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enero 10, 2019

Quién era Lady Johana Morales, la joven torturada y asesinada en Cali


A la joven de 26 años le faltaban dos semestres para graduarse de Administración de Empresas. Para pagar sus estudios trabajaba en una iglesia y ayudaba a su padre en un local de cerrajería en el centro de la ciudad. El pasado 2 de enero, su cuerpo fue hallado amarrado con alambre de púas a un tronco, en un canal que desemboca en el río Cauca.

Cortesía

El pasado 31 de diciembre, poco antes de medianoche, Herminzo Morales, padre de Lady Johana, se fundió en un abrazo con su esposa Rubiela y su hijo Andrés Camilo, no para despedir el año sino para “rogarle a Dios” que su hija, desaparecida hacía tres días, volviera a la casa.

Durante todo ese día, la familia, en compañía de vecinos, amigos, y de las autoridades, buscaron por toda la ciudad a Lady Johana Morales Hurtado, de 26 años. No la encontraron. Dos días después, el 2 de enero, el cuerpo de la joven fue hallado con signos de tortura en el corregimiento de Navarro, en un canal que desemboca en el río Cauca.

Morales Hurtado nació cuando la familia vivía en Siloé, comuna 20 de Cali, en el occidente de la ciudad. Estudió toda la primaria y el bachillerato en la Institución Educativa Técnico Industrial Antonio José Camacho, de donde se graduó en 2009.

A partir de entonces, cuenta su padre, empezó a trabajar para poder pagarse sus estudios de carrera profesional. Después de unos años trabajando y estudiando inglés, Lady Johana ingresó a estudiar Administración de Empresas en la Universidad Católica.

Para ayudar a pagar los semestres en la universidad, la joven trabajaba ayudando a su padre en un local de cerrajería ubicado en el centro de Cali. El año pasado, la joven estaba trabajando además en la iglesia La Milagrosa.

Aprovechando la pasada temporada navideña, Herminzo, afuera de su local de cerrajería, montó un puesto informal para vender juguetes. Su hija le había prometido que durante todo diciembre, al salir de trabajar en La Milagrosa, hacia las 6 de la tarde, iría al puesto a ayudarle con la venta en la juguetería.

Así lo hizo todo el mes hasta el pasado viernes 28 de diciembre. Ese día, salió de la iglesia y llegó al local de su padre donde estuvo trabajando hasta poco antes de las 11 de la noche, cuando se dirigió a tomar el MÍO hacia su casa. Su padre, como lo venían haciendo, se quedaba hasta más tarde pues al lado opera una discoteca y él aprovechaba para vender afuera cigarrillos, dulces, agua y gaseosas. Dentro de la discoteca, además, trabaja Rubiela, madre de la joven, en servicios de aseo.

Cuando Herminzo y Rubiela terminaron labores, hacia las 5 de la mañana, se dirigieron a su residencia en donde los esperaba su otro hijo, Andrés Camilo, quien les manifestó que su hermana no había llegado a la casa esa noche.

En ese momento, pensaron que Lady Johana había salido muy temprano hacia su trabajo en la iglesia, como era usual en ella. Durante todo ese día no se preocuparon e incluso al día siguiente todavía no les pareció sospechoso. Según cuenta Herminzo, cuando ella recibía el pago era muy común que se fuera a comprar regalos para toda su familia, aún más teniendo en cuenta que era todavía temporada decembrina.

Sin embargo, ya el domingo 30 de diciembre la preocupación se apoderó de la familia, quienes en principio pensaron que, como era fin de semana de quincena, podrían haberla drogado con escopolamina para robarla. Impulsada por esa hipótesis, la madre de la joven interpuso la denuncia ante las autoridades en la noche de ese domingo y el lunes lo dedicaron a la búsqueda de la mujer.

El primero de enero esperaron en su casa por noticias de la joven, pero fue hasta el martes 2 de enero cuando las autoridades llamaron a Rubiela para pedirle que identificara un cuerpo hallado en deplorables condiciones en el corregimiento de Navarro. Pese a que el cadáver era difícil de reconocer, los aretes que todavía portaba le revelaron a su madre que se trataba de Lady Johana.

Sin embargo, hubo que esperar hasta el día siguiente para que, a través de placas dentales, las autoridades confirmaran con certeza que era el cuerpo de la joven desaparecida cuatro días antes.

Herminzo cuenta que no han decidido ir a la Fiscalía a obtener el reporte de las causas oficiales de la muerte de su hija pues no quiere “atormentar” más a su esposa, quien desde entonces ha estado muy afectada.

A Lady Johana le faltaban dos semestres para graduarse como profesional – pues ya lo había hecho como técnica – en administración de empresas. Entre sus planes estaba estudiar una especialización y seguir trabajando. “El sueño de ella era terminar de estudiar para ponerse a trabajar y que nosotros no trabajáramos más”, recuerda su padre.

El próximo 15 de enero, en la plazoleta Compartir se llevará a cabo una misa especial en honor a Lady Johana, así como una marcha desde su residencia en el barrio Desepaz hasta la plazoleta.

Entre tanto, la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, ofreció una recompensa de hasta $15 millones por información que conduzca a la captura de los responsables del crimen.

FUENTE: EL ESPECTADOR


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