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abril 1, 2020

La Artivista, mujeres que luchan por el arte en Colombia


Un grupo de seis mujeres encauzadas en aportar en la transformación cultural de Colombia creó una red con perspectiva de género y equidad social que busca fortalecer a las trabajadoras del arte y la cultura bajo la consigna de “juntas somos poderosas”.

“Es potenciarnos unas a otras”, expresó la artista plástica Claudia Helena Velásquez, directora general de La Artivista, red de creadoras, productoras y gestoras culturales.

El foco de este movimiento está puesto en generar acciones para el “empoderamiento económico y social” de las mujeres y de las organizaciones que, desde las prácticas artísticas y culturales, le apuestan a la equidad social y de género.

Velásquez relató que tras su paso por la academia, además de corroborar que “el arte no era un hobby, sino algo de lo que iba a vivir”, empezó a identificar falencias de espacios artísticos en Medellín y optó por conectarse con un movimiento fuerte que se estaba gestando en Chile.

“Nos encontramos allá unas 200 mujeres completamente diversas y de toda Latinoamérica que nos estábamos haciendo preguntas por el género, por el trabajo en el artes y cultura, por el activismo”, sostuvo la artista sobre un viaje que hizo en 2017.

Un encuentro de mujeres

Esa experiencia en Chile la llevó a empezar, junto a cinco mujeres más, la tarea de “fortalecer nuestras redes” a través de un encuentro de creadoras, productoras y gestoras culturales, que se realizó tras ganar la convocatoria de “Economías Colaborativas” de la Secretaría de Cultura de Medellín.

“Eso nos rebasó. Esperábamos a unas 200 mujeres, pero se inscribieron más de 700. Incluso vinieron mujeres de Bolivia, Argentina y Brasil. Fue muy lindo porque vimos que había una necesidad latente de encontrarnos y trabajar juntas”, contó Velásquez.

A partir de ahí nació La Artivista -nombrada así por la combinación de las palabras arte, artista y activismo-, que como primer paso construyó una plataforma de economía colaborativa “online y offline” para empoderar a las mujeres con espacios para la comercialización de productos, servicios y conocimientos de las artes y las culturas.

“Somos una red, trabajamos en colectividad”, subrayó la directora del colectivo interdisciplinar que actualmente tiene registradas a más de 900 mujeres y a algunos hombres interesados en la equidad de género.

Y dentro de esa red convergen desde artesanas, malabaristas, compositoras, cuenteras, cocineras y estilistas hasta periodistas, curadoras, diseñadoras, escritoras, museógrafas e investigadoras, entre otros perfiles que se unen para trabajar tanto en generar una rentabilidad como en provocar un intercambio de conocimiento.

El emprendimiento, la base

En esa apuesta por “el dar y el recibir”, La Artivista tiene tres ejes principales: formación, reconocimiento y articulación. Además, con sus miembros realiza talleres, charlas, conversatorios, exposiciones y ferias para promover el trabajo femenino.

“Trabajamos la importancia del emprendimiento, pero la importancia desde lo humano; no son máquinas para generar dinero”, apostilló Velásquez, quien empezó a capacitarse en la Corporación Interactuar con su programa Método Base de Aceleración (MBA) para liderar proyectos culturales, articular y armar mesas de trabajo.

Actualmente, este colectivo adelanta un proceso de fortalecimiento en mercadeo digital con algunas de sus integrantes que tienen emprendimientos culturales para que adquieran “herramientas básicas” y puedan manejar bien sus redes sociales, aprender montar un blog o a hacer fotografías de producto.

Con su labor han logrado fortalecer iniciativas innovadoras como “Anastasio: cocina, astrología y tarot”, un laboratorio de cocina creativa que ve a la alimentación desde el punto holístico.

También trabajan con “Malas Compañías”, un empredimiento de danza contemporánea, y con “Fémina Ancestral”, una propuesta en artes escénicas con perspectiva de género.

“Hay que entender que el escenario del emprendimiento compone un montón de cosas, no solo en lo administrativo y lo contable, sino en lo político, lo social y lo humano, además del relacionamiento. Es mirarnos los unos a los otros”, concluyó Velásquez. 

FUENTE: EL ESPECTADOR


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