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abril 8, 2022

La escalada violenta contra las mujeres en el Valle del Cauca


Cuatro homicidios selectivos, dos feminicidios, dos desmembramientos y una desaparición en menos de dos meses hacen temer una escalada de terror contra las mujeres en el Valle. Algunos de esos crímenes serían ajusticiamientos de las disidencias. ¿Por qué?

Una violenta escalada de terror contra las mujeres viene ocurriendo en el Valle del Cauca.

En menos de dos meses, en ese departamento se han cometido dos feminicidios, dos desmembramientos, una desaparición y cuatro homicidios selectivos; todas las víctimas fatales eran mujeres de municipios como Tuluá, Buga y Buenaventura.https://9fa6ba2ac7e3ee0071247db26500c17e.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html

Aunque, hasta el momento, ninguna autoridad de esa región del país habla de un fenómeno sistemático, sino de hechos aislados, todo parecería indicar que en estos crímenes que se vienen cometiendo en zona rural de Tuluá (Valle), estaban prácticamente anunciados.

Diario Criterio tuvo acceso a las versiones de varias fuentes civiles, militares y de algunos exmiembros de grupos armados ilegales que darían algunas pistas sobre lo que viene ocurriendo en la zona montañosa del centro del Valle y que podrían explicar los recientes hechos de violencia contra las mujeres.

Aunque las alarmas se dispararon solo este miércoles 6 de abril, cuando el país conoció el homicidio de dos menores de edad (14 y 16 años) en el corregimiento Monteloro de Tuluá (Valle), desde febrero esa zona viene reportando asesinatos selectivos con mujeres como víctimas.

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‘Operación limpieza

Este medio tiene en su poder varios audios con testimonios reveladores de fuentes que viven en zona montañosa de Tuluá y tienen contacto directo con disidentes de las Farc, integrantes de la compañía Adán Izquierdo.

Ellos aseguran que los asesinatos de algunas mujeres serían ajusticiamientos porque fueron señaladas como informantes del Ejército. “Hay una lista muy grande”, explicaron en varios audios, tras aclarar que esos crímenes se vienen ejecutando desde enero de este año.

Esa información fue corroborada con fuentes de inteligencia militar que coinciden al reconocer que los homicidios selectivos contra algunas mujeres vienen ocurriendo después del 28 de marzo pasado, cuando el Ejército abatió a alias Alex, segundo cabecilla de la compañía Adán Izquierdo, disidencia de las Farc.

El disidente fue abatido en zona rural de Bugalagrande (Valle) por soldados integrantes de la Tercera Brigada del Ejército. En esa operación fue capturado alias Damián, considerado la mano derecha de alias Alex.

Ese golpe fue celebrado y mostrado como un trofeo dentro del Ejército, porque alias Alex era considerado el terror en el centro del Valle, y le endilgaban atentados contra estaciones policiales de municipios como San Pedro y Sevilla; y ataques a la fuerza pública, entre ellos, la emboscada de marzo pasado que dejó cuatro soldados y un policía heridos.

Arsenal incautado durante abatimiento de alias Alex.
Arsenal incautado durante el abatimiento de alias Alex, disidente de las Farc.

¿Mujeres informantes del Ejército?

Las fuentes aseguran que el asesinato de las dos hermanas adolescentes (14 y 16 años de edad), ocurrido el martes 5 de abril en zona rural de Tuluá, tendría como móvil una retaliación porque eran señaladas de ser informantes del Ejército.

La razón para hilar tan delgado en torno a ese doble homicidio tendría fundamento en que una de las adolescentes sería supuestamente la novia de alias Alex, el disidente de las Farc abatido por el Ejército.

Varias versiones apuntan a que la menor, sin saberlo, habría revelado la ubicación de su novio y esa información la usó el Ejército para abatirlo y capturar a alias Damián.

Por esa misma línea explican el asesinato de María Nelly García, ocurrido esa misma semana en el corregimiento Monteloro de Tuluá (Valle). Las fuentes consultadas aseguran que ella había recibido una orden de las disidencias de abandonar la zona porque habría sido señalada de brindar información al Ejército.

La mujer, que era propietaria de un reconocido restaurante del caserío, acató la amenaza, pero cuando salía de la zona en un camión que transportaba ganado, fue interceptada por los disidentes, que la bajaron y se la llevaron con rumbo hacia una vereda. Horas después su cuerpo sin vida fue hallado sobre una de las vías rurales.

A esa estela violenta se suma el crimen contra Luz Elena Urrea Jaramillo, asesinada el 5 de febrero de este año por disidentes de las Farc. Lo hicieron frente a toda la comunidad del corregimiento Monteloro, como si se tratara de una ejecución pública.

Violencia
Luz Elena Urrea Jaramillo

Urrea Jaramillo era la propietaria de un pequeño establecimiento comercial en el que vendía dulces y confites. Ella gozaba del aprecio y respeto de los residentes del corregimiento; su padre y su hermana fueron las primeras víctimas de la violencia paramilitar que llegó a la zona en 1998.

Feminicidios y desmembramientos

La sevicia criminal contra las mujeres que viven en el Valle del Cauca parece no tener límites.

A los ajusticiamientos en la zona montañosa del centro del Valle, ahora se suman los desmembramientos. El caso más reciente fue descubierto el pasado miércoles 6 de abril por vecinos del barrio Alto Bonito en el municipio de Buga (Valle).

Los fuertes olores dispararon las alertas y, luego de inspeccionar la vivienda, las autoridades hallaron el cuerpo desmembrado de una mujer identificada como Celmar Valencia Valencia, de 29 años de edad.

Celmar Valencia Valencia
Celmar Valencia Valencia, víctima de presunto feminicidio.

El propio coronel Nelson Parrado, comandante de la Policía en el Valle, explicó que la principal línea de investigación gira en torno a un posible “crimen pasional”, es decir, un feminicidio.https://www.facebook.com/plugins/video.php?

La otra víctima fatal de los desmembramientos fue hallada en Buenaventura, la ciudad portuaria más importante de Colombia sobre el mar Pacífico.

El tronco de la mujer, que aún no ha sido identificada, lo hallaron en un costal arrojado sobre las calles del barrio Unión Vivienda. Lo más escabroso de este caso es que todo apunta a que las extremidades halladas un mes atrás en un basurero serían de la misma víctima.

En ambos casos de mujeres descuartizadas, las autoridades aún no tienen identificados a los responsables.https://platform.twitter.com/embed/Tweet.html?

Mientras la comunidad aún lloraba el asesinato de las hermanas adolescentes en zona rural de Tuluá, ocurría otro doloroso crimen el miércoles 6 de abril.

Se trató del feminicidio de Nelly Trujillo Patiño. Versiones preliminares de las autoridades apuntan a que ella fue asesinada por su compañero sentimental, Carlos Torres Trujillo, quien se habría ahorcado después de cometer el crimen contra su pareja.

Más allá de cualquier sistematicidad en todos estos crímenes contra las mujeres que viven en el Valle del Cauca, no cabe duda de que fueron meses violentos y podrían continuar si las autoridades no actúan, como en el caso concreto de la zona montañosa de Tuluá.

FUENTE: https://diariocriterio.com/


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