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mayo 7, 2018

El voto femenino, un derecho que costó mucho conseguir


Desde hace más de cinco décadas, las colombianas luchan por participar en las decisiones políticas.

En Colombia, 36’025.318 personas son aptas para ejercer el derecho al voto. Según la Registraduría Nacional, 18’606.307 de ellas son mujeres, lo cual indica que la población femenina tiene el mayor potencial electoral. En contraste, su participación en las postulaciones a los cargos de elección popular es baja. Estas alcanzaron el 34 por ciento en los pasados comicios legislativos, solo cuatro puntos por encima del mínimo exigido por la ley de cuotas (30 por ciento).

Pero eso no quiere decir que los avances en este campo sean de poca monta. De hecho, este año, por primera vez, existe una alta probabilidad de que una mujer ocupe la Vicepresidencia de la República, pues hay cuatro candidatas.

El camino para llegar a este punto ha sido largo. Comenzó hace más de 60 años, cuando un grupo liderado por Josefina Valencia, Esmeralda Arboleda, Matilde González y María Teresa Arizabaleta buscó darles a las mujeres un lugar de participación política y social. En esa época, marcada por la religión y una visión patriarcal del mundo, las funciones de las mujeres se limitaban a ser madres, apoyar a los hombres y hacer las labores del hogar. Su participación en política no podía ni siquiera considerarse.

‘No votar es imperdonable’

Bajo el mandato del general Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957), dos mujeres conservadoras, Josefina Valencia y Teresa Santamaría, y dos liberales, Esmeralda Arboleda y María Currea, fueron delegadas para participar en la Asamblea General Constituyente de 1954, en la cual se definió que las mujeres podían elegir y ser elegidas.

Posteriormente, el primero de diciembre de 1957, en el plebiscito por la paz (que dio origen al Frente Nacional), 1’835.255 mujeres se acercaron a las urnas para ejercer su derecho al sufragio por primera vez. Según las cifras de la Registraduría Nacional,los tres departamentos con mayor participación femenina fueron Cundinamarca, con 358.459; Antioquia, con 222.498, y el Valle del Cauca, con 219.213.

Ese día significó el inicio de una transformación de la mujer en la sociedad colombiana. No solo se estableció la política como un nuevo espacio de participación para ellas, sino que eso supuso una ruptura con el modelo machista que imperaba entonces, lo que les dio más fuerza y reconocimiento a las voces de las mujeres.

En ese sentido, y a pesar de que votar no es obligatorio en Colombia, no pocos ven la abstención femenina como un desconocimiento del trabajo de esas pioneras que soportaron maltratos y rechazos para hacer valer sus derechos.

En las últimas elecciones legislativas en Colombia dejaron de votar más de la mitad de las personas habilitadas, tanto hombres como mujeres. La abstención fue del 51 por ciento.

María Teresa Arizabaleta, pionera del voto femenino, invita a ejercerlo: “Esto nos costó mucho trabajo. ¡Tienen que votar! Voten por el que les dé la gana, pero voten. Por la derecha, la izquierda o por el centro. No se justifica que a estas alturas exista el abstencionismo femenino. La abstención es imperdonable”.Como dice ella, los más de 18 millones de mujeres aptas para votar tienen una gran oportunidad para volver a hacer historia.

María Teresa Arizabaleta, la caleña que lideró el voto femenino en Colombia

María Teresa Arizabaleta

María Teresa Arizabaleta, una de las primeras mujeres que lideraron la lucha por el sufragio femenino en Colombia.

Foto:

Juan B. Díaz / EL TIEMPO

María Teresa Arizabaleta recuerda haber sido una niña rebelde que les llevaba la contraria a sus profesores, a su madre y a todo aquel que le dijera que estaba mal preocuparse por los demás. De pequeña, en su natal Cali, se preguntaba por la situación de sus compañeras y por la suya, hablaba fuerte y reclamaba sus derechos. Pensaba diferente y quería liderar.

“Recuerdo muy bien que, durante uno de mis tantos castigos, escuché que en un salón hablaban sobre la importancia de que las mujeres votáramos. En esas entré y le dije a la rectora que yo quería participar, que sabía poco de política, pero que por favor me enseñara y me involucrara”, cuenta. A partir de aquel día, con solo 14 años, Arizabaleta inició la lucha por el derecho al sufragio femenino en Colombia.

De la mano de sus amigas, y con el apoyo de su familia, emprendió un recorrido por varias ciudades. Siempre iba con Matilde González y Esmeralda Arboleda, quienes la secundaban en el sueño de movilizar a las mujeres para transformar su realidad política y social.

Hoy, a los 84 años, recuerda con nostalgia y profunda alegría el primero de diciembre de 1957. Ese domingo, en compañía de su esposo y sus padres, salió a votar por primera vez, en el plebiscito por la paz que originó el Frente Nacional.

A los 84 años, recuerda con nostalgia y profunda alegría el primero de diciembre de 1957. Ese domingo, en compañía de su esposo y sus padres, salió a votar por primera vez, en el plebiscito por la paz

“Ese día mi vida cambió —afirma—. Y sé que también cambió para los más de dos millones de mujeres que votamos aquella mañana. Recuerdo que me levanté muy temprano y no hacía sino ver por la ventana, esperando que amaneciera”.

Después de la votación, muchas mujeres empezaron a hablar en reuniones sobre el maltrato que recibían de sus esposos. Arizabaleta las motivaba para que denunciaran y no permitieran ningún tipo de violencia. Así que su lucha no se limitó a defender la participación política femenina, sino que se extendió a la violencia física, incluida la sexual.

En 1973, a punto de cumplir 40, empezó a denunciar estos casos, lo que fue interpretado por algunos como un ataque al modelo conservador y religioso de la familia que imperaba en esa época.

A causa de sus denuncias, en más de una ocasión fue golpeada, pero eso no fue suficiente para silenciarla. Continuó su incansable trabajo para darles a las mujeres una vida digna y con más opciones que lavar ropa, planchar y cuidar hijos.

Hoy, cuando revisa su recorrido vital, esta mujer de voz firme ratifica que, aunque se han logrado grandes cambios, todavía falta mucho por hacer para conseguir una verdadera equidad de género.

En ese sentido, resalta la importancia que tiene el hecho de que, por primera vez en la historia colombiana, cuatro mujeres sean candidatas a la vicepresidencia de la República, y hace un llamado a la población femenina para que ejerza su derecho al voto. Para ella, esta es la mejor forma de reconocer la lucha de quienes lo hicieron posible.

Participación política de la mujer en Colombia

1952

En la Asamblea de la ONU se decretó el derecho al sufragio femenino en el mundo.

1953

El general Gustavo Rojas Pinilla delegó a cuatro mujeres para liderar la ley del voto femenino.

1954

En la Asamblea Nacional Constituyente se decretó el derecho de la mujer a elegir y ser elegida.

1956

Carola Correa de Rojas Pinilla fue la primera mujer en recibir cédula de ciudadanía.

1957

Las mujeres votaron por primera vez en el plebiscito por la paz, que originó el Frente Nacional.

1958

Esmeralda Arboleda fue la primera mujer en Colombia que obtuvo una curul en el Senado.

1974

María Eugenia Rojas fue la primera mujer candidata a la presidencia de Colombia.

1991

Noemí Sanín Posada es nombrada ministra de Relaciones Exteriores en el gabinete de César Gaviria.

1998

Marta Lucía Ramírez Blanco se convirtió en la primera mujer ministra de Comercio Exterior.

2002

Marta Lucía Ramírez fue también la primera mujer en ser nombrada ministra de Defensa.

2010

Viviane Morales fue la primera mujer en ocupar el cargo de Fiscal General de la Nación.

2018

Por primera vez hay una alta probabilidad de que una mujer ocupe la Vicepresidencia.

ALEJANDRA GONZÁLEZ Y CAMILA PINEDA
EL TIEMPO

FUENTE: EL TIEMPO


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