abril 16, 2020
La violencia en hogares se duplicó, ¿qué hacer?
Las mujeres en Colombia no están seguras en sus casas. Aunque suena duro, las cifras del Observatorio de Género de la Vicepresidencia así lo demuestran.
Entre el 25 de marzo y el 11 de abril hubo un aumento del 129 % en la recepción de llamadas en la línea 155, destinada en el país para reportar distintos tipos de agresiones.
La semana pasada, con preocupación, la vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, mostró que el incremento –en ese momento– era del 103 % y llamó la atención de las autoridades para fortalecer las estrategias en aras de proteger a las mujeres y los niños en sus entornos familiares, que aunque la apuesta es que sea convertir las casas en entornos protectores, esto no está ocurriendo.
El informe del Observatorio señala que, en el análisis inicial se encontró que mientras que en el año 2019 se recibieron 964 llamadas efectivas (en promedio 53,5 diarias), en el periodo comparable de 2020 se recibieron 2.209 (en promedio 122,7 diarias), es decir que el número de llamadas aumentó en un 129 %.
“Fue posible establecer en el comportamiento de la variación porcentual de un a año al otro, una línea de tendencia creciente lo que anuncia un crecimiento constante, es decir que cada día habría mayor brecha”, dice el informe.
Algunas razones
Luisa Martínez, abogada de Sisma Mujer, entidad dedicada a velar por los derechos de ellas, explica que este aumento se debe ver en contexto, es decir, la violencia no solo se ve reflejada cuando se da un golpe, sino que tiene que entenderse desde aspectos como el sicológico, la sexualidad o desde lo patrimonial, que son factores que también ejercen los hombres para demostrar “superioridad” sobre las mujeres.
Para ella, el aumento se da porque la mujer, en este momento de confinamiento, está las 24 horas del día con el agresor, lo que no le permite salir a la calle e ir a denunciar. “La discriminación histórica y el rol privado que siempre ha desempeñado la mujer hace que ellas tengan menos acceso a las autoridades y visibilizar las denuncias”.
Una perspectiva similar tiene Yamile Roncancio Alfonso, directora de la Fundación Feminicidios Colombia, quien considera que a la hora de decretar el aislamiento en el país, para evitar el contagio masivo del coronavirus, no se tuvo en cuenta el enfoque de género, con el objetivo de evitar que esto sucediera.
¿Qué se debe hacer?
Las mujeres o niños que leen este artículo, por ejemplo, pueden tener en cuenta que las líneas 155, el Whatsapp 3007551846 o el correo asistentenoviolencias@sismamujer.org son algunos mecanismos para denunciar desde casa y solicitar ayuda de las autoridades, tanto en acompañamiento legal como psicológico, pese a que, como lo plantean las analistas, es complejo porque que las víctimas están con el agresor, y dificulta que haya una protección real de las autoridades.
La abogada Martínez, aunque comprende que el aislamiento es la mejor manera para evitar un aumento de contagios, “la atención presencial no debe restringirse, porque las Comisarías de Familia deberían funcionar como los jueces de control de garantías”.
Y, por ejemplo, hay casos como el de Tumaco (Nariño), “donde la Comisaría no está operando”. En este departamento, según las cifras del Observatorio, los reportes de agresiones subieron el 18 %.
Entre otras estrategias, dicen, se podría aumentar la contratación de más personal en las Comisarías de Familia para atender a las mujeres y hacer seguimiento en los hogares, a los casos donde la justicia ya ordenó seguimientos a las denuncias y, como lo plantea Roncancio Alfonso, que las sanciones se cumplan, porque “hace poco vimos a un hombre condenado por tentativa de feminicidio y violencia intrafamiliar, que finalmente cometió un feminicidio porque tenía prisión domiciliaria”.
Una estrategia, que hizo eco en una sesión del Congreso el pasado martes, a propósito de la propuesta de la vicepresidenta de crear refugios para mujeres, tuvo que ver con que los que debían salir de las casas eran los hombres, pues son los responsables en el 90 % de las agresiones, según el Observatorio.
Ante esta posibilidad, Roncancio Alfonso agrega que no ve viable proveer refugio a los agresores, aunque “entiendo que se vea desde el punto de vista de que no es justo que las mujeres siempre seamos las que tengamos que salir corriendo con nuestros hijos por la violencia en los hogares”
Otra pandemia
Se percibe como otra pandemia paralela a la que se vive por el coronavirus. ONU Mujeres, el pasado 5 de abril, planteaba que si bien hace unos días pedía el cese el fuego en el mundo, ahora hay otros hechos a los que hay que llamarlos a un cese: el de las violencias contras las mujeres.
“La violencia no siempre se limita a los campos de batalla, y la amenaza sobre mujeres y niñas se hace más severa en estos tiempos de confinamiento en el lugar donde precisamente deberían estar más seguras: en sus propios hogares”, planteó la ONU.
Al respecto Roncancio Alfonso, señala que se debe “dejar de trasladarles las responsabilidades a las mujeres, porque decimos que las mujeres deben denunciar, pero nadie le dice al hombre que deje de pegar o matar” .
FUENTE: EL COLOMBIANO