En su edición de 2024, la marcha tendrá como lema “Nada que Curar”. Se llevará a cabo el 30 de junio y arrancará desde el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación hasta llegar a la Plaza de Bolívar de Bogotá.

Durante 42 años, la marcha del Orgullo LGBTIQ+ ha sido convocada para celebrar la diversidad y el amor en todas sus formas, visibilizando y reivindicando los derechos de una población históricamente marginada. En esta ocasión, se convoca bajo el lema “Nada que Curar”, una expresión que hace referencia al rechazo a las mal llamadas “terapias de conversión”, que está en la agenda LGBTIQ+ del 2024, tras la radicación del proyecto de ley que busca prohibirlas.

La marcha tendrá lugar el domingo 30 de junio e iniciará aproximadamente a las 2:00 p.m. El recorrido comenzará en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, avanzando por la calle 26 hasta la carrera 13. Desde allí, subirá por la calle 19 hasta la carrera Séptima, donde los participantes caminarán hasta la Plaza de Bolívar, concluyendo en este lugar con diferentes muestras artísticas organizadas por la Mesa de trabajo LGBTIQ+ de Bogotá.

El inicio de la marcha tiene una importancia simbólica para diferentes colectivos, según explica Danne Aro Belmont, activista y directora de la Fundación GAAT, “en este espacio, en los columbarios que se encuentran allí, fueron enterradas algunas compañeras trans. Una población que históricamente ha sido aniquilada e invisibilizada, en razón de la violencia y por expresar su identidad de género cuando habitaban el barrio Santa Fé”.

Así mismo, la marcha estará enmarcada bajo el eslogan “Nada que Curar”, con el fin de visibilizar el proyecto de ley 272, que busca prohibir en el país la práctica de los Esfuerzos de Corrección y/o Represión de la Orientación Sexual, Identidad y Expresión de Género (ECOSIEG), las mal llamadas “terapias de conversión”. Esta iniciativa pretende evitar que las personas LGBTIQ+ sean sometidas a maltratos y violencias bajo el pretexto de “curar” su orientación sexual o su identidad de género. No obstante, el proyecto legislativo está a punto de hundirse en el Congreso.

Las “terapias de conversión” son una forma de tortura, según Naciones Unidas. Pues allí, se someten a adultos y a niñas a exorcismos, violaciones sexuales, golpizas, desnudez forzada, tratamientos hormonales, hasta lobotomías. El proyecto de ley, al igual que la marcha del Orgullo, tiene el objetivo de concientizar sobre que estas prácticas vulneran los derechos fundamentales de las personas LGBTIQ+.

FUENTE: EL ESPECTADOR