de ejercer su voluntad”.

“Nuestras sociedades deben ir cambiando para que estas personas sean consideradas sujetos de derecho y no objetos”, sentencia.

“Es muy importante que las mujeres tengan derecho a cuidarse, a tener una adecuada salud sexual y reproductiva, y a tomar sus propias decisiones”, señala.

Es por ello que llama a que la ciudadanía tome conciencia sobre estas realidades y se fomente así una “cultura de denuncia” ante los abusos y la vulneración de derechos humanos.

La presidenta del Comité de Ciegos y Sordos de Guatemala, María de los Ángeles Soberanis, denuncia la situación de las mujeres con discapacidad. EFE / José Jácome

Capacitación en el acceso a la justicia

En este sentido, Soberanis expresa que es indispensable “capacitar a los servidores públicos en el acceso a la justicia” para que las personas con sordera o ceguera “tengan la oportunidad de manifestarse” a través de “la lengua de señas”.

La presidenta del Benemérito Comité Pro-Ciegos y Sordos de Guatemala sentencia que es momento de dejar atrás el “esquema de impunidad en el que estas personas no tenían la oportunidad de enunciarse y recibir el respaldo de la sociedad”.

Y recuerda que todo el mundo puede sufrir una pérdida auditiva o visual, ya que “no necesariamente se nace así, se puede adquirir a lo largo de la vida”.

Integración social y laboral

Preguntada por el trabajo que realizan desde la entidad que preside, Soberanis explica que buscan una integración que permita a estas personas “demostrar su capacidad más que su discapacidad”, y que se les “tome en consideración en entornos laborales” porque “tienen derecho a generar su economía y contribuir a su hogar”, explica.

La también experta en cooperación internacional incide en que queda mucho trabajo por realizar en el ámbito educativo y laboral, pero celebra el cambio en el “imaginario social” con respecto a las personas con sordera y ceguera.

“Hemos logrado movernos del enfoque de caridad o lástima, que es como no se debe tratar a las personas con discapacidad”, apunta.

“Luego se pasó a un enfoque médico rehabilitador en el que se creía que estas personas tenían una enfermedad”, continúa, pero concluye que la discapacidad realmente responde al entorno en el que se mueve la persona en la sociedad”.

FUENTE: EFEMINISTA


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