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febrero 8, 2018

El ‘pecado’ de quedar en embarazo


Cuando una mujer gestante está siendo acosada laboralmente hay dos víctimas: ella y su hijo.

Dejarles de hablar, asignarles trabajos que antes no hacían, hablar con los demás acerca de la ‘desmejora’ de su rendimiento laboral son indicios claros de discriminación y, sin embargo, difíciles de comprobar.

Aunque la ley colombiana ampara a la población en estado de embarazo, sobre todo contra despidos -salvo eventos en los cuales el empleador pueda exponer razones válidas para expulsarla-, muchas de ellas argumentan que son maltratadas por su estado y que sus jefes, en muchos casos, intentan no dejar huella en sus actuaciones para que estas no deriven en quejas legales o demandas.

Iñaki Peñuel, psicólogo español quien ha investigado en profundidad el acoso psicológico en el trabajo y en la etapa escolar, asegura que los casos de acoso laboral de mujeres gestantes “se dan a título ejemplarizante porque no se hacen solo para destruir a la persona sino para inducir un efecto social en las que están viendo, en este caso otras mujeres, y que se van a pensar dos veces el hecho de tener hijos”.

El psicólogo advierte que los niveles de estrés a los que son expuestas derivan en síntomas como insomnio, irritabilidad, ataques de rabia, aislamiento e introversión.

A estas víctimas, como no han sido sometidas a un acto puntual sino a muchos pero pequeños actos que se suman, no se les diagnostica correctamente o, en ocasiones, no se enteran de que están siendo víctimas. Al contrario, usualmente ellas mismas se culpan.

Pero, además, la afectación no solo recae en ellas sino en el feto, quien vive dentro de la madre exactamente las mismas emociones vía cordón umbilical. El psicólogo señala que nacen tendentes a ser más nerviosos, a estar intranquilos, a dormir mal. “Ya son víctimas desde el útero materno”, concluye.

En Colombia, aún no hay estadísticas sobre acoso laboral de mujeres en estado de embarazo, el también llamado, ‘mobbing maternal’, pero se tiene conocimiento, a partir de denuncias hechas a la Central Unida de Trabajadores o de comentarios escritos en grupos secretos de Facebook, como Wikimujeres, de que el fenómeno es bastante común.

Las denuncias son de toda índole: mujeres que no son tenidas en cuenta para procesos de selección; otras que en estado de embarazo son relegadas de funciones o, por el contrario, se les asignan muchos más; o aquellas que son retiradas de su trabajo luego de haberse cumplido la licencia de maternidad, que en el caso colombiano contempla 14 semanas luego del nacimiento, entre otro tipo de quejas.

Las formas más comunes de discriminación laboral a embarazadas

Le preguntamos a nuestras audiencias cuáles eran y estas fueron sus respuestas.

 Cambiar las condiciones laborales, recibir comentarios discriminatorios o terminar el contrato son algunas de las formas de discriminación a mujeres embarazadas más comunes, según denuncian usuarias de redes sociales.
A propósito del especial publicado este miércoles en EL TIEMPO ‘El ‘pecado’ de quedar en embarazo’, en el que cuatro mujeres contaron el drama que vivieron en sus trabajos, decidimos indagar en el Facebook de EL TIEMPO otros casos.

En total, recibimos 124 comentarios. Aquí, algunos de los más destacados.

La profesora que tuvo que demandar para ser reintegrada

Su caso es tal vez el más repetido entre las mujeres en estado de gestación: no renovar el contrato al enterarse de su situación. La docente universitaria María Fernanda Morales señala que luego de volver de vacaciones por finalización de contrato, notificó en los documentos y en las novedades de la EPS que estaba esperando un bebé. Días después una abogada se comunicó con ella para informarle que no podía seguir laborando con la institución.

“Por supuesto, le mencioné que me protege la Constitución y que me estaba discriminando, demandé la situación ante el Ministerio de Trabajo y mediante tutela me retomaron en el trabajo dos semanas después”, contó.

Al final, el caso de Morales terminó en buenos términos y hoy goza de un contrato indefinido, sin embargo, no ocurre lo mismo con otros procesos como el de Maritza Quesada, quien fue despedida luego de volver de su licencia o el de Johana Cardozo, a quien la retiraron de su puesto cuando tenía tres meses de embarazo.

Maltratos y comentarios discriminatorios

“Me hicieron la vida a cuadros, me cambiaron de oficina, me enviaron a un hueco y me pusieron a órdenes de un jefe que todos los días me gritaba e insultaba”, con esta frase Luz Nelly Suárez resume el drama que vivió en una empresa de mensajería.

Tuvo amenaza de aborto, preeclampsia y su hijo nació con síndrome Hellp. Los problemas continuaron cuando debía tomar su hora de lactancia. “Me la dieron pero cuando iba a salir siempre me ponían más trabajo”, cuenta. Al final, no aguantó la presión y renunció.

Un caso similar vivió Andrea Sanabria quien asegura que en su empresa le reprochaban su ausencia cuando estuvo en su periodo de licencia. “Me decían que había estado tres meses por fuera disfrutando mi lactancia y el día que renuncié me dijeron que era una desagradecida y que así como no había planificado mi bebé, no había planificado mi renuncia”, relata.

“Fue el día más humillante de mi vida, salí por la puerta de atrás cuando di todo por la empresa porque me gusta hacer las cosas bien y porque me sentía en deuda. Aprendí la lección y ahora sé que no es una deuda, es mi derecho ser madre”, agrega.

Cambios en el puesto de trabajo

Andrea del Pilar Castro tuvo que soportar tener que trasladarse a dos sedes durante sus jornadas laborales. “Se les ocurrió que debía estar medio día en una oficina en la carrera 11 con calle 86 y que al medio día debía irme a la oficina principal ubicada en la calle 24 con carrera Séptima (obviamente debía tomar bus o TransMilenio y en las horas pico era terrible para mí con esa barriga)”, señala.

A pesar de que habló con los encargados, la situación siguió igual. Además, cuando volvió de su licencia recibía llamados de atención por tomarse su hora de lactancia. “Debía extraerme la leche 3 o 4 veces al día (porque el dolor era terrible) y la jefe que tenía en ese momento me decía que conocía otras señoras que tenían bebés y no perdían tiempo sacándose la leche”. Al final, Castro tuvo que poner una queja en el área de recursos humanos para que los maltratos psicológicos cesaran.

No les permitieron proteger a sus hijos de los riesgos laborales

Diana Marcela Gómez asegura que desde que supo que estaba embarazada quiso proteger a su bebé de todas las amenazas ambientales con las cuales corría riesgo por el cargo que tenía. Sin embargo, denuncia que esto fue mal visto por su jefe, quien empezó una campaña de desprestigio en su contra. “Me asignó trabajos que antes no hacía, habló con los demás acerca de la ‘desmejora’ en mi rendimiento laboral y me amenazaba constantemente con removerme de mi puesto porque no sabía qué hacer conmigo”, dice.

“Decía frases como ‘tú antes del embarazo eras una y ya ahora eres otra’, ‘tenemos que actuar porque se va a incapacitar’”, añade.

Su embarazo fue de alto riesgo y su hijo nació prematuro. Al final asegura: “Solo le pedí a Dios que me diera la fuerza para perdonar a todos los que en esta cadena participaron”.

Anastasia SA vivió una situación similar. A pesar de que trabajaba en un laboratorio en el que se usan químicos peligrosos y un equipo de radiación, no quisieron cambiarla de puesto sino hasta el séptimo mes de su embarazo.
¿Ha sido usted víctima?

Identifica en este sondeo si ha sido víctima de acoso laboral, también conocido como ‘mobbing’.
HTTP://WWW.ELTIEMPO.COM/DATOS/ENCUESTA-MUJERES-EMBARAZADAS-56509

Unidad de Redes Sociales
EL TIEMPO


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