octubre 7, 2021
Francia Márquez en 360, «Yo quiero que la esperanza rompa el miedo y por eso estamos sembrando esperanza con este camino que empezamos a recorrer»
Francia Márquez, excandidata a la Cámara por el departamento del Cauca, activista por los DDHH, lideresa contra la minería ilegal, el extractivismo y la explotación de la tierra; ganadora del premio medioambiental Goldam y ahora precandidata presidencial por el movimiento «Soy Porque Somos» habla con 360 sobre su candidatura que se une al Pacto Histórico.
Conversaciones 360 con la precandidata presidencial, Francia Márquez
360:
Precandidata, usted ha sido defensora de la vida y de la tierra, ha trabajado incansablemente por este tema en el país; hace apenas una semana la ONU presentó el informe trimestral sobre la misión de verificación en nuestro país, y entre los meses de junio y septiembre, informaron que en Colombia hubo 43 asesinatos de líderes sociales, 11 masacres y 16 más están en investigación.
¿Qué piensa sobre esto y cómo acabarlo si usted llega a la presidencia?
Francia Elena Márquez (F.M.:)
Yo creo que hay la necesidad de parir un gobierno que se pone al servicio de la vida y no al servicio de seguir agotando la vida en nuestro país, no solo la vida humana, sino la vida misma en un sentido amplio.
Garantiza la vida y los derechos a los líderes y lideresas sociales implica la garantía de derechos; uno no se hace líder social si no es porque hay unas necesidades, unos derechos que no están garantizados, y por eso es que uno alza la voz. Uno levanta la voz porque hay que defender el agua, porque hay que defender el territorio como un espacio de vida; a propósito del informe que hizo Global Witness, donde evidencia que en este país se asesinan líderes ambientales todos los días, y que este es el país -del mundo- donde más líderes se asesinan.
El año pasado fueron 65, y de esos 65 la mayoría son mujeres, pertenecientes a pueblos étnicos, afrodescendientes, indígenas y campesinos, entonces yo creo que un gobierno del Pacto Histórico, que es la coalición en la que estoy desde el movimiento Soy Porque Somos, es un gobierno que pondrá la vida en el centro, que debe de velar por la garantía de los derechos económicos, sociales, culturales, que nos permiten a los colombianos y las colombianas tener condiciones básicas que nos permitan vivir en dignidad humana, y en ese sentido entonces, hay varios factores que han planteado organizaciones de Derechos Humanos.
¿Por qué asesinan los líderes y lideresas en este país?, se dice que una de esas razones tiene que ver con el tema de la tierra, con el despojo territorial que históricamente hemos vivido, y que cuando estos líderes y lideresas se ponen a intentar recuperar la tierra en el marco de la ley de víctimas, de los procesos de restitución, pues eso les significa la muerte.
Hay otro tema que es el del conflicto armado, de la violencia, y eso tiene que comprometernos como colombianos y colombianas que las garantías para los líderes y lideresas implican una paz completa, eso significa que hay que ir más allá
por su puesto implementar los acuerdos de paz que se firmaron con las Farc, pero esto implica acuerdos de paz con otros actores armados, y también incluso con actores del mismo estado, que han contribuido a las violaciones de los Derechos Humanos de líderes, lideresas, de juventudes y de la comunidad en general. Y por otro lado, el tema del medio ambiente, que es otra razón por la que nos asesinan por ser lideres.
360:
Usted ha sido implacable con los temas del medio ambiente y ha demostrado que quiere y trabaja por su región.
En su discurso hace énfasis en que hay que llegar a esa Colombia profunda; muchas personas son de Bogotá, Medellín o Cali, por ejemplo, pero no conocen más allá de esas ciudades, de esas realidades, no saben lo que se vive en esa Colombia profunda, en esos departamentos que parecen ser olvidados por el Estado.
Usted es de la vereda de Yolombó, municipio de Suarez, al norte del departamento del Cauca, usted reconoce el territorio, reconoce esa otra parte del país.
¿Cómo unir a Colombia entendiendo que este es un país de regiones, que hay unas más fuertes que otras y que parecen que hay unos departamentos que han olvidado?
F.M.:
Tenemos el desafío de hacer una política que va de la periferia al centro, y no desde el centro como ese centro ideológico, como ese centro que ha definido en las condiciones de quien debe vivir en dignidad y quien debe vivir en condiciones de vulnerabilidad, de expropiación y de opresión,
Estado ha sido dirigido por una elite blanca, de hombres privilegiados, desde una lógica de supremacía blanca, -y cuando hablo de supremacía blanca no estoy hablando de color de piel-, estoy hablando de una ideología política, de creer que hay unos seres humanos que importan más que otros, entonces el Estado ha sido participe de eso, de brindar garantías a esos sectores, pero excluyendo y oprimiendo a las mayorías.
Hemos tenido un Estado en función del sistema capitalista, que hoy tiene en crisis no solo este país, sino que tiene en crisis a la humanidad, porque como ustedes decían, la ONU acaba de reconocer que somos los responsables como seres humanos de la destrucción ambiental que hoy vive la casa grande -El Planeta-
En ese sentido hay una necesidad de pensar alternativas al desarrollo para estas regiones, que se construyan con los saberes de las regiones, con la diversidad y potencialidad de las regiones, allí hay forma de crear vida digna para los habitantes.
Nosotros hoy estamos proponiendo la construcción de mandatos populares en términos de un programa que recoja diversidad, que recoja esas diferencias geográficas, pero también culturales y que asuma que el Estado invierta en mayor medida los recursos donde no ha hecho presencia -o tal vez solo hayan hecho presencia en términos militares y en términos de expropiación-, pero no han hecho presencia en términos de inversión social.
Hoy el Estado debe invertir y priorizar esos territorios, que son lugares donde no hay agua potable, son los territorios donde no hay conectividad, donde no hay vías de movilidad, son los territorios donde el campesino no tiene sistemas de riesgos, son los territorios donde el campesino está sometido a sembrar coca porque no hay de otra, porque no hay alternativas, porque el Estado no les ha brindado las mismas condiciones con las que ha privilegiado a ciertos sectores del país, esa condiciones no han sido iguales para las mujeres, para los afrodescendientes, para los indígenas, para las juventudes, para los sectores populares.
Es desde ahí que nos paramos y decimos que iremos de la periferia al centro; un proyecto que pone en el centro la vida y que se construye desde la raíz.
360:
Colombia en este momento tienen un hueco fiscal enorme, la pandemia ha traído consigo muchas problemáticas, sociales y económicas, estamos en una situación complicada. Colombia hoy se prepara para una reactivación económica y es uno de esos grandes retos a los que se debe enfrentar el próximo o la próxima presidenta de Colombia.
¿Cómo recuperar la economía?
F.M.:
Yo no creo que el hueco fiscal de este país haya comenzado con la pandemia, yo no creo que la pandemia sea la crisis; la pandemia evidenció la crisis de un verdadero modelo económico de muerte y esto implica entonces que hay que hacer cambios estructurales en términos de la economía de este país.
Un cambio que no solo se piense en la economía acumulativa, que no genera bienestar social para las mayorías; hay que pensar el desarrollo del país, que no se base solo en cómo creció el Producto Interno Bruto sino como mejoramos las condiciones de vida, y en ese sentido, la potencialidad que tenemos en términos de biodiversidad, en términos de riqueza cultural, en términos de iniciativa propia de la gente y yo creo que eso contribuiría mucho.
Lo que hay que hacer es que fortalecer y potenciar esas economías propias, economías alternativas, economías diversas, economías populares. Nosotros por ejemplo estamos diciendo, -este país tiene un problema económico serio, pero no somos capaces de producir la comida, ¿por qué no fortalecer un sistema agroecológico que permita que los colombianos produzcan comida?, un sistema donde nadie se muera de hambre en este país.
Yo creo que también hay un déficit fiscal, pero eso es producto de la corrupción, aquí se pierden 50 billones de pesos cada año, los niveles de corrupción que se ven a diario son aterradores, eso es lo que se pone en evidencia pública, hay que mirar con precisión cuánto presupuesto de la nación se dilapida en este país en corrupción, entonces atacar la corrupción es garantizar que los recursos del estado se pongan en función la vida, de la dignidad, de la justicia y de la igualdad.
Hay también una necesidad de una reforma tributaria pero enfocada a términos justos, porque acá los pobres pagan más, acá los ricos invaden impuestos y ahora no solo aquí sino también por fuera.
Es una vergüenza que el director de la DIAN esté metido ahora en un problema de corrupción por evasión de impuestos, con dinero en otros países. Hay que tener una justicia tributaria juiciosa y rigurosa, donde se asuma el tema de la evasión de impuestos que se hacen por sectores económicos, por ejemplo, el sector extractivista el valor de impuestos que paga es mínimo y no se compara con las afectaciones que genera en términos sociales y en términos ambientales, y ahí deberíamos tener una política tributaria más rigurosa.
También en términos de las exenciones de impuestos, hay muchos sectores que se llenan los bolsillos porque tienen exenciones de impuestos, que deberían ser dineros que entran al estado para invertirlo socialmente. Este tema es muy importante, porque pueden plantear muchas reformas, pero poco se habla de este tema, porque esos dineros no se distribuyen, no se hace un control de ello.
Esto es parte de lo que estamos trabajando y es parte de lo que proponemos y sin duda una economía para la vida es una necesidad, y no simplemente en términos de acumulación sino en términos de distribución, de mejorar la calidad de vida de la gente en los territorios y de generar escenarios para que la misma gente tome iniciativas de fortalecer sus propios emprendimientos productivos, sus propias empresas.
Hay que fortalecer las empresas nacionales que estén dispuestas a contribuir a justicia social, porque las que están simplemente dispuestas a despojar y a expropiar y a explotar para seguir fomentando la acumulación, ahí yo creo que hay dificultades.
360:
¿Cuál es el reto más grande para usted como precandidata, en un país que ha sido conservador, misógino y machista a lo largo de la historia?
F.M.:
El reto no es para mí, el reto es para el país, y es si Colombia está en la disposición de darse la oportunidad de parir un cambio en la política, de poner la vida en el centro, de parar la guerra de una vez por todas; que la guerra no siga siendo la excusa para mantener una democracia excluyente que no significa nada para la gente, el reto es para este país y es si estamos dispuestos de ir de esa economía de muerte extractivista a una economía de justicia ecológica, de justicia ambiental, de justicia hídrica, de justicia de género, de justicia distributiva.
El reto no es para Francia Márquez, yo solo coloco el nombre, el reto es para el país y es si Colombia está dispuesto a generar el cambio que requiere, el cambio que necesitamos en esta nación.
360:
Hablando de esas redistribuciones usted ha hablado del cuidado y la economía de la vida.
¿Cómo ha pensado usted redistribuir esas cargas en las familias para que las mujeres tengan más acceso a la educación, para la que las mujeres tengan mejores empleos, y para que los hombres se hagan cargo también de las responsabilidades familiares?
F.M.:
Hay cosas que se pueden hacer como gobierno, que nos corresponden en la medida de que se pueda, pero hay cosas que se deben hacer como sociedad, hay cosas que nos corresponden como seres humanos y deconstruir el patriarcado no es una responsabilidad de las mujeres, ni del Estado, es una responsabilidad que tenemos como humanidad, así como deconstruir el racismo y el clasismo, eso es una responsabilidad que cada ser humano asume y cada ser humano se debe compromer.
Esperamos que los hombres de este país asuman el desafío de deconstruir el mandato de masculinidad, de deconstruir ese macho en todas las formas que ha impuesto políticas de muerte que hoy tiene en un estallido social a todo el país y que hoy tienen a la Casa Grande muriéndose, y que les han hecho la vida miserable e imposible a muchas personas en esta nación.
Yo creo que ese es el desafío, por supuesto reconocer la labor que desempeñamos como mujeres pasa por justicia de género que se traduzca por ejemplo en una reforma agraria integral, ecológica y diversa, ¿Qué significa eso?,
«¿serán capaces los machos que han manejado la tierra en este país de reconocer que como mujeres podemos darle un mejor uso al territorio como un espacio de vida?, ¿y reconocer la propiedad de tierra a las mujeres, es posible eso?«
Es posible que reconozcan que nuestra participación en la política es necesaria, que este país se transforme en la medida en que haya una política feminista y anti patriarcal que implique justicia económica para las mujeres, que implique acceso, pero sobre todo que evite que nos asesinen, que nos violen y que se justifiquen esos asesinatos y esas violencias porque somos al parecer las responsables de lo que nos pasa.
Eso es parte de lo que tendríamos que trabajar, y bueno, nosotros lo que hemos dicho es, nosotras no somos patriarcas, nosotros queremos construir un programa colectivo, un programa que se construye con la gente desde los territorios, desde las regiones, desde los diversos sectores que son parte de esta sociedad, y es un programa que se hace a partir de mandatos, por tanto, tanto en tema de feminismo, en temas de reconocimiento de diversidad, en términos económicos, en temas de paz, en temas incluso de como asumir la legalización de las drogas desde una perspectiva de justicia racial, de justicia de género, y de justicia ambiental, es como contribuimos a ese camino.
Parar las drogas, resolver el tema de las drogas en este país en términos de legalización implica justicia de género, porque hemos sido las mujeres, porque han sido las juventudes, las comunidades LGBTIQ+ que más han pagado el precio de la política prohibicionista; también el narcotráfico, resolver el tema de las drogas implica desde una perspectiva ambiental parar la destrucción que hemos vivido en el planeta; en términos de justicia racial, pues también resolver el tema de las drogas entendiendo que son en esos territorios racializados, empobrecidos y excluidos donde esa bota nos la han puesto en el cuello y no nos dejan respirar, eso es parte del desafío que planteamos desde esta candidatura.
360:
Hernando Valencia Villa, en su libro Cartas de Batalla explicaba que Colombia ha tenido 16 constituciones a lo largo de la historia, y todas han sido consecuencia de la guerra, él decía finalmente que el país podría cambiar si se pensara en una Carta Magna a base de paz.
cree usted qué es posible construir una nación en paz, entendiendo que el país está dividido políticamente y que hay sectores extremistas que no representan para muchos un ideal político y que podría seguir incendiando al país desde cualquier ámbito político, sea de izquierda o de derecha.
¿Es posible llevar a Colombia a un ámbito de paz, entendiendo también que la cifra de asesinatos contra líderes y lideresas sociales cada vez es más alta?
F.M.:
Si no creyera en la paz no estaría postulando mi candidatura a la presidencia, así de sencillo.
Estamos haciendo esto porque estamos cansados de poner los muertos en los territorios, estamos cansados de que nuestros hijos no puedan andar con tranquilidad y sin miedos -yo acabé de sacar mis hijos del país porque no tienen garantías acá-, la juventud no tiene garantías para vivir una vida en paz, con sueños, con tranquilidad en este país y eso implica parar la guerra.
Una de las razones principales por la que Francia Márquez -que he sido víctima del conflicto armado y del desplazamiento forzado-, estoy poniendo mi nombre a consideración de este país es porque creo profundamente en que como colombianos podemos pasar esa página de la violencia, de la muerte, del destierro; podemos construir una Colombia donde todes tengan derecho, una Colombia donde podamos andar sin miedo y yo creo que estamos haciendo ese camino.
«Yo quiero que la esperanza rompa el miedo y por eso estamos sembrando esperanza con este camino que estamos haciendo y esperamos que el Pacto Histórico que es Colombia, pues logre un cambio.«
Necesitamos un cambio en las políticas, necesitamos un cambio en las concesiones; creo que ya es suficiente la sangre derramada, es suficiente como nuestros territorios se han convertido en cementerios, en fosas comunes, y bueno, hemos sido las personas más empobrecidas las que hemos llevado la peor parte de esa guerra.
Sabemos que la política tradicional, o gran parte de ella, ha obtenido sus ganancias de la muerte, de la guerra, porque nos ofrecen guerra para después ofrecernos seguridad democrática, pero ahí están las posibilidades y hoy esta sociedad -yo creo-, que está llena de esperanza, creo que la estamos sembrando. Como decía Angela Davis, la esperanza no es algo que le regalan a uno, que se decreta, la esperanza se siembra, se cultiva, y eso estamos haciendo con este proceso que estamos impulsando desde abajo, con lo que somos y tenemos.
Hay muchas posibilidades, nosotros estamos haciendo un proceso de recolección de firmas, -es que ni siquiera los pueblos tenemos una participación real-, nuestra participación pasa por si tenemos condiciones económicas o no, nuestra participación pasa por si tenemos estructura política tradicional o no, pero un movimiento independiente, que viene desde abajo tiene muchas limitaciones en términos de garantías para el acceso, para la participación política que llaman «democracia»
Nosotros ahora estamos haciendo una Vaki para recoger los recursos, porque no quiero terminar vendiéndole el alma al diablo con este camino que estamos recorriendo; porque queremos hacer una política que se construye en colectivo, que se construye en diversidad, que se construye desde el amor y desde la vida, desde el corazón y la alegría y cada una y cada uno le pone el alma a esto.
Lo mejor es ver a la juventud con ganas de parir un cambio, de lograr un mejor país. Sin dudas, Colombia es un país complicado, pero se puede construir, y la paz es con todes, la paz es con todos; la paz no es solo con un grupo sino con todos.
Reconociendo también que hay sectores que le han hecho mucho daño a este país, a esta familia que somos y que hay que pasar esa página de la violencia.
El pueblo es Colombia.https://platform.twitter.com/embed/Tweet.html?
360:
¿Cómo va la recolección de firmas y cuántas espera recoger?
F.M.:
Pues esperamos recoger un millón de firmas, aunque este es un proceso difícil, y aprovecho esta entrevista para invitar a Colombia a que nos acompañen en esa recolección de firmas. Acabamos de lanzar una Vaki para que cada quien, que considere que puede aportar su grano de arena en términos logísticos de lo que implica el proceso, pues que lo haga.
Yo creo que es así, aportando nuestro grano de arena que se puede hacer el cambio, y bueno, de mi parte contenta; más allá del resultado que logremos creo que estamos contribuyendo a profundizar la democracia, que nuestro país vuelva a creer en que podemos hacer las cosas diferentes, y que podemos definir un rumbo mejor.
360:
Usted fue galardonada con uno de los premios ambientales más importantes a nivel mundial, el premio Goldman; este reconocimiento se entrega a personas que como usted trabajan por el ambiente, por la lucha contra la explotación y las minerías ilegales y la protección del agua, etc.
¿Cómo luchar contra la minería ilegal y la minería inconstitucional como usted la llama?
F.M.:
El problema no solo es la minería ilegal, el problema es el extractivismo. Hay que impulsar la transformación del modelo extractivista, hacia un modelo más ecológico, más social, hacia un modelo de transición de la conservación de la biodiversidad y la naturaleza de más cuidado.
Eso es lo que hay que hacer y nuestra lucha ha sido frente a la gran minería, la misma minería por la que esclavizaron a nuestros mayores y mayoras que a hoy se vende como el desarrollo del país, pero en territorios como la Guajira, por ejemplo, donde tenemos Cerrejón, -que es la primera empresa más grande de explotación de carbón de América latina-, pues lo niños ahí al lado de Cerrejón se están muriendo de hambre, de desnutrición. Ahí al lado de Cerrejón la gente no tiene agua, no tiene saneamiento básico, no tiene acceso a educación, no tiene acceso a salud.
¿Eso es un desarrollo que se vende en nombre de quién y a favor de quién?, ¿Por qué si en ese lugar tenemos la empresa más grande de América Latina, la gente vive de manera miserable?; eso es lo que cuestionamos, y por eso implica un proyecto político que pone en el centro la vida, implica hacer un tránsito de las energías extractivistas hacia energías ecológicas, renovables, hacia economías circulares que nos hagan conscientes como humanidad de que no somos los dueños de la naturaleza, sino que somos parte de ella.
Un cambio del modelo extractivista que ha estado 500 años expropiando nuestra condición humana porque el extractivismo y ese desarrollo de muerte se basó en esclavizar a la gente. El desafío es como irrumpir esto y cómo avanzar hacia la transformación. Toda la humanidad hoy tendrá la obligación si o si de pensar un cambio del paradigma de desarrollo, del paradigma de la modernidad, de ese paradigma que ha puesto en riesgo la vida. https://www.youtube.com/embed/2vvdBbztFdw?start=1647&feature=oembed
FUENTE: https://360radio.com.co/