noviembre 23, 2018
Historia 25 de noviembre Día Internacional de No a la Violencia contra las Mujeres
En el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano, julio de 1981, doscientas sesenta mujeres caribeñas, latinoamericanas, norteamericanas y europeas estuvimos en la gran odisea de aunar esfuerzos, ganas, dolores, frustraciones, sueños y esperanzas y nos comprometemos a conmemorar desde ese año, todos los 25 de noviembre como el Día Internacional de No a la Violencia contra las Mujeres. Fue y es una acción de la política de crédito-deuda con nosotras y con las otras mujeres; con todas las mujeres que en sus cuerpos, almas, sueños y esperanzas les han quedado marcadas las violencias perpetradas en su contra. La acción propuesta en ese Primer Encuentro Feminista, ha retumbado en todos los continentes, hoy 34 años después, las actividades, las propuestas, las denuncias pero sobre todo la conciencia progresiva que las violencias contra las mujeres son una violación sistemática a nuestros derechos fundamentales, son logros innegables del feminismo latinoamericano y caribeño.
Las feministas reunidas en este Primer Encuentro, decidimos esa fecha para visibilizar las múltiples violencias que viven las mujeres y conmemorar el asesinato de las tres hermanas Mirabal, opositoras de la dictadura de Leónidas Trujillo en la República Dominicana. Ellas fueron torturadas, secuestradas, violentadas y asesinadas, el 25 de noviembre de 1960.
El feminismo de esos años, en Colombia, resurgió como hecho político en la guerra y hasta hoy resiste, subvierte, propone y se moviliza. Desde el 25 de noviembre de 1981, la calle ha sido el espacio privilegiado para conmemorar el Día Internacional de No a la Violencia contra las Mujeres, haciendo carne lo personal como una acción política. Desde la molestia y la conciencia de estar subvirtiendo uno de los pilares fundamentales del patriarcado las feministas enfrentamos de manera decidida al patriarcado; identificamos, documentamos y denunciamos las violencias contra las mujeres, en tiempos de paz y de guerra; iniciamos la construcción de centros para la atención a mujeres víctimas de las violencias; desarrollamos modelos de atención psicosocial y jurídica; participamos activamente en propuestas de diálogos de paz, desde 198; hemos exigido el diálogo político, para la terminación del conflicto armado colombiano, como el instrumento político y ético que rompe con la política de a la guerra con más guerra; se ha incidido en leyes como la 294/96, 1257/08, 1448/09, 1719/14, y en las diferentes reformas al 2 Código de Procedimiento Penal Colombiano, y desde 2013 en el proceso de negociación para la terminación del conflicto armado entre el gobierno y la guerrilla de las FARC-EP.
En 1981 primer año de conmemoración del 25 de Noviembre Día Internacional de No a la Violencia contra las Mujeres, las feministas nos tomamos las calles con mensajes como: “No te quedes callada”, “La Calle es nuestra”. Desde 1981 y aún en los años más críticos del conflicto armado, del paramilitarismo, del narcotráfico, de recorte de derechos individuales y colectivos, de asesinatos, torturas, desapariciones, desplazamientos forzados, violencias; las feministas año tras año, durante 34 años, nos hemos tomado la calle para denunciar, para resistir, para exigir una vida libre de violencias para las mujeres, y los derechos a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición.
Y en un largo trabajo las mujeres del continente americano nos dimos a la tarea de comprometer a los Estados en la eliminación de la violencia contra las mujeres. Luego de debates, concertaciones e incidencia se logra que los Estados del sistema interamericano adopten la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer (Belém do Pará, 1994). Ratificada por todos los países de la región.
La Convención de Belém do Pará, dio fundamentos para la formulación y aprobación de leyes nacionales que reconocen las diversas formas de violencia contra las mujeres, mecanismos para prevenirla y sancionarla. En la Convención se le otorga a la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) el derecho a acudir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para consultar sobre la interpretación de la Convención en caso de controversia con normatividades nacionales .
Asimismo, el feminismo ha jugado un papel importante para que la Asamblea General de Naciones Unidas, declarara el 17 de diciembre de 1999, como el día Internacional de No a la Violencia contra las Mujeres, mediante resolución 54/134, y en las Resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, sobre mujer, paz y seguridad. La resolución 1325/2000, 1820/08, 1888 y 1889/09, 1960/10, 2106 y 2122/13, y la 2242/2015.
Pero persisten las relaciones de subordinación y opresión, injusticias e iniquidades para grandes colectivos de mujeres, a los cuales no se les ha brindado ni reconocimiento ni igualdad de oportunidades para el disfrute de su autonomía y el ejercicio de la ciudadanía; patrones culturales que sitúan a la mujer en un plano de inferioridad; la violencia que a diario se ejerce sobre ellas, por el simple hecho de ser mujer; las prácticas discriminatorias; la escasa representación de las mujeres en la política formal y en los cargos de decisión; el no reconocimiento de la autoridad de las mujeres, son aún hoy una realidad. Por ello, la vindicación por una vida libre de violencias para las mujeres es aún nuestro reto y utopía.
Las mujeres hemos actuado, es hora que la sociedad y los Estados actúen a favor de las víctimas, actúen para garantizar la no repetición de los hechos de violencias en contra de las mujeres, lo cual supone prevención, sanción y reparación a las víctimas, y transformación en las relaciones de opresión y explotación que viven las mujeres.