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julio 21, 2021

Las están matando


“Crímenes de mujeres, sin atención ni dolientes”, fue el titular del trabajo periodístico, que expone la denuncia de que nuestra sociedad está fallando en protegerlas a ellas y en investigar, perseguir y condenar.

Son nuestras madres, abuelas, tías, hermanas, novias, esposas, primas, amigas y compañeras de estudio y de trabajo, de ellas se habla y escribe muy bonito y hasta apareció la paridad de género, pero de qué vale todo esto si las están matando, estigmatizando y violándoles todos sus derechos.

Qué mejor radiografía de la violencia desatada contra la mujer en Norte de Santander, que la expuesta por La Opinión en la edición dominical, cuyo reportaje dejó evidenciado que este año registra una escalada homicida con un aumento del 43 % frente a los casos de asesinatos ocurridos por esta misma época en 2020.

“Crímenes de mujeres, sin atención ni dolientes”, fue el titular del trabajo periodístico, que expone la denuncia de que nuestra sociedad está fallando en protegerlas a ellas y en investigar, perseguir y condenar ejemplarmente a quienes cometen esta clase de crímenes y procurar la no repetición.https://ef43b3e9f6318e5cc0bcc1e5c6f7751d.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html

Y el informe de Border Lab – Laboratorio de Frontera, basado en las estadísticas de la Policía, al hacer eco de la percepción y consideración ciudadana del abandono del Estado a grupos como el de las mujeres, expuso que “llama la atención y debería ser motivo de alerta el incremento de este delito contra la mujer”.

Alertas activas no hay por ninguna parte para la prevención y tampoco la atención debida a la ocurrencia de estos asesinatos en donde los perpetradores andan a sus anchas como ocurrió con la lideresa social acribillada por el grupo paramilitar de las Autodefensas Gaitanistas en una vereda  de la zona rural de Cúcuta, por ejemplo.

Por fortuna existen este tipo de organizaciones que hacen su propia lectura y seguimiento a la violencia que nos sigue afectando y que permiten mirar más allá de los simples datos oficiales para revelar un elemento también preocupante, como es el subregistro o disminución de los reportes reales de víctimas.

Pues vemos que mientras en la Alcaldía de Cúcuta las secretarías de Seguridad Ciudadana y la de  Equidad y Género de Cúcuta muestran seis crímenes de mujeres a mayo de 2021, Border Lab con sus datos asegura que entre enero y mayo de este año, en el área metropolitana de Cúcuta ocurrieron 10 muertes violentas, en comparación con siete del año pasado.

Lo importante de las mediciones independientes es que sacude a los organismos oficiales al obligarlos a contrastar sus datos y se constituyen en una ayuda para la ciudadanía que pide a gritos la verdad para evitar entonces que muchos casos queden para siempre en las sombras.

Y en medio de ese panorama surgen tres asuntos que muestran la vulnerabilidad en la que se encuentran las mujeres en esta parte del país: el desempleo las ha golpeado fuertemente. Los grupos armados ilegales las atacan para imprimir desestabilización en las zonas a las que llegan. El microtráfico y la trata de personas, las tienen en la mira como objeto de comercialización.

Atender el pedido del Observatorio de Género de Norte de Santander para la urgente articulación de las instituciones estatales con las organizaciones que buscan proteger los derechos de las mujeres, con el fin de tender puentes para estructrurar estrategias concertadas que garanticen la vida de esta población vulnerable.  

Y un asunto que aunque encuentra resistencia entre las autoridades policiales y judiciales, es que no debe descartarse que en el departamento estemos ante hechos de feminicidio, razón por la cual sería interesante que se abriera una línea de investigación en ese sentido que permita llegar al descubrimiento de los reales motivos que han llevado a esos crímenes y prevenir que el  velo de la impunidad los cubra.

FUENTE: LAOPINIÓN


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