Menú

Entérate

septiembre 24, 2021

CUIDADO Y PANDEMIA : LAS MUJERES LLEVAN LA PEOR PARTE


En las últimas décadas, el feminismo ha puesto en la agenda pública el asunto del cuidado como un eje central de la economía y como uno de los nudos estructurales de la desigualdad entre hombres y mujeres. 

Este trabajo de cuidado del que hablamos es de dos tipos: el trabajo doméstico -todas las tareas relacionadas con el mantenimiento de la casa, la limpieza, el arreglo de la ropa, la preparación de las comidas- y el trabajo de cuidado propiamente dicho -el que involucra la atención a personas dependientes como los niños y las niñas, las personas con discapacidad o un buen número de adultos mayores-.

Teniendo esto como referente y en el marco de la ejecución del proyecto “Estrategias para enfrentar los impactos específicos sobre la vida de las mujeres derivados de la emergencia por covid”, apoyado por Women’s Peace and Humanitarian Fund y ONU Mujeres e implementado por la Red Nacional de Mujeres de Colombia, en 2021, se decidió profundizar en los efectos y los retos a corto y largo plazo que el Covid ha supuesto para las mujeres en cuanto al incremento del tiempo que dedican al trabajo de cuidado en los hogares.

Para ello, la Red Nacional entrevistó y encuestó a mujeres de distintas organizaciones sociales en cinco departamentos: Bolívar, Nariño, Cauca, Tolima y Chocó. En total en el estudio participaron 232 mujeres de 65 municipios.

Una de las conclusiones más importantes que se extrajo de este estudio es que entre el 91 % y el 100 % de las mujeres participantes percibieron un incremento en las labores de cuidado o trabajo no remunerado (TNR) en el hogar durante la pandemia.

Esta información coincide con las cifras generales del país y las de otras ciudades no incluidas en este trabajo como Bogotá, donde el 88 por ciento de las mujeres también percibió este aumento.

Además, manifestaron que hubo un incremento en las horas dedicadas al TNR, lo que significa un mayor tiempo de trabajo total en tanto la mayoría (entre el 73 % y el 100 %) tienen trabajos remunerados.

Tal como ha documentado la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), este tiempo total de trabajo compuesto por el trabajo remunerado (TR) y el TNR es un indicador clave para comprender las brechas de género.

Para las mujeres, el TNR es mayor que para los hombres. En cambio, el TR de los hombres suele ser hasta dos veces mayor que el TR de las mujeres en una buena parte de países de la región.

Esta brecha también refleja que la sobrecarga de trabajo de cuidado de las mujeres es una barrera para acceder al mercado laboral en condiciones de igualdad con los hombres y, por lo tanto, a ingresos para tener una mayor autonomía económica.

Si consideramos que la mayoría de las mujeres del estudio realizan trabajos de cuidado en el hogar y sólo unas cuantas manifestaron recibir remuneración por este trabajo, podemos suponer que ellas tendrán menos ingresos que los hombres, tal y como sucede en distintos países de la región, incluido Colombia.

De acuerdo con la Cepal, las mujeres entre 20 y 59 años sin ingresos propios dedican 33,6 horas al TNR. En el caso de los hombres, el tiempo dedicado al TNR entre quienes no tienen ingresos es de 19,4 horas, un tiempo visiblemente menor que el de las mujeres.

Esto confirma que la sobrecarga experimentada por las mujeres en los cinco departamentos es real y dramática, más aún si consideramos que, en general, en todas estas regiones una buena parte de las mujeres (entre 63 % y 90 %) percibieron un incremento de más de cuatro horas por día en el TNR.

La situación en estos cinco departamentos es preocupante si consideramos que la sobrecarga de TNR, agravada por la pandemia, es un nudo estructural que impide a las mujeres alcanzar autonomía económica y, por lo tanto, retrasa la garantía plena de su derecho a la igualdad.

Según la Cepal, la igualdad real de las mujeres es un objetivo crucial del desarrollo y del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y sólo será posible alcanzarla si se logra la autonomía en al menos tres dimensiones: la económica, la de la toma de decisiones y participación política, y la física.

Por lo demás, las dificultades que han enfrentado las mujeres en la pandemia han afectado otra dimensión de su autonomía: muchas de las tareas nuevas asignadas a las mujeres generan riesgos (desinfección, cuidado de enfermos y personas post-covid) o las enfrentan a tareas, como la educación virtual, para las que no están preparadas y para las que no tienen condiciones.

De acuerdo con el estudio, no sólo la igualdad sino también el derecho a la salud y los derechos al trabajo y a la seguridad social (de la que carecen quienes tienen TNR), han sido vulnerados a las mujeres de Bolívar, Cauca, Chocó, Nariño y Tolima.

Por ello, resulta crucial que se formulen políticas y se pongan en marcha sistemas de cuidado que respondan de manera integral a la profundización de los nudos estructurales de la desigualdad que viven hoy las mujeres como consecuencia de la pandemia.

Estas políticas deben ser la base para la creación de sistemas corresponsables entre el Estado local, las empresas o el sector privado, las comunidades y las familias, para la redistribución, la reducción y el reconocimiento del trabajo de cuidado.

También urge realizar campañas orientadas a la transformación cultural necesaria para que el trabajo de cuidado se redistribuya entre mujeres y hombres y para no se perpetúe la situación de sobrecarga que viven hoy las mujeres.

Indudablemente, la pandemia ha provocado una crisis general en muchos ámbitos y para muchas personas, pero han sido las mujeres, como era de esperarse, las que se han llevado la peor parte.

Sin embargo, esta crisis, en lugar de paralizarnos, también puede ser tomada como un punto de giro para llevar a cabo acciones, ahora y en el futuro, que nos permitan transformar un mundo como el actual en el que impera la desigualdad entre los géneros.  

FUENTE: LAS 2 ORILLAS


Más Noticias