noviembre 2, 2018
En Turquía, mujeres temen que se declare la sharia, ley islámica
Zekine Türkeri, periodista y escritora kurda, ha venido a Cataluña para explicar cómo conjuntamente las mujeres kurdas y turcas se enfrentan estos últimos tiempos a las purgas de Recep Tayyip Erdogan para defender su dignidad como pueblo y como mujeres.
Hemos entrevistado a Zekine Türkeri, para La Independent, tras la presentación de su libro “Un verano kurdo. Historias de resistencia al ISIS, la ocupación y el exilio” de la editorial Descontrol y Azadí Plataforma que se ha celebrado en una de las naves del espacio vecinal y autogestionado de Can Batlló, en el barrio de la Bordeta, de Barcelona.
La periodista que nació en 1967 en Malatya, en el sureste de Turquía, en el centro de la península de Anatolia, descubrió cuando fue a la universidad a estudiar Ciencias Políticas, en Ankara, que formaba parte de un pueblo, el kurdo, cuyas raíces se extendían mucho más allá de Turquía. Esto fue para ella un choque de identidad que la ha llevado a no abandonar nunca el interés por la resistencia de su pueblo, especialmente por el papel de las mujeres guerrilleras.
Zekine Türkeri residió diez años en Madrid, Barcelona ha sido el punto de encuentro para descubrir y disfrutar con su hijo, Keko, de algunos rincones de la capital catalana. En su conversación Türkeri habla con mucha convicción. Con una mano gesticula, mientras busca algunas palabras, y, en la otra, tiene a menudo un cigarrillo encendido que va manteniendo mientras contesta preguntas sobre la lucha de las guerrilleras kurdas que combaten contra toda opresión, incluso, el machismo de sus compañeros o sobre la desesperación de los jóvenes en Oriente Medio que no tienen ni trabajo, ni perspectivas de futuro desde hace muchos, muchos años.
En 2014, bajo las incipientes amenazas de ISIS, el periodista decidió emprender un viaje para mostrar a su amigo Refik, diferentes rincones del Kurdistán y hacer una serie de reportajes para el canal de televisión IMC TC por el que trabajaba desde hacía tiempo y que dieron origen al libro presentado en Barcelona.
En Turquía estos últimos años hay mucho miedo y estos últimos meses, aún más. Las purgas del presidente Recep Tayyip Erdogan en todos los sectores que pidan apertura y democracia política han provocado ya centenares de muertos, más de cien mil personas en paro, más de 40 mil personas en las cárceles, periódicos, radios y cadenas de televisión cerradas y, a estas alturas, 162 periodistas entre rejas, un tercio de los cuales son hombres o mujeres kurdas. Ni en los trágicos años noventa, ni ahora se quiere dar por vencida.
Ha hablado claro con La Independent “Estos últimos tiempos, estamos viviendo una gran regresión en cuanto a las libertades. En Turquía puede estallar en cualquier momento una guerra civil. Erdogan ya hace tiempo que ha dado señales de ir hacia un sistema cada vez más dictatorial. Desde el poder está haciendo crecer el odio de unos contra otros y esto perjudica a las mujeres. Hay muchas que tienen miedo de que declare la sharia, la ley islámica”
Ella desde hace mucho tiempo que continúa yendo a las concentraciones que las mujeres kurdas hacen en la plaza de Kalkedon, en el barrio Kadiköy, en la parte asiática de Estambul para protestar por las políticas represivas de Erdogan. Ahora es una más de las que engordan estas listas de parados ya que, hace unos meses, Erdogan ordenó cerrar el canal de televisión IMC TV para que ella trabajaba, además de clausurar universidades, medios de comunicación y sindicatos.
Teresa Carreras (TC): Hay un silencio mediático en torno a los kurdos. ¿Qué ha cambiado para ustedes en estos años?
Zekine Türkeri (ZT): Yo siempre explico que los kurdos se habían asentado tradicionalmente en una región montañosa de quinientos mil kilómetros cuadrados que rodeaban las zonas altas de Mesopotamia. El Kurdistán fue dividido después de la caída del Imperio Otomano, es decir después de la Primera Guerra Mundial cuando Francia e Inglaterra se repartieron Oriente Medio. Los kurdos quedaron divididos entre Irak, Irán, Siria y Turquía. Yo en los años noventa veía familias separadas en Turquía y Siria que se echaban regalos por encima de las vallas de la frontera. Hubo unos años desde el 2004 al 2009 que las fronteras se ablandaron. Ahora es imposible ir de un lugar a otro. Y los Estados que tienen población kurda hacen que ésta sea invisible.
TC: ¿Qué ha cambiado para ustedes desde el inicio de la guerra de Siria?
ZT: Por todas partes hay peligro, pero en Siria las fuerzas kurdas controlan su territorio, a pesar de la amenaza de Damasco, de Turquía y del ISIS. En Irak el Gobierno de Bagdad les reconoció una autonomía- y votarán en un referéndum- pero las dificultades proceden del ISIS que han situado su capital en Mosul. Tienen petróleo pero no lo pueden vender. Han recibido dos millones y medio de refugiados. En Irán después de una etapa mejor, ahora son invisibles y perseguidas sus reivindicaciones. En Siria, Kurdistán sirio, el territorio del norte y noreste está controlado por los kurdos. En Turquía están aplastados por el gobierno, no pueden salir a la calle, ni manifestarse. A día de hoy un tercio de los periodistas encarcelados por Erdogan son kurdos.
GUERRILLERAS KURDAS ANTIPATRIARCALES
TC: ¿En qué se diferencia la mujer kurda del resto de mujeres de la región?
ZT: Como la mayoría de las mujeres del mundo, incluidas las de Oriente Medio, las mujeres kurdas están todavía oprimidas. Después de casi un siglo de negación del pueblo kurdo y gracias a la lucha que las mujeres kurdas han emprendido en los últimos 40 años, pero sobre todo, en los últimos 14 ó 15 la situación ha cambiado bastante. Han conseguido logros importantes a nivel de igualdad, como por ejemplo la paridad en muchos ámbitos, pero todavía tienen que hacer mucho camino. Gracias a la lucha de estas mujeres Oriente Medio ha dado pasos grandes en materia de igualdad. Estoy convencida de que tanto para las mujeres kurdas como para las turcas que luchan por la igualdad ya no hay marcha atrás.
TC: Usted quería hacer un libro sobre las mujeres guerrilleras kurdas…
ZT: En el libro que he presentado en Barcelona hay algunas historias de guerrilleras que conocí en las montañas. Pero es cierto que no he podido hacer un libro centrándome en su organización y los objetivos como mujeres guerrilleras kurdas. No obtuve los permisos para llegar hasta estas mujeres y después ya estalló la guerra y no se puede ir. Son un movimiento feminista, desarrollan un modelo político antipatriarcal y anticapitalista. Mi libro se lo dedico porque ellas dan su vida para defender la de todas nosotras. Es para todas aquellas que se fueron a las montañas y que seguro que no volverán nunca más.
Luchar como guerrillera significa no volver nunca más a casa y dar la vida por la liberación de su pueblo, por la dignidad y por sus derechos como mujeres en una sociedad machista. Con la tristeza de tener que dejar a sus hijos y de no verlos crecer. Se dice que hay unos 10 mil kurdos librando batalla y un 30 por ciento de esta cifra son mujeres. Las guerrilleras son mujeres feministas y hay perfiles de todo tipo desde universitarias, a analfabetas. Sólo por el hecho de estar en las montañas luchando con los hombres ya es una revolución. Esto no se ve en todo el Oriente Medio. Me afectó mucho ver a estas mujeres en las montañas de Qandil, en el Kurdistán iraquí.
TC: Como es una periodista kurda trabajar en Turquía?
ZT: En Turquía hay un fascismo brutal y no sólo los kurdos resisten contra la barbarie sino que también lo hacen una minoría progresista turca. En Europa, desde la derecha a la izquierda todos quieren que sean ellos y ellas quienes lo soporten. Pero lo hacen solas y solos. Se debe detener a Erdogan, porque si no la situación irá de mal en peor. La Unión Europea (UE) es la responsable de la situación no abriendo las fronteras a los refugiados.
TC: Siempre ha visto igual a Erdogan. ¿Cree que volvería a ganar?
Hace años fue alcalde de Estambul y entonces hizo un buen trabajo porqué mejoró el nivel de vida de muchas zonas de la ciudad y también de las mujeres. Pero últimamente ha cambiado mucho porque las condiciones lo han hecho cambiar.
ZT: Últimamente ya no tiene perdón. Ha perjudicado mucho a las mujeres. Hace años las mujeres con velo o sin se respetaban entre ellas. Ahora no, hay mucha presión social en llevar el velo, en hacer el Ramadán, en guardar las formas en los lugares públicos porqué si no te denuncian. En Oriente Medio no hay nada estable pero incluso con sus métodos antidemocráticos actuales tendría un 30 por ciento de la población que el apoyaría y, entre ellas, muchas mujeres.
MÁS VIOLENCIA DE GÉNERO
TC: ¿En esta situación ha aumentado la violencia de género?
ZT: Los derechos de las mujeres han retrocedido. Muchas mujeres están perdiendo la esperanza de tener más cuotas de libertad. Hay mucha violencia en todo el Oriente Medio pero se esconde. Las feministas turcas y kurdas estamos luchando mucho contra eso.
La prensa no lo refleja. Lo frivoliza. Pero sí que puedo decir que han crecido el número de denuncias. Según datos del año pasado de la empresa turca GIZC, un 44.7 por ciento de mujeres turcas y kurdas sufren violencia machista. De esta cifra un 68.7 por ciento han dicho que tienen miedo porque su vida corre peligro y un 58.4 por ciento frente a la violencia doméstica no tiene donde ir.
En esta encuesta un 71 por ciento del total dice que no son felices con su realidad. En Turquía durante los 100 primeros días de este año 2017 se contabiliza 106 mujeres muertas en manos de sus ex-parejas mientras que el año pasado, en el mismo periodo, las mujeres asesinadas eran 96.
TC: ¿Cuál es la respuesta cuando hay un asesinato?
ZT: Cada vez que han matado a una mujer las otras hemos salir a la calle. Uno de los casos que hizo mucho ruido fue el de la joven Özgecan Aslan, de 19 años, que venía por la noche de la universidad con un microbús. El conductor la violó y mató.
Gracias a la fuerza de las feministas el hecho fue muy visible en los medios. Eran las mujeres que llevan el féretro del Özgecan. Su padre fue un gran luchador. Ahora que Erdogan está hablando de instaurar la pena de muerte, él dejó claro que ni quería la pena de muerte ni que utilizaran el nombre de su hija. Todavía hay muchísimos matrimonios pactados y eso lo tenemos que desterrar.
Ante esta situación lo que sí observo es que cada vez más las mujeres kurdas y turcas colaboramos en la lucha. Yo soy una persona muy activa a favor de los derechos de las mujeres que en Turquía y, siendo kurda, no es fácil. Aprendí mucho de mi madre. Se llamaba Gule, era analfabeta y siempre se negó a obedecer el dictado de un hombre. Mi hermano me pegó cuando yo tenía 3 años y, a pesar de que se disculpó, yo no lo perdoné. Aplico la igualdad en mi vida personal. Me han detenido cinco veces en mi vida y me han pegado. No me he podido volver porque tenía las manos atadas pero si lo hubiera podido hacer, lo hubiera hecho.
EL FUTURO EN UN SISTEMA ATASCADO
TC: ¿Cómo ve el futuro?
ZT: No soy capaz de ver el futuro ni por las mujeres guerrilleras, ni por Turquía, ni por los kurdos, ni por Oriente Medio. Los jóvenes del Kurdistán están muy organizados y ellos si tienen alguna esperanza pero tiene que haber una solución global. Desde mi punto de vista la mejor sería compartir con todo el mundo todo lo que tenemos.
Sé que no es realista pero iríamos hacia una sociedad más justa. Europa está cerrada en sí misma y ve a todas estas personas que huyen de la guerra como potenciales terroristas. La UE ha alcanzado un desarrollo tecnológico elevado pero el sistema humanamente está atascado.
En Turquía hay más de tres millones de refugiados y en Grecia no sé cuantos. Si esta gente no se puede integrar en la sociedad serán candidatos a afiliarse al ISIS. La persona herida es muy peligrosa.
*Este artículo fue retomado del portal de la agencia de noticias La Independent.
FUENTE: TRIBUNA FEMINISTA