mayo 14, 2019
Estamos Listas, el sueño de consolidar un movimiento político de mujeres en Medellín
Son 2.039 las integrantes de esta colectividad que apunta a ganar siete curules en el Concejo en las elecciones de octubre. Promueven construir una ciudad desde el amor y el cuidado, en la que haya equidad y protección de los derechos humanos.
La tristeza de cinco mujeres a raíz del triunfo del No en el plebiscito por la paz de 2016 fue el motor que dio impulso a Estamos Listas, un movimiento político conformado únicamente por mujeres. A la fecha son 2.039 las integrantes de este colectivo, que ahora busca llegar al Concejo de Medellín y lograr, según sus cálculos, un máximo de siete curules para dar línea política de 2020 a 2024.
La tristeza de cinco mujeres a raíz del triunfo del No en el plebiscito por la paz de 2016 fue el motor que dio impulso a Estamos Listas, un movimiento político conformado únicamente por mujeres. A la fecha son 2.039 las integrantes de este colectivo, que ahora busca llegar al Concejo de Medellín y lograr, según sus cálculos, un máximo de siete curules para dar línea política de 2020 a 2024.
Para ser el grupo significativo de ciudadanas que son hoy pasaron un año y ocho meses y varios encuentros en bares y restaurantes de la capital antioqueña. Sumado a esto, los antecedentes de otros grupos, como Mujeres 2000, el Movimiento Social de Mujeres y el Grupo Político de Mujeres, sirvieron de antesala para reunir a quienes compartían una concepción de ciudad.
“Esta colectividad es una de las más pacifistas y por eso pensamos que era hora de algo distinto. Hasta ese momento, nuestra militancia se daba en las organizaciones sociales y la academia. Ahora será desde la política electoral”, dice Piedad Toro, vocera de Estamos Listas, quien tiene más de 11 años de experiencia en la política. Toro recuerda con alegría la primera reunión: en un espacio prestado y con una invitación silenciosa, entre amigas. Cuarenta mujeres se reunieron en círculo y escucharon la propuesta. Desde ese momento, el crecimiento fue exponencial. Cada una de esas primeras invitó a 30 más y a su vez éstas invitaron a otras, hasta ser suficientes para salir a la escena pública.
Toro, que entre risas acude a la emoción de la memoria, afirma que pese al miedo persiste la esperanza y por eso tienen la convicción de que están dando paso a una revolución política. “Esto es un sueño muy grande. Antes habíamos hecho apuestas concretas y muy individuales. Pero esta es la primera vez que hacemos algo en conjunto”, dice.
Con el 70 % del movimiento conformado por jóvenes, Estamos Listas es un proyecto en construcción. A la vez que llevan a cabo su campaña política, definen su organización interna. Ese ha sido uno de los retos: “A veces para quienes llegan les es difícil entender por qué las decisiones son colectivas. También preguntan por procesos de formación para profundizar los conocimientos políticos. Tenemos la discusión de que queremos satisfacer esa necesidad, pero si nos dedicamos a dar clases de ese tipo, ¿a qué hora conseguimos votos? En este momento la prioridad es la estrategia electoral. Después del 27 de octubre nos enfocaremos en la formación y el control político, y en cómo promover a nuestras integrantes”, comenta la también profesora universitaria.
Además de docentes, del movimiento hacen parte mujeres trans, señoras que trabajan en servicios domésticos, profesionales de todos los campos, investigadoras y artistas. Su lista al Concejo, sin embargo, estará conformada por 14 mujeres y seis hombres, de quienes apenas en junio revelarán los nombres y el perfil.
“Al principio, algunas pensaron que este sería un colectivo mixto. Dijeron que ‘se trata de construir entre hombres y mujeres’, y por eso hubo un grupo de ellas que no siguieron. Ahora existe la Ley de Cuotas, que exige que un movimiento esté integrado por ambos géneros. Entonces conversamos con varios hombres que desde antes apoyaban esta expresión, y no solo por ser mujeres, sino porque reconocen que este es un modelo completamente diferente de hacer política. Les preguntamos a las integrantes sobre aquellos que creyeran que eran aptos y cercanos al colectivo y de una lista de 10 salieron seis representantes del género masculino con altísimas calidades. Son nuestros aliados, nos apoyan en la recolección de firmas, pero no hacen parte de la organización interna y no militan”, cuenta Toro.
Para Beatriz Quintero, directora de la Red Nacional de Mujeres, en el país y en la capital antioqueña hay una gran resistencia a incluir la voz femenina en la democracia, por eso la experiencia de Estamos Listas es importante. “Si la mitad de la población somos las mujeres, hay una dificultad en tomar decisiones de forma paritaria en todos los entes. Por ejemplo, el Congreso tiene apenas el 20 % de mujeres, de los 32 departamentos solo uno tiene gobernadora y solo hay cinco alcaldesas en las ciudades principales”, expresa.
Sobre esto, el concejal uribista Simón Molina arguye que es innegable la poca incidencia de mujeres en estas corporaciones, pero que partidos como el suyo tienen en cuenta la cuota femenina. “De nuestra bancada son dos de las cinco concejalas que tiene Medellín, y la mayoría de congresistas son del Centro Democrático. Este no es solo un tema de discurso sino de demostrarlo. Me parece chévere la iniciativa de que las mujeres presenten una lista al Concejo y que le permita a una o dos llegar a la corporación”, manifiesta.
Y pese a que reconocen el feminismo como la base y el poder de todos los derechos de las mujeres, no todas en Estamos Listas se catalogan bajo ese rótulo. Por ello, su agenda política es para todos los habitantes de Medellín —no solo para las mujeres— y se rige bajo una lógica humanista y social. Tienen como intención que la sociedad antioqueña se cuestione por el valor de la vida en todos los campos. “Nos preguntamos cómo hacer para que el Estado, en efecto, garantice unas condiciones, oportunidades y educación a sus ciudadanos, para promover la cultura ciudadana alrededor del no armamentismo, en una ciudad absolutamente violenta y militarizada en su concepción. Frente al robo, el 90 % de los habitantes dice que lincharía o mataría al ladrón en la calle. Todos piensan que pueden hacer justicia por mano propia”, manifiesta Toro.
De seis puntos programáticos, la propuesta de Estamos Listas tiene como eje “promover la economía del cuidado”, un concepto del mundo académico que analiza el aporte histórico de las mujeres a cuidar los hijos y los familiares enfermos, trabajo por el cual no se les paga. “Creemos que el Estado tiene que identificar con fuerza qué implica ese aporte que es, en su mayoría, de las mujeres, y cómo tendría que retribuirse. Pensar en la posibilidad de un sistema nacional de cuidado. Pasa, por ejemplo, que la mujer que cuidó toda la vida a los hijos nunca se pensionó ni cuenta con un aporte propio. Así uno encuentra muchas adultas desprotegidas”, explica la vocera.
Medellín, que sigue teniendo un halo conservador y tradicional en su forma de hacer política, tiene también ciudadanos que buscan alternativas reales. Estamos Listas, dice, está dirigido a ellos: los que votan en blanco, los que no votan y hasta los que anulan su voto como una forma de protesta. Para Toro, el mensaje es uno solo: “Se ha naturalizado la idea de que el mundo de la política electoral es para seres masculinos muy ilustres, y no. Creen también que la política la representan personas, caudillos como Uribe o Petro. Y no. Aquí la prioridad no es la candidata sino las que la respaldan. Vamos a cambiar la cultura política. Nosotras concretamos el voto hace más de 70 años, nuestra voz debe estar allá. Hace mucho Estamos Listas”.
FUENTE: EL ESPECTADOR