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noviembre 16, 2023

Mujeres de Negro: “En la guerra no hay vencedores. Sólo la paz traerá seguridad”


  • Conversamos con la representación en Madrid de la organización Mujeres de Negro, organización de mujeres palestinas e israelíes con más de tres décadas de trabajo por la paz.
  • “En este conflicto se está perpetrando un genocidio destinado a hacer desaparecer al pueblo palestino. Nos parece inaceptable la impunidad de quienes cometen crímenes de guerra tanto en este conflicto como en los que puedan producirse en un futuro”.
  • Destacan las iniciativas de paz y convivencia que surgen en entre la población civil israelí y palestina, y recuerdan que “será necesario trabajar para sanar las heridas, reconstruir el tejido social y encontrar nuevas formas pacíficas de relación y convivencia entre las sociedades israelí y palestina”.
  • Y, sí, ven posible un futuro de paz.

Con 35 años de recorrido, Mujeres de Negro se ha convertido en referencia del fomento de la paz, la convivencia y el diálogo. Corría 1988, cuando grupos de mujeres de Israel y Palestina salieron a la calle para protestar por la ocupación de los territorios palestinos. Narran cómo a partir de la segunda Intifada se dificultó mucho la comunicación entre ellas. En aquel momento, el muro que las separaba les impedía encontrarse, de este modo, el número de mujeres palestinas disminuyó: los grupos de Mujeres de Negro pasaron a ser solo mujeres israelíes y mujeres árabes que vivían en Israel.

Mientras cuentan su trayectoria, destacan que entonces “no solo se instauró un muro físico entre los territorios, sino que el militarismo -tanto del Estad de Israel, como de Palestina-, la diferencia entre la autonomía de las mujeres israelíes frente a las restricciones para el movimiento de las palestinas, las diferencias culturales… todo eso también ha supuesto un muro físico entre ambas”.

A lo largo de los años, Mujeres de Negro se fue extendiendo por otros lugares del mundo, tanto en zonas con conflictos, como la ex Yugoslavia o Colombia, como en otros lugares en los que se en los que se dedican a denunciar la situación de Palestina, a difundir la voz de Mujeres de Negro en Israel… Lo más relevante en este momento es que se han sumado muchos grupos que trabajan para generar cambios en la sociedad israelí.

El balance de personas asesinadas desde el 7 de octubre no para de crecer, ¿qué impacto específico está teniendo este conflicto en las mujeres?

No tenemos muchos esos datos porque no tenemos contacto directo con mujeres palestinas; tampoco nos están mandando mucha información las mujeres israelíes que conocemos. Pero no solo nos faltan datos a nosotras es que, en general, hay una seria falta de información porque no hay observadores sobre el terreno; hay unos pocos periodistas a quienes se recurre para obtener esa información. Se pregunta a personas en la calle para que nos hablen de sus familiares y los pocos datos que nos llegan hablan de falta de materiales en los hospitales, falta generalizada de agua potable y falta de todo tipo de recursos: electricidad, comida, medicinas, etc. Sabemos que esto afecta especialmente a las mujeres y más aún si están en una situación especialmente vulnerable como partos, lactancia, cuidado de criaturas o con la menstruación. No podemos ni imaginarnos el dolor de las madres que tengan niños y niñas pequeñas a su cargo y tengan que hacerlos dormir o consolarlos mientras caen las bombas; el dolor de la gente que se encuentra que toda su familia ha sido asesinada en un segundo ni el dolor de tener que abandonar a sus familiares muertos.

Cuando los bombardeos cesan, la violencia no desaparece: siguen las carencias y aumentan otras violencias más cotidianas e invisibles.

Mujeres de Negro recuerda que “una de las grandes dificultades en las guerras es conocer la verdad. Las mujeres palestinas organizadas ahora se tienen que dedicar a la supervivencia y las israelíes que cuestionan las acciones de su gobierno son señadas. En tiempos de guerra el trabajo por la paz se invisibiliza y solo se da voz al dolor y al odio”.

Advierten, además, que “ahora hay mucha atención mediática porque estamos ante el conflicto más crudo, pero cuando los bombardeos cesan, la violencia no desaparece: siguen las carencias y aumentan otras violencias más cotidianas e invisibles. Y todo eso pasa sin que haya periodistas que lo expliquen, pasa desapercibido a los ojos del mundo”.

Su trayectoria en la defensa de la paz en la región y en otros lugares del planeta es enorme, ¿qué iniciativas se están produciendo en esta dirección en este momento?

Se están dando muchas iniciativas en defensa de la paz. Sobre el conflicto Palestina-Israel, las Mujeres de Negro de Israel nos han enviado hace poco un llamamiento que firman junto con otros grupos para denunciar la violencia tan brutal que están padeciendo a raíz del ataque de Hamás. En este llamamiento dicen “Una y otra vez es evidente que no hay solución militar a este conflicto, ni puede haberla nunca. En la guerra no hay vencedores. Sólo la paz traerá seguridad.” Es importante destacar la labor de muchos grupos que trabajan en Israel en este sentido documentando las violaciones de los derechos humanos, sensibilizando a la población civil o protestando ante su gobierno. También trabajan para denunciar los efectos de los muros que dividen los territorios ocupados o apoyando a la objeción del servicio militar. La construcción de paz es un trabajo continuo.

El desarme es fundamental para frenar los conflictos actuales y futuros.

Continúan desgranando distintas iniciativas a favor de la paz. Nos cuentan que existen colectivos que difunden las iniciativas de boicot económico a productos comercializados por Israel. “En este sentido, apoyamos a otros grupos que promueven estrategia de boicot”. En la conversación aparece también el trabajo que se realiza para frenar la escalada armamentística y, en concreto, de las armas nucleares. “Ocurrió un hecho relevante y curioso en Israel. Un ministro declaró que era el momento de usar armas nucleares e inmediatamente fue destituido. Este hecho lo interpretamos como un reconocimiento implícito de que Israel tiene armas nucleares, aunque no haya querido reconocer nunca. Consideramos fundamental el desarme para frenar los conflictos actuales y futuros”.

En relación al apoyo a la objeción de conciencia, “como forma de oposición al militarismo y las guerras”, hacen un pedido al Gobierno español: “Es fundamental abrir las fronteras y acoger tanto a la población civil refugiada como a los objetores de conciencia israelíes. Tanto el Gobierno de España como la Unión Europea deben tener una actitud abierta y proactiva a acoger a objetores y desertores en general, como hemos hecho en otras guerras”.

Acciones diversas para la construcción de la paz

La labor de Mujeres de Negro tiene múltiples vértices. “Difundimos iniciativas no violentas que, en todo el mundo -también en España-, intentan frenar el comercio de armas evitar la salida de armamento de los puertos. Los estribadores han bloqueado la salida de armas de los puertos; también se han hecho movimientos de este tipo en las fábricas de armamento. En Barcelona ha habido fuertes protestas en la fábrica de Airbus contra la venta de sus productos al ejército de Israel; el pasado 7 de noviembre se manifestaron cerca de 7.500 personas (…) Nuestro trabajo no se acabará cuando acabe este conflicto. Más bien se trata de generar resistencias entre la población civil ante cualquier conflicto, ante cualquier violencia o militarización social”.

Como mujeres que defienden los procesos de paz, ¿qué salida le encuentra al conflicto y a un futuro de paz? ¿Es posible?

Sí vemos posible un futuro en paz. Si de alguna forma Israel se siente suficientemente presionado, se verá obligado a para los bombardeos y permitir la entrada de ayuda humanitaria y observadores internacionales en los territorios ocupados. Pero esta presión tiene que venir en primer lugar por la oposición interna. Esta es la razón por la que apoyamos a los grupos que trabajan para sensibilizar a la población israelí.

La presión debería ser más fuerte para lograr que empezaran las negociaciones.

La presión internacional tiene que ser fuerte y efectiva. En este sentido los vetos de ciertos países en la ONU no favorecen que el multilateralismo presione hacia el fin de los conflictos. Israel, que se creó por una resolución de la ONU, debería acatar las resoluciones de la ONU, pero no lo hace. En este conflicto se está perpetrando un genocidio destinado a hacer desaparecer al pueblo palestino. Nos parece inaceptable la impunidad de quienes cometen crímenes de guerra tanto en este conflicto como en los que puedan producirse en un futuro.

La presión debería ser más fuerte para lograr que empezaran las negociaciones. Lo primero será conseguir un alto el fuego y el fin de la ocupación de territorios palestinos en Gaza y Cisjordania y de Jerusalén. Más allá de ese punto creemos que no nos corresponde a nosotras decidir si la mejor solución es un Estado o dos Estados o cómo tendrán que organizarse desde allí y verlo las personas implicadas de directamente. Lo que sí podemos y debemos hacer desde aquí es apoyar y difundir las iniciativas de paz y convivencia que surgen en entre la población civil israelí y palestina.

La paz no llegará con el fin de los bombardeos: después siguen las heridas abiertas y se generan otro tipo de violencias. Así que, más allá de reparar los destrozos materiales, será necesario trabajar para sanar esas heridas, reconstruir el tejido social y encontrar nuevas formas pacíficas de relación y convivencia entre las sociedades israelí y palestina.

Finalizan la entrevista con una frase: “ellas nos dicen: no es posible una paz basada en las armas”.

FUENTE: https://coordinadoraongd.org/


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