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febrero 12, 2020

Intelectuales preocupados por el rumbo del Centro Nacional de Memoria Histórica


En una carta pública, 63 académicos reconocidos en el mundo, como Alain Touraine, Edgar Morin y Elizabeth Lira, dijeron que les preocupa “la ostensible pérdida de credibilidad” de esta entidad, que se ha expresado en las inquietudes de las víctimas, la  suspensión de la pertenencia del Centro a la prestigiosa red internacional de sitios de conciencia y la según ellos “dudosa orientación que pretende darse al futuro Museo de la Memoria”.

En una carta abierta de dos páginas, 63 reconocidos intelectuales y académicos del mundo (entre quienes se destacan Alain Touraine, Edgar Morin, Elizabeth Wood, Elizabeth Jelin, Daniel Pécaut y otras personalidades como Tom Koenigs, el exenviado especial del gobierno alemán para el proceso de paz en Colombia) manifestaron su preocupación por el proceso de paz y los signos que consideran “regresivos en el plano político y simbólico que pueden entorpecer la consolidación de este proceso, particularmente en los escenarios de producción de memoria, de verdad y de justicia”.Publicidad

Se refirieron, concretamente, al Centro Nacional de Memoria Histórica, dirigido por Darío Acevedo, y dijeron que les preocupa “por la ostensible pérdida de credibilidad, que se ha expresado en las inquietudes de las víctimas sobre la guarda y conservación de los archivos depositados sobre la base de una confianza construida a lo largo de los años y, más recientemente, por la  suspensión de la pertenencia del Centro a la prestigiosa red internacional de sitios de conciencia, sumada a la dudosa orientación que pretende darse al futuro Museo de la Memoria”.

Por esa razón, se suman “a las numerosas voces que expresan su preocupación por el rumbo de la actual dirección del Centro Nacional de Memoria Histórica” y expresan su “viva inquietud de que se obstaculice el proceso de consolidación de la paz que está en marcha”. Así como manifiestan su “aprensión frente al regreso a explícitas formas de negacionismo de los millones de víctimas y del conflicto armado que se pretende superar”.

Al cierre de la misiva, señalan que con base en la experiencia de sus propios países a lo largo del siglo XX, alertan “sobre las consecuencias trágicas que, en la reciente historia occidental, tuvieron políticas e ideologías que se negaron a ver en su momento las implicaciones de la tragedia que se estaba gestando y que se materializó por no haberla frenado a tiempo con dispositivos de verdad y de política que le hubieran ahorrado millones de víctimas a la humanidad”. Por esa razón, exhortan al gobierno del presidente Iván Duque, y a todas sus fuerzas sociales y políticas, “a que no dejen perder lo que con tanto esfuerzo han logrado alcanzar, y que ha gozado de toda nuestra solidaridad y admiración”. Publicidad

Aquí la carta completa:

El negacionismo no es una política aceptable hoy

Colombia ha vivido uno de los más prolongados conflictos armados internos de los últimos dos siglos. La sociedad colombiana ha ensayado muchas fórmulas para superar ese pasado oprobioso de muertes, masacres, desplazamientos, secuestros, exilio, desapariciones, violencia sexual cuyas magnitudes han conmovido al mundo entero. Una serie de afortunadas circunstancias permitieron a la dirigencia colombiana y a la insurgencia llegar, a comienzos de esta década, a un Acuerdo de Paz que fue firmado por el presidente y premio Nobel de Paz Juan Manuel Santos con la cúpula de las FARC, contando como testigos y garantes al Secretario General de Naciones Unidas, organismos internacionales y representantes de numerosos países. La comunidad internacional encontró en el acuerdo alcanzado por Colombia un ejemplo de renovada esperanza de la eficacia de las salidas negociadas para un mundo caracterizado por innumerables conflictos armados.

Materializar las expectativas surgidas de este proceso ha sido una tarea más compleja de lo que todos imaginaban. A pesar de que muchas de esas dificultades eran previsibles y conocidas en el análisis de los procesos transicionales, los desafíos al llevar a la práctica el Acuerdo han resultado superiores a lo que se esperaba. Con todo, la posibilidad de alcanzar una paz estable ameritaba una apuesta tan arriesgada.

Como académicos o simples ciudadanos interesados en una feliz terminación de este inédito proceso de paz colombiana, registramos con preocupación los signos regresivos en el plano político y simbólico que pueden entorpecer la consolidación de este proceso, particularmente en los escenarios de producción de memoria, de verdad y de justicia.

El Centro Nacional de Memoria Histórica en particular es objeto de nuestra preocupación por la ostensible pérdida de credibilidad, que se ha expresado en las inquietudes de las víctimas sobre la guarda y conservación de los archivos depositados sobre la base de una confianza construida a lo largo de los años y, más recientemente, por la  suspensión de la pertenencia del Centro a la prestigiosa red internacional de sitios de conciencia, sumada a la dudosa orientación que pretende darse al futuro Museo de la Memoria.

Nos sumamos a las numerosas voces que expresan su preocupación por el rumbo de la actual dirección del Centro Nacional de Memoria Histórica. Expresamos nuestra viva inquietud de que se obstaculice el proceso de consolidación de la paz que está en marcha. Manifestamos nuestra aprensión frente al regreso a explícitas formas de negacionismo de los millones de víctimas y del conflicto armado que se pretende superar.Publicidad

Con base en la experiencia de nuestros propios países a lo largo del siglo XX, alertamos sobre las consecuencias trágicas que, en la reciente historia occidental, tuvieron políticas e ideologías que se negaron a ver en su momento las implicaciones de la tragedia que se estaba gestando y que se materializó por no haberla frenado a tiempo con dispositivos de verdad y de política que le hubieran ahorrado millones de víctimas a la humanidad. Exhortamos al gobierno de Colombia y a todas sus fuerzas sociales y políticas a que no dejen perder lo que con tanto esfuerzo han logrado alcanzar, y que ha gozado de toda nuestra solidaridad y admiración.

Alain Touraine

Profesor Emérito de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS) Paris

Edgar Morin

Director Emérito de Investigación del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) Francia

Michel Wieviorka

Fundación Maison de Ciencias del Hombre (FMSH) Francia

Elizabeth LiraPublicidad

Decana de la Facultad de Psicología. Universidad Alberto Hurtado Santiago de Chile

Elizabeth Wood

Departamento de Ciencia Política Universidad de Yale

Elizabeth Jelin

Investigadora CONICET Argentina

Tom Koenigs

Ex–Enviado Especial del gobierno alemán para el proceso de paz en Colombia.

Salomón Lerner

Presidente de la Comisión de la Verdad del Perú

Daniel Pécaut

Director de Estudios, Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS) Paris

Henry Rousso

Director de Investigación Centro Nacional de Investigación Científica CNRS. Francia

Yvon Le Bot

Fundación Maison de Ciencias del Hombre (FMSH) Francia.

Catherine LeGrand

Departamento de Historia, Universidad de McGill. Canada

Ricard Vinyes

Profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Barcelona.

Steve Stern

Departamento de Historia, Universidad de Wisconsin.

Jenny PearcePublicidad

Centro de estudios caribeños y latinoamericanos, London School of Economics.

Marisol de la Cadena

Departamento de antropología, Universidad de California.

Michael Taussig

Departamento de Antropología, Universidad de Columbia.

Rainer Huble

Centro de Derechos Humanos de Núremberg

Sandrine Lefranc

Profesora de Estudios Políticos, Universidad de Paris Ouest-Nanterre.

Rubén Chababo

Director Museo Internacional para la Democracia. Rosario, Argentina

Ponciano del Pino

Departamento de Ciencias Sociales, Universidad Católica del Perú.

Charles Bergquist

Profesor Emérito, Departamento de Historia, Universidad de Washington.

Montserrat Iniesta

Directora de El Born Centro de Cultura y Memoria de Barcelona.

Marie-Christine Doran

Profesora Escuela de Estudios Políticos Universidad de Ottawa. canada

Johanne Rapaport

Departamento de estudios hispánicos y portugueses, Universidad de Georgetown.Publicidad

Felix Reátegui

Instituto de Democracia y Derechos Humanos, Universidad Católica del Perú. Responsable del Informe Final de la Comisión de la Verdad del Perú.

Matthew Brown

Profesor de historia latinoamericana, Universidad de Bristol.                 

Olivier Compagnon,

Profesor de historia, Instituto de Altos Estudios de América Latina, Universidad

Paris 3

Valérie Robin-Azevedo

Profesora de Antropología, Universidad Paris Descartes.

Ignacio Nazhi Richani

Coordinador de estudios Latinoamericanos Universidad de Kent. USA

Arturo Escobar

Profesor de Antropología Emérito, Universidad de Carolina del Norte.

Julia Paulson

Profesora en Educación Paz y Conflicto, Universidad de Bristol. UK

Mary Roldan

Profesora de historia, Universidad de New York.

Cristina Rojas

Directora Instituto de economía política, Universidad de Carleton, Canadá.Publicidad

Olga Lucía González

Profesora de sociología, Universidad Paris Diderot

Carlos Salamanca

Investigador CONICET, Argentina.

Richard L. Wood

Profesor de Sociología Universidad de Nuevo México. USA

Susana Kaiser

Departamento de Estudios de Medios y Estudios Latinoamericanos Universidad de San Francisco

Julianne A. Hazlewood,

Departamento de Estudios Ambientales Universidad de California.

Peter Wade

Departamento de Antropología Social, Escuela de Ciencias Sociales Universidad Manchester

Kiran Asher

Departamento de estudios de la mujer, género y sexualidad, Universidad de Massachusetts.

Marco Palacios

Profesor de historia latinoamericana, El Colegio de México

Herbert Braun

Profesor de historia latinoamericana, Universidad de Virginia. USA

Forrest Hylton

Universidad Federal de Bahia (UFBA)

James Sanders

Departamento de Historia, Universidad Estatal de Utah. USAPublicidad

Ann Farnsworth-Alvear

Programa de estudios latinoamericanos, Universidad de Pennsylvania

Pilar Riaño-Alcalá

Instituto de Justicia Social, Universidad de British Columbia, Canadá.

Barbara Weinstein

Profesora de historia, Universidad de New York.

Julie Skurski

Profesora de antropología, Universidad City of New York

Amy C. Offner

Departamento de Historia, Universidad de Pennsylvania

Nancy Appelbaum

Profesora de estudios latinoamericanos, Universidad estatal de New York.

Ana Maria Ochoa Gautier

Departamento de música y estudios étnicos, Universidad de Columbia.

Kenneth M. Roberts

Profesor de Gobierno, Programa de Estudios Latinoamericanos, Universidad de Cornell.

Claudia Aguirre Rios

Museógrafa y responsable de comunicación científica, Exploradome. Francia

Robert A. Karl

Instituto de estudios avanzados, Universidad de Princeton.

Cynthia Milton,Publicidad

Profesora de Historia, Universidad de Montreal

Michael Birenbaun Quintero

Profesor de Musicología, Universidad de Boston.

Jules Falquet

Profesora de sociología, Universidad Paris Diderot.

Luis van Isschot

Profesor de historia, Universidad de Toronto. Canadá

Gwen Burnyeat

Departamento de Antropología, Universidad de Londres.

Andrei Gómez-Suárez

Investigador Asociado Universidad de Bristol.

Ricardo López Pedreros

Profesor historia latinoamericana, Universidad Western Washington.

José Antonio Giménez Micó

Profesor, de estudios latinoamericanos. Universidad de Concordia Montreal.

Una dirección cuestionada

La dirección de Acevedo en el Centro Nacional de Memoria Histórica no ha estado exenta de críticas. Desde que asumió el cargo ha estado envuelto en medio de polémicas, producto de declaraciones y decisiones que ha tomado. La última fue el 4 de febrero cuando sectores de víctimas de crímenes de Estado protestaron porque fueron invitados a última hora al evento de lanzamiento de la “primera piedra” del Museo de la Memoria. Ese mismo día también se conoció que la Red de Lugares de Memoria del país se retiró del CNMH con el que han tabajado desde 2015 por la dirección de Acevedo. Un día antes, el 3 de febrero, la prestigiosa Coalición Internacional de Sitios de Consciencia (la única red mundial de este tipo, fundada hace 21 años, con más de 275 miembros, en 65 países) le retiró la membresía a partir de febrero al Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH),  “atendiendo a las preocupaciones” de la Red de Sitios de Memoria Latinoamericanos y Caribeños (RESLAC), que incluye 45 sitios de sociedad civil e instituciones estatales de varios países de Latinoamericana, luego de pronunciamientos que consideraron “excluyentes y parcializados realizados a nombre del Centro Nacional de Memoria Histórica”, dice la carta. En una reciente entrevista con el diario El Tiempo, Darío Acevedo, aseguró que todo se trata de una persecución de sus opositores y que contestaron a la carta de la red porque fue una “confusión”. También dijo que ha “terminado por aceptar la idea de que estamos en medio de un conflicto armado”. 

Antes de eso, la polémica se suscitó por cuenta de la salida de Rafael Tamayo como director del Museo de Memoria, a cargo del CNMH, a finales del año pasado, luego de que se conociera que Acevedo censuró un mural de la Unión Patriótica por considerarlo “panfletario” en el guión de la exposición itinerante del museo. En abril de 2019 también se conoció que no quiso darle prioridad al lanzamiento de un informe del CNMH sobre las memorias de los trabajadores de la palma en el Cesar.

Pero quizás su nombre como director del CNMH entró en entredicho por primera vez cuando hace un año, el 2 de febrero de 2019, en entrevista con el periódico El Colombiano, dijo que, aunque la Ley de Víctimas dice que Colombia padeció un conflicto armado, “eso no puede convertirse en una verdad oficial”porque para él, “la verdad no es única y no debe haber verdades oficiales”.

FUENTE: EL ESPECTADOR


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