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septiembre 14, 2021

Mujeres asesinadas en Medellín: ¿por qué la diferencia en las cifras?


Este año 26 mujeres han sido asesinadas, pero entidades difieren en cuántos serían feminicidios.

Edna Liyen Orozco Betancur, de 29 años de edad, fue hallada muerta en su casa, en el barrio Las Granjas de la comuna 3 de Medellín. Como una simple cifra, ella es la número 26 de la larga lista de mujeres asesinadas en la capital de Antioquia en lo corrido del año, misma cifra registrada en 2020.

Según el informe del Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia – SISC-, fue asesinada con arma cortopunzante y como sindicado del hecho fue capturado su compañero sentimental, Ramón Stiven Serna Cano, de 32 años de edad, quien se autolesionó también con arma cortopunzante.

Días después, exactamente el 7 de septiembre, la Fiscalía General de la Nación informó que al hombre le habían impuesto medida de aseguramiento en centro carcelario por ser el presunto responsable del delito de homicidio agravado y no el de feminicidio, como podría esperarse.

Precisamente esta es una de las razones por las cuales en Medellín hay una diferencia en las cifras de los asesinatos de mujeres que serían clasificados como feminicidios, o mejor dicho, probables feminicidios, pues es en el proceso judicial que se determina si así lo es.

Actualmente, de las 26 muertes violentas de mujeres, 24 son consideradas por el Movimiento Político Estamos Listas y el Observatorio Feminicidios Colombia de la Red Feminista Antimilitarista, como feminicidios (incluyendo un transfeminicidio).


En contraste, la Secretaría de las Mujeres de la ciudad cuenta 18, dependencia que clasifica este delito por medio del mecanismo del Consejo de Seguridad Pública para las mujeres.

Feminicidios en Medellín

Estamos Listas recorrió los barrios de Medellín donde han ocurrido los feminicidios y realizó un acto simbólico.Foto:

Cortesía Estamos Listas

Radicalmente diferente es la cifra del informe del SISC, elaborado por la Secretaría de Seguridad, que señala en su escueto documento diario que 12 homicidios se han clasificado, hasta el 3 de septiembre, por “violencia de género”.

Los barrios Aranjuez, Buenos Aires, Robledo, Santa Cruz, y el Corregimiento de San Cristóbal, son algunos de los lugares con más casos, según señaló el Movimiento Estamos Listas y, en la mayoría de las ocasiones, no se tiene información sobre el sujeto feminicida, y tampoco se han adelantado procesos de judicialización.

Ana María Valle, secretaria de las Mujeres de Medellín, explicó a este medio de comunicación que, aunque este año han sido presentados 24 casos ante la Comisión Primera del Consejo de Seguridad Pública para las mujeres, se han clasificado como feminicidios solo 18, tras hacer un análisis técnico y académico, debido a que el proceso judicial está en manos de la Fiscalía General de la Nación.

“La apuesta política personal e incluso institucional de poner en la agenda el asunto de los feminicidios, visibilizarlo, pero hay que darle lugar al ejercicio del Consejo de Seguridad Pública para las Mujeres. La forma adecuada de darle lugar a ese fenómeno que es el feminicidio no es denominar a todas las muertes de las mujeres como presuntos feminicidios, sino hacer ese análisis técnico, académico, pedagógico, político e incluso judicial que es el que viene luego, de poderlo clasificar”, explicó Valle.

Colombia, mediante la Ley 1761 de 2015 (Ley Rosa Elvira Cely), tipificó el feminicidio como delito autónomo. “Así, quien cause muerte o intente asesinar a una mujer por su condición de mujer o por motivos de su identidad de género, ya no solo será juzgado como homicida sino como quien perpetúa la peor forma y manifestación de las violencias de género”, señaló ONU Mujeres.

Por lo pronto, la polémica con las cifras también se suscitó por un comunicado de prensa de la Secretaría de Seguridad de la ciudad, en el que se destacaba el esclarecimiento del 89 por ciento de los feminicidios en Medellín durante este año, a través de un mecanismo de recompensas por información.

Esto porque la dependencia señala que se han esclarecido siete de ocho casos que ya han sido verificados judicialmente como feminicidios, lo que deja por fuera 10 casos más. 

“Se ha podido establecer que dos de las muertes investigadas no corresponden a las características de feminicidio y en cinco casos se adelanta el proceso para determinar sus causas”, dice un comunicado de la dependencia.

La secretaria de las Mujeres aclaró que sí se viene haciendo un trabajo interinstitucional con dicha dependencia y que las cifras pueden ajustarse o variar.

Por lo pronto, se espera que, en el Consejo de Seguridad Pública para las mujeres, que será a finales de este mes, se evalúe el crimen de Edna y el de Paula Andrea Nieto Ospina, de 35 años de edad, quien fue asesinada el pasado 30 de agosto con arma de fuego dentro de su negocio. Se investiga si su pareja actual estaría detrás.Prevención, el gran vacío

De acuerdo con la Secretaría de Seguridad, de los casos esclarecidos, el 38 por ciento de los crímenes fueron cometidos por parejas o exparejas, el 12 por ciento por algún familiar de la víctima y el restante 50 por ciento, se encuentra en proceso de análisis.

Según el Consejo de Seguridad Pública, tres casos fueron a manos de sus parejas, tres por sus ex parejas, dos por familiares y ocho casos más se clasifican en no íntimos, por circunstancias y contexto, información hasta el 31 de junio de ese año.

Por ello, para Dora Saldarriaga, concejala del Movimiento Estamos Listas, el gran vacío tiene que ver con adelantar procesos de prevención y de atención a las violencias contra las mujeres en todos los ámbitos de la vida familiar y social, como una responsabilidad estatal y debe ser urgente y prioritaria.

“Es necesario que exista un protocolo de atención del riesgo, cuando a una mujer se le determina que está en alto riesgo y que por tanto puede ser víctima de feminicidio. Eso no lo tiene la ciudad, no tiene un buen mecanismo de seguimiento a las medidas de protección en casos de violencia intrafamiliar y esa es una de las alternativas que se podría tener mediante un software, ya que tenemos el valle del Software, para que se puedan intervenir este tipo de violencias”, detalló la corporada.

También llamó la atención sobre la falta de un acompañamiento efectivo y permanente a las víctimas secundarias de feminicidio, como son las familias, además de la asistencia para niños, niñas y adolescentes que quedan huérfanos a partir de los feminicidios.

MELISSA ÁLVAREZ CORREA
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
MEDELLÍN

FUENTE: EL TIEMPO


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