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octubre 9, 2018

Lucy Tejada, la artista contemporánea de la ternura


Dibujante, muralista, grabadora e investigadora de diversas técnicas artísticas, la pintora colombiana de la naturaleza y la sensualidad es un referente del siglo XX en América del Sur

La perseverancia también es una buena estrategia para descubrir el talento, y es lo que hizo Lucy Tejada antes de dedicarse al arte de manera profesional. Siempre estuvo orgullosa de poder vivir de la venta de sus cuadros, pero antes de que eso llegara recibió nociones de pintura de su madre, se fijó en cómo trabajaba su hermano, el también pintor Hernando Tejada, y visitó con asiduidad las exposiciones de Alejandro Obregón, que un día le preguntó que por qué iba tanto a sus exposiciones y la animó a estudiar Bellas Artes.

La artista colombiana es un referente en el arte contemporáneo de América del Sur, además de pionera en adoptar el arte como profesión en Colombia, ya que jamás recibió una beca ni una ayuda del Estado. Sus obras expresionistas con figuración poética contienen un mundo ideal, habitado por personajes que en su mayoría son mujeres y niños. “Mi arte siempre fue más imaginativo. Pensé en la composición y la capturé, los colores que emergen de acuerdo con mi estado de ánimo”, aseguró Tejada en una entrevista.

Lucy Tejada Sáenz nació el 9 de octubre de 1920, en la localidad colombiana de Pereira. Era la segunda de cinco hermanos y toda la familia sufrió las consecuencias de la crisis económica con cambios de lugar de residencia y también de trabajo del padre.

En 1941, con 21 años, Lucy terminó el bachillerato en el Liceo Benalcázar y se convirtió, junto a dos compañeras, en la primera graduada como bachiller en el Valle del Cauca. El fallecimiento de su madre marcó, sin embargo, la existencia de la joven, que viajó a Bogotá para estudiar Arte y Decoración en la Universidad Javeriana después de haber realizado un curso de artes plásticas junto a su hermano un año antes.

Animada por el pintor Alejandro Obregón, Lucy Tejada se matriculó en 1945 en la Facultad de Bellas Artes en la Universidad Nacional de Bogotá, donde fraguó amistad, además de con el propio Obregón, con Eduardo Ramírez Villamizar, Edgar Negre, Enrique Grau y María Negreiros, todos quintos de la artista en ciernes. Allí también conoció a al pintor Antonio Valencia Mejía, estudiante de la escuela de Bellas Artes y fundador de la Revista ‘Plástica’, que se convertiría después en su esposo.

Un año más tarde empezó a trabajar como ilustradora para los periódicos ‘El Tiempo’ y ‘El Espectador’ y participó en la exposición de Escultores y Pintores Jóvenes de Colombia, en el que Lucy Tejada ganó el segundo premio. A partir de este momento el reconocimiento del público y de la crítica la convirtió en una artista muy popular y ella quiso seguir profundizando en el estudio del arte y de las técnicas pictóricas después de participar en numerosos certámenes locales y nacionales y conseguir diferentes premios. Su decisión en 1952 fue realizar un viaje por Europa, donde permaneció cuatro años recorriendo España, Francia y Rumanía y estudiando Grabado en la Real Academia San Fernando y en la Escuela de Artes Gráficas en Madrid.

Ese viaje le permitió descubrir los grandes museos europeos, pero todo el bagaje que adquirió no se vio refrendado en lo económico, perdiendo sus ahorros y regresando sin dinero a su localidad natal en Colombia. “Uno va dando tumbos por las circunstancias. Cuando yo vine de España lo hice sin dinero y en Pereira me dieron la mano. Aparecieron personas muy queridas, entre ellos Hernando Mejía”, recordaba Tejada.

Algunas de las obras que realizó a partir de 1957 las hizo en Pereira, año en el que ganó el Primer Premio en el X Salón de Artistas Nacionales, como los cuatro murales que aún se conservan en la ciudad. Tuvo dos hijos con Antonio Valencia a los que cuidó y educó entre Pereira y Cali y desarrolló trabajos en el Club Rialto y en el Parque de la Libertad de Pereira, así como en el Museo La Tertulia de Cali y en la Biblioteca Luis Ángel Arango, de Bogotá.

A partir de los años cincuenta su trabajo tuvo una gran presencia internacional, participando incluso en la bienal en Venecia, en São Paulo, en México, en Córdoba (Argentina), en Medellín, en San Juan de Puerto Rico y en La Habana (Cuba), entre otros países. Para administrar su gran legado pictórico, Lucy Tejada, junto a su familia y amigos más cercanos, constituyó la Fundación que lleva su nombre con el objetivo de conservar y difundir su trabajo y el de su hermano Hernando.

En 1960 fundó, junto con María Negreiros, Jean y Mieke Bartelsman, Tiberio Vanegas y su hermano Hernando Tejada, El Grupo Taller, también llamado Grupo de Cali, que fue la primera agrupación de pintores a quienes muchos atribuyen el despertar cultural de la ciudad.

Lucy Tejada continuó pintando y recibiendo premios, como el Premio de Adquisición en 1962, el Primer puesto del Décimo Festival de Arte en 1970 y hasta el Premio Vida y Obra en 2008, del Ministerio de Cultura de Colombia, por su larga trayectoria en la pintura y su aportación al arte del país.

Sin embargo, los últimos diez años de vida de Lucy Tejada no fueron fáciles debido a una ceguera que le impidió seguir pintando. En el 2008 la artista visitó por última vez la ciudad en la que nació, Pereira, para conocer el centro cultural que lleva su nombre.

El 2 de noviembre de 2011, después de permanecer dos semanas en la Unidad de Cuidados Intensivos de la clínica de Occidente de Cali, Lucy Tejada falleció a los 91 años acompañada por sus dos hijos, Claudia y el también artista Alejandro Valencia Tejada.

Después de su muerte, y cumpliendo su voluntad, la familia entregó a la ciudad de Pereira una colección muy valiosa de 163 piezas de su trabajo con vistas a realizar una exposición pública permanente en el futuro. Entre los proyectos que ha sacado adelante la Fundación se encuentran el sitio web de los Tejada y el libro sobre la obra de Hernando Tejada.

En la ciudad natal de Lucy Tejada, Pereira, existe el gran centro cultural que visitó y que lleva su nombre, y que es sede de la Banda Sinfónica, de la Biblioteca Municipal, la sala de exposiciones, los talleres de música, teatro, danzas y locales comerciales de actividades culturales.

FUENTE: EL PAIS


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