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agosto 15, 2019

La historia de una partera en Auschwitz


La matrona polaca Stanislawa Leszczynska fue enviada como prisionera a Auschwitz en 1943, donde arriesgó su vida para atender 3.000 partos en un escenario de muerte y desolación, una historia de heroísmo que su sobrina-nieta, Maria Stachurska, suegra del futbolista Robert Lewandowski, lleva ahora a las pantallas.

La historia de este documental comienza en la Polonia bajo ocupación nazi donde, pese al miedo, Stanislawa y su marido ayudaron a la población judía confinada en el gueto de Lódz.

La mujer llevaba clandestinamente comida sirviéndose de la libertad de movimiento que le daba su condición de partera. En 1943 la Gestapo descubrió las actividades del matrimonio y envió como castigo a Stanislawa y a sus tres hijos a diferentes campos de concentración, mientras que su esposo logró escapar en el último momento, aunque moriría en 1944 en el levantamiento de Varsovia.

En Auschwitz, de nuevo su condición de matrona determinaría el futuro de Stanislawa, que fue destinada a lo que eufemísticamente llamaban sala de maternidad, una sala oscura y húmeda donde asistió horrorizada al destino trágico de la mayoría de mujeres embarazadas: cámara de gas o ejecución sumaria.

Sólo algunas eran enviadas a la sala de maternidad, donde una asistente alemana declaraba muerto cada bebé nacido, al que arrojaba sin cortar el cordón umbilical a un balde de agua, donde el pequeño agotaba su corta vida muchas veces ante la mirada destrozada de su madre.

De hecho, cuando Stanislawa llegó a Auschwitz sólo las polacas y soviéticas podían dar a luz y permanecer junto a sus bebés, aunque las posibilidades de que los pequeños sobreviviesen eran casi nulas dadas las carencias que sufrían los prisioneros.

“Mi tía abuela, una mujer de firmes convicciones católicas, también recibió la orden de no cortar el cordón umbilical y condenar a los bebés a la muerte, algo a lo que se negó”, pese a que eso desafiaba las órdenes del terrible doctor Jozef Mengele, explicó Maria Stachurska en una entrevista con Efe.

Stachurska (62 años), licenciada en teología, ha decidido sacar a la luz la historia de su tía abuela con un documental en el que narra la lucha de “la matrona de Auschwitz” para traer al mundo y ayudar a sobrevivir a bebés que, de otro modo, tenían el destino de alimentar a las ratas.

“Tenía que contar esta historia”, subraya Maria Stachurska, quien espera que el documental, que tiene una duración de algo menos de una hora, pueda presentarse en las próximas semanas.

Maria Stachurska, quien como su tía abuela es también una firme católica, recuerda como Stanislawa era reacia a hablar de su experiencia en Auschwitz, aunque nunca tuvo malas palabras para los responsables de la bestialidad de la que fue testigo durante su estancia en el campo.

El documental, que está protagonizado por una bisnieta de Stanislawa, recoge algunos testimonios de familiares de mujeres supervivientes en Auschwitz a las que esta matrona ayudó durante su parto, quienes recuerdan a esta polaca como una auténtica heroína que trajo con su bondad la esperanza en un escenario de desolación.

El documento recoge grabaciones de la voz de la propia Leszczynska, quien murió en 1974 y narra cómo los gusanos carcomían la carne de personas moribundas y cómo la disentería se cebó con muchas mujeres, que veían que sus heces líquidas goteaban desde sus literas anticipando una muerte anunciada.

Según Leszczynska, durante el tiempo que estuvo en Auschwitz asistió 3.000 partos, y sólo una treintena de bebés sobrevivieron hasta la liberación del campo por el Ejército Rojo en enero de 1945.

Stanislawa Leszczynska logró sobrevivir hasta que Auschwitz fue liberado y permaneció allí para cuidar a sus pacientes en un invierno crudo que se cobró la vida de miles de prisioneros víctimas de las gélidas temperaturas.

El último parto que asistió en Auschwitz tuvo lugar en un barracón al que los alemanes habían prendido fuego en un intento de ocultar sus crímenes, recuerda su sobrina-nieta.

Tras el cierre de Auschwitz, Stanislawa regresó a su ciudad natal, Lódz, donde vivió el resto de su vida y donde se ha realizado parte de este documental, financiado por las autoridades polacas.

Sólo algunas personas han podido ver fragmentos de este documental, entre ellos el futbolista polaco Robert Lewandowski, yerno de Maria Stachurska, quien según ésta quedo conmovido por una historia que “atrapa y engancha desde el primer momento”.

FUENTE: EL ESPECTADOR


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