octubre 17, 2018
Los expedientes sobre la doble vida del excapitán abusador de menores
Raúl Romero, ‘El depredador’, fue condenado a 21 años de cárcel.
El exoficial de infantería de marina Raúl Romero Pavón, condenado por un juez de Cartagena a 21 años y 9 meses de prisión por los delitos de concierto para delinquir agravado y explotación sexual agravada con menor de edad, tenía una doble vida.
En su último acto oficial como capitán de la Armada Nacional Romero Pavón lució perfectamente vestido de blanco y en su pecho, brillantes, las condecoraciones de su vida militar. Ese día tuvo lugar el encuentro internacional de veleros militares (sail), llevado a cabo en Cartagena durante la tercera semana de julio. El hoy condenado fue uno de los militares anfitriones del evento.
Pero mientras se codeaba con altos mandos de la Fuerza Pública y personajes de la política, en las noches, Romero Pavón de 34 años, salía a bordo de una motocicleta y se transformaba en un depredador sexual que recorría la ciudad en busca de menores vírgenes a las que engañaba con regalos y dinero para accederlas sexualmente.
‘El depredador’, como lo señala la Fiscalía, tatuaba a las menores con las iniciales de su nombre y las obligaba a presentarle más niñas.
“Hubo perversidad desproporcionada capaz de destruir la estructura familiar”, señaló el juez primero penal de Cartagena, Fredy Machado, al condenar al hombre.
Pese a que el juez había ordenado que el hombre fuera recluido en la cárcel para funcionarios públicos de Sabanalarga en el departamento del Atlántico, la Fiscalía apeló la decisión y recordó que el condenado ya es un exfuncionario de la Fuerza Pública y por lo tanto debe ir a una prisión normal.
Hubo perversidad desproporcionada capaz de destruir la estructura familiar
Raúl Romero Pavón, oriundo de Boyacá, fue capturado el 28 de julio pasado dentro de las instalaciones de la Armada Nacional.
“Nosotros le avisamos a los superiores de la investigación y llegamos hasta la Armada, cuando hicimos el procedimiento el hombre quedó sin aliento y prácticamente aceptó los delitos”, señaló una fuente de la Fiscalía.
En este caso también cursa un proceso contra el hombre que tatuaba a las víctimas que Romero Pavón le enviaba. Pese a que el tatuador alega que no conocía la forma como procedía su cliente, la Fiscalía ha dicho que lo procesa porque habría accedido sexualmente a una de las niñas que Romero Pavón le llevó.
También es procesada una joven de 19 años quien sería la encargada de conseguirle menores vírgenes a este depredador sexual.
Condena ejemplar gracias a denuncias
Esta condena ejemplar se dio gracias a denuncias. Romero Pavón es el primer condenado por la operación ‘Vesta’, que emprendió la Fiscalía en Cartagena contra la explotación sexual y la trata de personas.
En esta operación, llevada a cabo durante la última semana de julio también fue capturada Liliana del Carmen Campos Puello, y cuatro israelíes envueltos en redes de explotación sexual de la cual también hacían parte administradores de hoteles.
En diálogo con la Fiscalía, EL TIEMPO estableció que esta condena ejemplar y en tiempo récord se dio gracias a que la madre de una de las niñas abusadas por este hombre tuvo la valentía de denunciar y jalonar a otras víctimas a ir ante las autoridades.
Se estima que podrían ser más de 10 las menores víctimas de este hombre.
“La condena de este abusador y proxeneta hace parte de la justicia; pero necesitamos prevenir y evitar que nuestros niños y adolescentes sigan siendo abusados. Que este ejemplo nos sirva para seguir luchando por este flagelo”, señaló en su cuenta de Twitter el excandidato a la alcaldía de Cartagena, Andrés Betancourt.
El caso del excapitán de la armada indignó a las autoridades pues se trató de un hombre que tenía investidura como militar. La manera de operar por parte de Romero Pavón era recorrer los barrios más humildes de la ciudad en una moto en busca de víctimas, menores de 17 años, niñas a las que engañaba con obsequios y dinero.
Este martes cuando se conoció su condena, el hombre salió de la audiencia judicial en Cartagena fuertemente escoltado ante la amenaza de un linchamiento.
JOHN MONTAÑO
Corresponsal de EL TIEMPO
Cartagena
FUENTE: EL TIEMPO