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julio 26, 2018

Oxfam: un 72% de jóvenes responsabiliza a la víctima de violencia sexual por su vestimenta


Oxfam presenta el estudio Rompiendo moldes: transformar imaginarios y normas sociales para eliminar la violencia contra las mujeres, que analiza los imaginarios sobre violencia machista predominantes entre jóvenes de 15 a 25 años de Bolivia, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y República Dominicana.

En América Latina y el Caribe1.831 mujeres fueron asesinadas en 2016, solo por hecho de ser mujeres, según datos del Observatorio de Igualdad de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Este informe destaca la normalización de la violencia machista entre los y las jóvenes, quienes han normalizado los celos, el control y las agresiones. Además, pone de manifiesto que la culpabilización de la víctima está muy presente en el imaginario colectivo de la juventud.

El informe, comisionado por Belén Sobrino, se enmarca dentro de la campaña “Basta”, en la que participan los ochos países analizados en el estudio. Su finalidad es detectar los problemas existentes y atajarlos con mayor precisión. Pese a que el informe se centra en América Latina  el Caribe, desde Oxfam recuerdan que es un problema global y que en nuestro país se encuentran tendencias similares.

El 56% de las mujeres y el 48% de los hombres, participantes en el estudio, tiene alguna conocida de su círculo cercano que ha sufrido violencia física o sexual en los últimos 12 meses. “Realmente es un dato muy preocupante, quiere decir que estas violencias son sistémicas y estructurales y no son algo excepcional” ha expresado María Reglero, responsable de los derechos de la mujeres en Oxfam, en la presentación del estudio.

El informe, que contó con el apoyo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLASCO) para el levantamiento y procesamiento de la información, destaca que seis de cada diez chicas y chicos consideran que las mujeres no abandonan las relaciones de pareja violentas por las amenazas de muerte de su pareja. Y cinco de cada diez encuestados y encuestadas piensa que para las mujeres esta violencia es algo normal. “Existe esta prevalencia de las violencias y este imaginario de normalización”, apunta Reglero.

En cuanto a las personas más jóvenes y su percepción de la violencia, el estudio indica que un 62% de las chicas y chicos de la franja de edad entre 15 y 19 años, considera que está justificado que un hombre agreda sexualmente a una mujer cuando ha consumido alcohol y un 72% responsabiliza a la superviviente de violencia sexual por la ropa que llevaba puesta cuando sufrió la agresión.

Del mismo modo, siete de cada diez considera que los manoseos o las violencias callejeras son responsabilidad de las chicas por el tipo de ropa que llevan puesto. “Es preocupante por esta justificación de la violencia”, manifiesta Reglero.

Así mismo un 84% de las personas encuestadas considera que la causa de la violencia es la desigualdad de género y  siete de cada diez piensa que es una responsabilidad exclusiva del Estado combatirla “esto quiere decir no se sienten interpelados e interpeladas a actuar, romper y transgredir estas normas sociales, estos imaginarios y estas violencias”, explica María Reglero.

En esta línea, otro dato destacable que aporta Oxfam sobre la normalización de la violencia es que un 86% de los chicos y chicas encuestados reconoce que no intervendría si presenciara cómo un amigo suyo agrede a su novia. “Nos parece un dato muy preocupante”, manifiesta.

Para la obtención de los datos se han analizado los resultados de 4731 encuestas, 47 grupos de discusión y 49 entrevistas en profundidad. Sobre la elaboración del informe y el desarrollo del trabajo María Reglero afirma: “Nuestro trabajo va de la mano de los movimientos feministas que son quienes lo han traído a la agenda, nuestro rol es facilitador, es un rol catalizador”

Oxfam propone alternativas que están transformando los imaginarios y normas sociales, inciden en la importancia de los espacios de socialización como los centros educativos, los medios de comunicación, la cultura y las redes sociales. Además, recuerdan la importancia de los movimientos feministas latinoamericanos que han promovido campañas como “Ni una menos” que precedió al “me too”, explican que son nuevas herramientas para deconstruir el imaginario colectivo machista y crear nuevas bases.


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