Sorprende que en pleno siglo XXI todavía tengamos que hablar de la violencia y la discriminación que sufren las mujeres y las niñas, pero todavía queda mucho por hacer para acabar con esta situación injusta. Es un reto que debemos afrontar como sociedad y no podemos quedarnos de brazos cruzados.

Los datos así lo indican. Según el informe del Foro Económico Mundial de 2021, se van a necesitar 135 años para cerrar la brecha global de género y 267 para la económica. Y es que la brecha entre los ingresos esperados de hombres y mujeres a lo largo de sus vidas es de USD 172 billones, casi dos veces el producto interior bruto anual del mundo. Estas diferencias se deben, en parte, al dato del Banco Mundial que señala que alrededor del 90% de los países tienen al menos una ley discriminatoria contra las mujeres en su conjunto o en áreas específicas como la educación, el empleo y la propiedad de la tierra. En cuanto a la violencia de género, sigue siendo una pandemia global, con una de cada tres mujeres experimentando violencia física o sexual en algún momento de sus vidas.

Para visibilizar la magnitud de este problema, Amnistía Internacional lo trata en su Informe Anual 2022/23. El informe recoge datos impactantes de 156 países que recuerdan a los gobiernos la necesidad urgente de seguir luchando por la igualdad y la justicia de género.

Un grupo de personas asiste a una concentración por el Día Internacional de la Mujer en Nueva York, Estados Unidos, el 8 de marzo de 2022. © REUTERS/Jeenah Moon

Toda la verdad sobre los derechos de las mujeres y las niñas en el mundo

El informe anual de Amnistía Internacional es una herramienta fundamental para entender la situación de los derechos humanos, en general, y conocer la realidad de las mujeres y las niñas, en particular.

En Afganistán, por ejemplo, los talibanes cerraron el Ministerio de Asuntos de la Mujer y lo sustituyeron por el Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio, que emitió decretos restrictivos y abusivos como seguir un código de vestimenta estricto, no poder salir sin un acompañante y no poder ir a los parques públicos. Cuando las mujeres protestaron contra estas restricciones… ¡sorpresa! muchas fueron detenidas ilegalmente, golpeadas y algunas acusadas del “delito” de “corrupción moral”. En el terreno educativo, las mujeres siguieron teniendo vetada la educación secundaria y, a partir de diciembre, también la superior. Antes de esta prohibición, aquellas que asistieron a la universidad lo tuvieron que hacer en aulas separadas por sexos y con el cuerpo cubierto de la cabeza a los pies. Actualmente y, desde finales de 2022, ya solo está permitido el acceso de niñas a la escuela primaria.

Kerishma Rasheedi, de 16 años, lee durante una clase en una escuela privada en Kabul, Afganistán, 3 de agosto de 2022. © REUTERS/Ali Khara

En Arabia Saudí, se aprobó una ley que otorga a los hombres el poder de ser tutores legales de las mujeres. Esto significa que necesitan el permiso de un tutor varón para casarse y, una vez casadas, están obligadas a obedecer a sus esposos. Incluso en casos de separación, donde por ley la custodia del hijo o hija se otorga a la madre, el padre es nombrado tutor legal sin tener en cuenta el bienestar del menor.

En otro país, en Azerbaiyán, se les prohibió a las mujeres acceder a 204 profesiones. ¡Nada menos! Mientras que, en Chad, el matrimonio precoz siguió en alza. Según UNICEF, el 67% de las niñas de Chad contrajeron matrimonio antes de los 18 años y el 30%, antes de los 15. Estas cifras situaron a Chad entre los países con las tasas más elevadas de matrimonio precoz del mundo.

Pero aún hay más. En Ghana, cientos de mujeres acusadas de brujería continuaron desterradas en seis campos de “brujas”. ¡Como en la inquisición! Al terminar el año seguía pendiente la modificación de la Ley de Infracciones Penales y Otros Delitos de 1960 (Ley 29) que, en caso de ser aprobada, prohibiría declarar, acusar, denominar o catalogar a una persona como brujo o bruja, o emplear a otra persona para hacerlo. ¡Por fin!

En Hungría, otro hito. Un informe titulado “¿Se está produciendo en Hungría una feminización de la educación?” publicado por la Oficina de Auditoría del Estado advertía de que la “sobrerrepresentación” de las mujeres en la educación superior podría causar “problemas demográficos” porque dificultaba a las mujeres encontrar pareja y disminuir la tasa de natalidad. Increíble, ¿no? También hubo protestas contra una nueva regulación que requería que las mujeres embarazadas que quisieran someterse a un aborto demostraran, mediante la presentación de un informe clínico, que habían escuchado el “latido fetal”. Se permitió el aborto legal hasta las 12 semanas de embarazo, siempre que se cumpliera esta condición.

Una aficionada iraní sostiene una camiseta en memoria de Mahsa Amini. © REUTERS/Dylan Martinezas

En Irán, las autoridades siguieron tratando a las mujeres como ciudadanas de segunda, por ejemplo, en relación con el matrimonio, el divorcio, la custodia de los hijos e hijas, la violencia de género, el empleo, la herencia y los cargos políticos. En cuanto a la edad legal para el matrimonio de las niñas, se mantuvo en los 13 años, pero los padres pudieron seguir obteniendo un permiso judicial para casarlas antes. ¡Antes de los 13! Las mujeres y niñas no se quedaron calladas y estuvieron en primera línea del levantamiento popular, desafiando decenios de discriminación y violencia de género y contraviniendo leyes discriminatorias y degradantes sobre el uso obligatorio del velo. Su lucha las expuso al hostigamiento diario y a la violencia, las detenciones arbitrarias, tortura y otros malos tratos. A mediados de 2022 se endureció la aplicación de estas leyes, lo que culminó con la muerte bajo custodia de Mahsa Amini, que provocó una ola de indignación a nivel mundial.

En Qatar, las mujeres siguieron estando discriminadas en la ley y en la práctica. En virtud del sistema de tutela, siguieron necesitando el permiso de un tutor varón —normalmente su marido, padre, hermano, abuelo o tío— para casarse, estudiar en el extranjero con becas del gobierno, trabajar en muchos empleos públicos, viajar al extranjero siendo menores de 25 años o para acceder a la atención de salud reproductiva.

Un grupo de mujeres desplazadas internamente esperan para recibir ayuda. © REUTERS/Ali Khara Refilio

En Turkmenistán, la policía comenzó a aplicar unas normas nuevas que impedían a las mujeres sentarse en el asiento del copiloto de un automóvil y también hizo redadas en salones de belleza tras recibir directrices internas del gobierno que prohibían a las mujeres y las niñas recibir determinados servicios, como la extensión de pestañas y de uñas, y las inyecciones de bótox. ¿Qué es eso de estar guapas? La belleza está en el interior. Y punto.

En Estados Unidos, la Corte Suprema puso fin a los mecanismos federales de protección del derecho al aborto al anular la sentencia de la causa Roe v. Wade, revocando así casi 50 años de jurisprudencia. Muchos estados pasaron inmediatamente a aplicar leyes vigentes o nuevas para prohibir completamente o restringir considerablemente el acceso al aborto.

Y hay más ejemplos. Muchos más. El Informe Anual de Amnistía Internacional no deja ninguna violación contra los derechos de las mujeres sin registrar. Te invitamos a descargártelo y leerte también el apartado de España, donde siguió persistiendo la violencia contra las mujeres. Durante el 2022, 49 mujeres murieron a manos de su pareja o expareja. Y, desde 2013 (año en que se comenzó a llevar un registro), 48 son los menores que han perdido la vida de manera violenta en el contexto de la violencia de género contra sus madres (incluidos un niño y una niña en 2022).

El informe de Amnistía Internacional es una herramienta imprescindible y una fuente de información valiosa y detallada sobre los abusos y las violaciones de derechos humanos que ocurren en todo el mundo. Con él aprenderás y comprenderás mejor la complejidad de los problemas a los que nos enfrentamos como sociedad global. Tener información te capacita para actuar y apoyar las causas que te importan y compartiéndolo contribuirás a generar conciencia sobre los derechos humanos y a promover el cambio social. Descárgatelo aquí.

FUENTE: https://www.es.amnesty.org/