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febrero 18, 2020

El poder femenino: las mujeres que dirigen los diarios regionales más importantes del país


Con la llegada de Erika Fontalvo a la dirección de El Heraldo, varios de los diarios locales más conocidos de Colombia quedaron en manos de mujeres. ¿Qué significa esto para el periodismo nacional?

 Erika Fontalvo, María Elvira Domínguez, Estefanía Colmenares, Diana Saray Giraldo, Martha Ortíz e Irene Gaviria. Directoras de diarios regionales colombianos.

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*El audio de este artículo está hecho con inteligencia artificial.

Las mujeres han tenido una presencia fuerte en el periodismo colombiano, sobre todo en las últimas décadas. No solo en las salas de redacción, en donde muchas veces superan en número a los hombres y se destacan por su talento. También en los cargos directivos y en puestos influyentes. No en vano escriben algunas de las columnas de opinión más leídas del país y están al frente de revistas, periódicos, portales digitales, emisoras o noticieros, con mucho éxito.

Aún así, nunca habían coincidido tantas mujeres al frente de los diarios regionales más importantes del país, como ahora. De hecho, con la llegada de Erika Fontalvo a la dirección de El Heraldo a partir del 29 de febrero, son seis. Además de ella están Martha Ortiz en El Colombiano, de Medellín; María Elvira Domínguez en El País, de Cali; Irene Gaviria en El Mundo, de Medellín; Diana Saray Giraldo en Vanguardia Liberal, de Bucaramanga, y Estefanía Colmenares en La Opinión, de Cúcuta. Todo un logro, teniendo en cuenta que esos cargos tradicionalmente habían estado en manos de hombres.

Esa conjunción de astros no es gratuita. Por un lado, todas ellas tienen experiencia y han demostrado su talento a través de los años. Algunas incluso comenzaron su carrera como reporteras de calle y escalaron posiciones hasta llegar a donde están. Por otro lado, como explica la propia Fontalvo, el fenómeno “tiene que ver con el hecho de que las mujeres han venido ganando cada vez más espacios en la sociedad y están rompiendo las barreras que persistían en muchos sectores”.

“Yo, personalmente, no siento que haya tenido alguna dificultad como directora que no hubiera tenido un hombre y, de hecho, creo que enfrentamos los mismos retos a nivel periodístico”.

Eso es cierto, pues a pesar de que el periodismo colombiano ha estado abierto al liderazgo femenino, algunas han tenido que enfrentar un camino más difícil que el de los hombres. A las que son mamás, por ejemplo, les ha tocado buscar un equilibrio entre su vida laboral y privada para destacarse en una profesión que muchas veces requiere sacrificar el tiempo personal y familiar. “La sociedad aún espera que nosotras estemos al frente de las responsabilidades del hogar y eso siempre genera una tensión con lo laboral”, cuenta Diana Giraldo, quien desde 2018 dirige Vanguardia Liberal.

A otras les ha tocado manejar situaciones incómodas en el ejercicio de la profesión solo por el hecho de ser mujeres. “Muchas veces, si uno tiene una relación cordial o cercana con alguien, lo malinterpretan y pueden llegar a coquetearle o a propasarse –explica Fontalvo–. Así que nos toca sentar una posición distante y dura que nos blinde”. A Giraldo, quien hace un tiempo dirigía la unidad de investigaciones del periódico, cuando publicó uno de sus reportajes incluso la acusaron de ser amante de un político, algo que nunca le habrían dicho a un hombre.

A pesar de esas situaciones, que han tenido que aprender a manejar, la mayoría de ellas cree que encontraron una profesión que les permite crecer y avanzar profesionalmente. Estefanía Colmenares, quien desde finales del año pasado dirige La Opinión, y María Elvira Domínguez, quien está al frente de El País desde 2002, coinciden, por ejemplo, en que en sus periódicos más de la mitad de la redacción está compuesta por mujeres y que eso las ha ayudado a crecer en un ambiente muy igualitario.

“Yo, personalmente, no siento que haya tenido alguna dificultad como directora que no hubiera tenido un hombre y, de hecho, creo que enfrentamos los mismos retos a nivel periodístico”, sostiene Domínguez.

En eso están de acuerdo todas. El periodismo, en general, pasa por un momento bastante difícilEl modelo de negocio cambió radicalmente, la pauta en los medios impresos bajó y la irrupción del mundo digital y de las redes sociales está cambiando la forma de interactuar con las audiencias.

Los diarios regionales tienen la ventaja de que conocen a sus audiencias como nadie, cubren temas locales que no aparecen en medios nacionales e internacionales y llevan muchos tiempo funcionando, en algunos casos casi 100 años.

Los diarios regionales, además, tienen que enfrentar otro tipo de retos más específicos, pues allá se vive más intensamente el conflicto y hay muchos más riesgos a la hora de investigar y destapar casos de corrupción o alianzas de personas con grupos ilegales. Eso crea un coctel explosivo al sumarle la polarización en Colombia, que ha llevado a que muchos defiendan sus posiciones y creencias por encima de la evidencia periodística.

Quienes llevan más tiempo dirigiendo, como Martha Ortiz, cabeza de El Colombiano desde 2012, creen que la estrategia para enfrentar ese momento turbulento pasa por seguir haciendo el periodismo de siempre. Es decir, objetivo, al servicio de la ciudadanía y buscando la verdad por encima de todo. Pero también con un componente de innovación y reinvención, para aprovechar las ventajas del mundo digital.

“Este es un oficio indispensable e importante para las democracias sanas y eso lo hace vigente. Pero creo que las empresas periodísticas deben transformar paradigmas del negocio, asumir el cambio como una constante y darse cuenta de las infinitas posibilidades que le da la tecnología y la necesidad de la audiencia de estar informados y entender el mundo”, explica.

En ese sentido, los diarios regionales tienen la ventaja de que conocen a sus audiencias como nadie, cubren temas locales que no aparecen en medios nacionales e internacionales y llevan muchos tiempo funcionando, en algunos casos más de 100 años, por lo que tienen marcas reconocidas y con trayectoria. Y ante el reto de la innovación, ya hay medios como El Colombiano, El Heraldo o El País que han trabajado lo digital cada vez con más éxito y han comenzado a cambiar el modelo de suscripciones.

A muchos, de hecho, les inspira confianza que ese proceso de transformación esté en manos de mujeres, pues ellas suelen ser más metódicas, más organizadas y más comprometidas.

En el caso de Ortiz, Domínguez y Gaviria, quienes llevan más tiempo en su cargo, ya han producido resultados positivos. El Colombiano, por ejemplo, ha crecido en suscriptores y El País ya tiene montado un modelo de contenido premium al que solo pueden acceder sus abonados. El Mundo, por su parte, optó por sacar versiones diarias gratuitas para repartir en el transporte público y una edición semanal de pago los domingos. En los tres casos, además, fortalecieron la estrategia digital y se buscaron nuevas narrativas y formatos para contar historias.

Eso último también se ha visto en Vanguardia. Allí también están cerca de lanzar la opción de suscripciones digitales y tienen una estrategia de marca, en la que el periódico patrocina o paga eventos culturales en la ciudad, que generan una retroalimentación económica y permiten darle un respiro financiero al diario.

Colmenares y Fontalvo acaban de llegar a su puesto y también tienen claras las estrategias. Además de seguir fortaleciendo lo digital y el enfoque de región Caribe que siempre ha tenido El Heraldo, Erika Fontalvo busca fortalecer temas como el medioambiente o la equidad de género.

Mientras tanto Estefanía Colmenares quiere recuperar las audiencias con énfasis en la calidad y el análisis, y en acercarse a los más jóvenes. “No tenemos un escenario fácil. Estamos en una región bastante convulsionada en todo sentido, y nos toca cubrir temas como la migración o la seguridad en el Catatumbo”, dice.

“Nos enfrentamos a un momento muy retador de la industria, en donde el buen periodismo, de calidad, que sirva y oriente, será la clave para diferenciarnos y para subsistir. Hay que recuperar la confianza en las audiencias, que siento que se ha perdido por la actitud de muchos periodistas que se han dedicado a polarizar, olvidando la razón de ser del oficio, y apostarle a nuevos formatos que nos permitan acercarnos a las audiencias jóvenes”, señala Colmenares.

A pesar de las dificultades, lo más seguro es que todas ellas cumplan sus objetivos con éxito y sigan rompiendo las barreras, como han hecho a lo largo de su carrera. 

FUENTE: SEMANA


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