abril 19, 2018
La desnutrición mató otra niña wayúu en La Guajira
Como Yosaila Pushaina -de 3 años- fue identificada la menor que llegó con un cuadro crónico de desnutrición a la cabecera municipal de Riohacha. ¿Qué está pasando?
En La Guajira los niños se siguen muriendo de hambre. No tienen agua, alimentos, transporte y menos un servicio de salud digno que mitigue el daño que deja la ausencia de estas necesidades básicas.
Aunque la situación no es desconocida para el país, nada parece cambiar e, incluso, la impresión que hay es que tiende a empeorar. En los tres meses que lleva 2018, han fallecido 17 menores de edad en clínicas de Barranquilla y La Guajira.
Yosaila Pushaina Pushaina tenía 3 años y fue la última de ellas. A la cabecera municipal de Riohacha llegó este miércoles con un cuadro crónico de desnutrición del que nadie la pudo salvar.
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De acuerdo con el certificado de defunción que conoció SEMANA, el deceso se presentó a las 9:30 de la mañana por muerte natural. Aunque sus padres Rodrigo y Epinayu Luvia se desplazaron en busca de ayuda médica la respuesta fue demasiado tarde.
La situación tiene en alerta al país. «¡No más!… Para cambiar esta realidad estamos trabajando en cada región. Porque defender los niños es defender la paz», señaló el defensor del Pueblo Carlos Negret quien realiza un recorrido por la zona. De hecho, en un reciente informe presentado por la entidad advierte «incumplimientos por parte de las autoridades que tienen a su cargo la responsabilidad constitucional de velar por la garantía de los derechos de los niños, mujeres gestantes y lactantes».
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Una de las soluciones que propone el defensor es que «el Programa de Alimentación Escolar PAE -que no funcionó- vuelva a manos del ICBF. La razón estaría fundamentada en que cuando se dividen las responsabilidades las cosas no funcionan y el país está en mora de garantizarles el acceso a la alimentación.
El problema es que los informes presentados a la fecha no evidencian avances en la cobertura del acceso al agua potable de la comunidad wayúu. La Defensoría recibió información de que se han desarrollado proyectos en el marco de la Alianza por el agua y la vida, pero se desconocen cuántas personas efectivamente están accediendo al servicio. Así las cosas, hay un abierto desconocimiento de las órdenes judiciales y la medida cautelar de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Pero este no es el único drama al que se enfrentan las comunidades. La contaminación de acuíferos con compuestos de azufre también amenaza su supervivencia. Lo grave es que no se han reportado las acciones correspondientes para encarar la situación y garantizarles el acceso al agua.
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Ante el caos, las autoridades han buscado soluciones momentáneas que calmen un poco la tragedia que se vive en la península. La Gobernación y las autoridades han llevado algunas brigadas de salud a las rancherías de los indígenas. El ICBF y el Ministerio de Salud activaron una línea telefónica que funcionará las 24 horas para atender las necesidades de agua, nutrición y salud de los wayúu. Sin embargo, para muchos, estas medidas son parciales y no solucionan de raíz los problemas que vive esta comunidad.
Pero la problemática tiene tanto de largo como de ancho. A la ausencia de garantías para satisfacer las necesidades básicas, se suma la complejidad cultural que rodea su entorno. Y es que en muchos expertos alegan que los indígenas wayúu muchas veces no permiten que las EPS los atienda. Las comunidades, sin embargo, alegan otra cosa e insistentemente se han desplazado a la capital del departamento para clamar atención del Gobierno.
Este nuevo caso se conoce después de que el ICBF desplegó en el territorio la Operación Guajira. Durante 10 días fueron atendidas 20.000 personas. De ese total 6.731 son niños y niñas de cero a 5 años y 5.883 niños y adolescentes entre 6 y 17 años de edad. El informe que fue presentado este martes refleja que lograron rescatar a 56 niños en complicadas condiciones de salud. En Nazareth (12); Uribia (10); Riohacha (10), Fonseca (9), Manaure (8) y Maicao (7). Todos fueron trasladados a centros hospitalarios para su atención médica.
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“Con la Operación Guajira le cumplimos a ese departamento, sabemos que falta mucho por hacer, pero estos resultados demuestran que el trabajo en equipo salva vidas y esa es una de nuestras mayores satisfacciones», apuntó la directora del ICBF Abudinen Abuchaibe.
FUENTE: SEMANA