marzo 13, 2019
La brecha de género en el empleo es menor cuanto mayor es el nivel educativo
El gap entre quienes tienen formación universitaria es de nueve puntos a favor de los hombres, pero se eleva a 21 entre quienes no han completado estudios secundarios.
• Las mujeres de 25 a 54 años, en todos los grupos educativos, han recuperado los niveles de empleo previos a la crisis, mientras que, entre los hombres, solo lo han logrado los universitarios.
A finales de 2018 la tasa de empleo de los hombres de entre 25 y 54 años era del 81,5%, 12 puntos porcentuales superior a la de las mujeres (69,3%), según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) analizados por Funcas en el último Focus on Spanish Society. Esta brecha de género en términos de empleo es similar a la registrada en la zona euro desde 2015.
Aunque en 2005 la brecha de género en el empleo era significativamente más alta en España (25 puntos porcentuales frente a 18 en la eurozona), mostró una evolución positiva en los años pre-crisis para reducirse desde 2009. Este descenso no respondió al aumento del empleo femenino, sino a la fuerte destrucción del masculino tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Con el comienzo de la recuperación en 2014, la brecha de género laboral volvió a aumentar como consecuencia de un mayor crecimiento del empleo masculino frente al femenino.
Mención especial merecen las diferencias en función del nivel educativo. La brecha de género en el empleo entre las personas de 25 a 54 años ha sido permanentemente más elevada entre las menos cualificadas. Durante el periodo de expansión económica, la tasa de empleo de los hombres con educación secundaria o menos alcanzó en España el 85%, frente al 50% de las mujeres. La primera se desplomó hasta el 60% durante la crisis, mientras que la segunda no bajó más del 47%, estrechándose el gap. En la segunda mitad de 2018, con el 74% de los hombres y el 53% de las mujeres empleados, la brecha aún era de 21 puntos porcentuales en este colectivo.
Es en el grupo con un nivel educativo más alto donde la brecha de género laboral es menor. A finales de 2018, las tasas de empleo de hombres y mujeres con formación universitaria eran del 89% y el 80%, respectivamente, nueve puntos porcentuales de diferencia. En efecto, el gap en este segmento de la población ha permanecido por debajo de 10 puntos desde 2008, en línea con la eurozona. Los datos sugieren que la brecha de género en el empleo entre las personas con mayor nivel educativo es menos sensible al ciclo económico, pero también apuntan a la existencia de obstáculos estructurales para su mejora.
Focus también aporta evidencia estadística sobre la recuperación de los niveles de empleo previos a la crisis. De acuerdo con la información presentada, las mujeres en todos los grupos de edad ya han recuperado esos niveles de empleo; en cambio, entre los hombres –que sufrieron una mayor caída del empleo durante la crisis–, solo los universitarios lo han logrado.
Salud y cuidados médicos en la infancia Focus on Spanish Society también analiza datos relativos a las condiciones sanitarias de los niños en Europa. Según datos recientemente publicados por Eurostat, el 96% de los niños menores de 16 años en los 28 países de la Unión Europea tenía buena o muy buena salud en 2017, un 3% tenía una salud delicada y menos del 1% la tenía mala o muy mala.
Las cifras sitúan a España en una muy buena posición: el 98% de los niños tenía buena o muy buena salud, menos del 1% sufría limitaciones severas relacionadas con problemas de salud, mientras que el 2% afrontaba limitaciones moderadas.
España también queda en buen lugar en relación a la cobertura de necesidades de examen o tratamiento médico. Solo el 0,3% de los niños tenía una experiencia insatisfactoria en este aspecto frente a la media de la UE-28, del 1,8%, y muy por debajo de países como Bélgica (8,7%), Rumania (7,4%) y Suecia (4,3%). Los indicadores también son positivos en las áreas rurales, en las que el acceso a determinados servicios sanitarios resulta en ocasiones más complicado: un 0,9% de los niños residentes en estas zonas no lograba satisfacer las necesidades de cuidado médico, mientras que la media de la UE-28 se situaba en 2,4%.
Uno de los indicadores en los que España sale peor parada es en el cuidado dental. Los niños menores de 16 años con necesidades de cuidado dental no cubiertas representan el 5,7%, prácticamente el doble que en la UE-28 (2,3%). Los niños que residen en hogares con menos renta sufren en mayor medida esta carencia, lo que indica el limitado desarrollo de la atención bucodental pública.