octubre 18, 2019
Alguien odia demasiado a Francia Márquez
Conozco personalmente a Francia Márquez, esa valiente lideresa del norte del Cauca que se hizo visible ante la opinión pública nacional al ser reconocida con el premio Goldman por su labor en defensa de las comunidades y el medio ambiente. Francia Márquez tiene cualidades que no son bien vistas cuando se juntan: es mujer, es negra, es pobre y rebelde. Algunos no aceptan que esa muchacha, que hace unos años limpiaba casas ajenas en Cali, le diga las verdades en la cara a los poderosos sin adornos, sin condescendencias, porque acá los únicos que pueden hablar fuerte son hombres de piel blanca y apellidos famosos. En este país hay gente que prefiere a las negras vendiendo chontaduro y no hablando sobre política, como dijo un desafortunado opinador en redes sociales.
El 24 de septiembre la periodista española Salud Hernández Mora, tan conocida por sus arriesgados cubrimientos periodísticos como por sus opiniones derechistas, publicó en el periódico El Tiempo un reportaje sobre el asesinato de Karina García, candidata liberal a la alcaldía de Suárez (Cauca). En ese artículo titulado “Alguien odiaba demasiado a Karina” Hernández cuenta su viaje hasta las montañas del departamento y hace un diagnóstico preciso de la situación actual: los grupos armados controlan los territorios e imponen su ley, afincada en las economías ilegales, algo que las comunidades venimos denunciando como parte del problema de no implementar los acuerdos de paz.
No obstante, Salud Hernández sugiere en el texto que Francia Márquez pudo haber instigado el asesinato de Karina García, supuestamente, por haber opinado que la candidata favorecería la llegada de multinacionales a la región. La mala inquina y la perfidia son claras: ¿acaso es un delito decir la propia opinión? ¿Es que ahora no podemos denunciar los intereses que tienen por devorar nuestros territorios? pero, aunque no hay pruebas Salud Hernández intenta del modo más retorcido posible que los lectores terminen asociando el asesinato de la candidata García con el nombre de Francia Márquez, a pesar de que las autoridades ya han manifestado a la opinión pública que el crimen fue ordenado y cometido por una banda de disidentes que opera al servicio del narcotráfico en la zona. Que una manipulación descarada como ésta acabe publicada en el principal periódico del país representa un señalamiento directo contra la lideresa, poniendo en riesgo su vida y su integridad, ya de por sí amenazada pues Francia Márquez sufrió un atentado a comienzos de abril en la misma región.
Francia Márquez nunca ha tenido una tacha, ni siquiera una sospecha de vínculos con criminales. Su labor ha sido al lado de la gente y de las comunidades que la respetan y la admiran. Son otros los que tienen vínculos probados con delincuentes. La que sí tuvo relaciones con bandidos fue la propia Salud Hernández, que se escribía correos con el asesino paramilitar Carlos Castaño llamándolo “estimado comandante”, en esos años en que las Autodefensas Unidas cometían sus peores masacres, y además le hizo el prólogo de su libro “Mi confesión”.
¿Cómo es posible, por ejemplo, que en la Unidad Nacional de Protección, la entidad encargada de proteger a los líderes sociales, filtren a grupos armados informaciones y datos sobre sus protegidos? ¿Quién tiene vínculos con delincuentes, quién cogobierna con ellos y hace acuerdos para mantener el control, quien armó y creó grupos paramilitares, quién paga testigos falsos y manipula procesos judiciales, quién se asoció con carteles de la droga para librar guerras sucias? ¿Por qué el gobierno colombiano, con el presidente de la República a la cabeza, organizó un operativo ilegal para que un líder opositor extranjero ingresara a nuestro país, y ese operativo fue coordinado y realizado por una banda de narcos y matones que es responsable de múltiples crímenes en la frontera con Venezuela? ¿Alguien entiende la fuga de Aída Merlano? O mejor aún ¿Alguien entiende que personas del calibre de Aída Merlano sean las que dictan leyes y rigen nuestros destinos?
Acá los que tienen vínculos con criminales son otros. Son los mismos que quieren que Francia Márquez se quede callada y no denuncie a las multinacionales y a los caciques que les ayudan, son esos que buscan negar que en Colombia ocurrió un conflicto armado devastador, son los que creen que las negras y los negros no tenemos que andar opinando, ni participando en política, sino vendiendo chontaduros en una esquina, la última opción de trabajo digno que nos queda cuando han saqueado los recursos naturales de nuestros territorios.
FUENTE: EL ESPECTADOR