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agosto 10, 2020

La FAO alerta por la sobrecarga laboral de las mujeres rurales por la covid-19


En el lanzamiento de la campaña #MujeresRurales, mujeres con derechos, la organización hizo llamado a la acción frente a la crisis que viven las mujeres campesinas cuyo trabajo se ha visto multiplicado por la crisis sanitaria .

Alo largo de Latinoamérica, la crisis ha sacado a la luz las diferencias y brechas estructurales que hay entre los habitantes del campo y las zonas urbanas. A pesar de que producen los alimentos que se consumen en las grandes ciudades, siguen viviendo con falencias muy importantes en cuestiones básicas que van desde el acceso a la salud y los servicios públicos domiciliarios, hasta la educación y la conectividad.

En vista de esa situación, y reconociendo que las mujeres rurales se ven particularmente más afectadas, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se alió con 25 organizaciones para lanzar nuevamente su campaña #MujeresRurales, mujeres con derechos. Con esta buscan crear estrategias de apoyo a la mujer rural durante la crisis sanitaria, reconociendo el rol fundamental que juegan no solo en la pandemia, sino como las cabezas de muchos hogares rurales en el continente.

“Las mujeres rurales continúan trabajando para responder a la demanda de alimentos en las ciudades (…). No obstante, muchas de ellas enfrentan serias limitaciones para acceder a recursos productivos, como la tierra, el agua, insumos agrícolas, financiamiento, seguros y capacitación, además de diversas barreras para colocar sus productos en los mercados”, dice la agencia de comunicaciones de la FAO, que además asegura que estas barreras pueden ser incluso mayores para las mujeres indígenas y afrodescendientes. 

En Colombia, según cifras de la última Encuesta de Calidad de Vida realizada por el Dane, en la que por primera vez se tomaron en cuenta a los campesinos como sujeto político, el 26,5 por ciento de las mujeres colombianas se autoreconocen como campesinas, y 6 de cada 10 de ellas se dedican a las labores del hogar sin remuneración económica alguna.


Teniendo en cuenta esas cifras, la FAO reconoce que un aspecto clave para la campaña es afrontar la sobrecarga de trabajo no remunerado al que se enfrentan las mujeres rurales y que se ha visto acrecentado durante la pandemia“Además de sus actividades productivas, las mujeres deben dedicar una mayor parte de su tiempo a cuidar de niñas y niños que dejaron de ir a la escuela, y a atender a personas enfermas y de la tercera edad”, alerta la agencia de Naciones Unidas sobre una situación que limita la vida productiva de la mujeres y, paralelamente, aumenta las violencias de género.

La campaña busca difundir información y propuestas de soluciones para la situación de las mujeres rurales, con un énfasis especial en temas como la seguridad alimentaria y nutricional, la reducción de la pobreza y la eliminación de la violencia de género. Adicionalmente, busca trabajar con los Gobiernos de la región para resolver estos problemas y disminuir la informalidad laboral en que permanecen las mujeres. Solo en Colombia, según la misma encuesta del Dane, el 86 por ciento de los campesinos tiene un trabajo informal

Otro aspecto que destaca la FAO en relación a la mujer rural y la pandemia es que el coronavirus podría acrecentar la crisis alimentaria en América Latina y las campesinas serán actores clave para enfrentar la situación. Según el último informe del Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición (SOFI, por sus siglas en inglés), el hambre en la región alcanzó en el 2020 a 47,7 millones de personas y puede aumentar hasta afectar a 67 millones de personas en 2030, aún sin considerar la actual pandemia. La cifra es más preocupante si se tiene en cuenta una evaluación preliminar del estudio que sugiere que la pandemia por coronavirus puede añadir a nivel global a casi 132 millones de personas al número total de población subalimentada.


Ya el año pasado, la campaña había permitido conocer las historias de mujeres rurales en todo el continente para crear redes de apoyo entre estas. Para 2020 el foco estará en reconocer la necesidad urgente de enfrentar el aumento del trabajo no remunerado para las mujeres rurales y visibilizar cómo estas pueden contribuir a la seguridad alimentaria de los diferentes países.

Las instituciones que lideran la campaña son la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Banco Mundial, el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural – RIMISP, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), ONU Mujeres, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), entre otras. 

Aún ningún ente gubernamental, ni organizaciones de Colombia se han anexado a la iniciativa.

FUENTE: SEMANA


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