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febrero 5, 2018

33% de niñas y jóvenes que viven en países en situación de emergencia no aprenden ni a leer ni a escribir


Antes de la Conferencia de Financiación de la Alianza Mundial para la Educación en Dakar, el fondo de las Naciones Unidas para la infancia dice que necesitará alrededor de 1.000 millones de dólares para programas educativos este año.


Casi 3 de cada 10 jóvenes de entre 15 y 24 años –59 millones– que viven en países afectados por conflictos o desastres son analfabetos, el triple de la tasa mundial, ha afirmado UNICEF.

Níger, Chad, Sudán del Sur y la República Centroafricana, todos ellos países con una larga historia de inestabilidad y altos niveles de pobreza, albergan las tasas de analfabetismo más elevadas entre los jóvenes. Un 76%, 69%, 68% y 64%, respectivamente, de los jóvenes de 15 a 24 años de estos países no saben leer o escribir.

“Estas cifras son un triste recordatorio de las repercusiones trágicas que las crisis tienen sobre la educación de los niños, su futuro y la estabilidad y el crecimiento de sus economías y sociedades”, dijo la Directora Ejecutiva de UNICEF, Henrietta H. Fore. “Un niño que carece de educación y se convierte en un joven analfabeto en un país desgarrado por un conflicto o destruido por un desastre no puede tener muchas posibilidades”.

Este nuevo análisis, que se calcula utilizando las tasas de alfabetización de la UNESCO en 27 países en situación de emergencia que figuran en el llamamiento de UNICEF Acción Humanitaria para la Infancia 2018, se publica cuando está a punto de comenzar en Dakar, Senegal, la Conferencia de Reposición de Fondos de la Alianza Mundial para la Educación.

El análisis también señala que las niñas y las jóvenes sufren una mayor desventaja en lo que respecta a la lectura y la escritura, ya que el 33% de aquellas que viven en países en situación de emergencia no aprenden ni siquiera las nociones más básicas, en comparación con el 24% de los niños.

Sin embargo, a pesar del papel que desempeña en la reducción de las desigualdades entre los niños y los jóvenes más vulnerables, la educación sigue sufriendo una grave carencia de fondos. En la actualidad, solo el 3,6% de los fondos humanitarios se destina a la educación de los niños que viven en situaciones de emergencia, por lo que se trata de uno de los sectores menos financiados en los llamamientos humanitarios.

En general, UNICEF estima que dedicará aproximadamente 1.000 millones de dólares al año en programas educativos en los próximos cuatro años. Ayer mismo, UNICEF lanzó un llamamiento humanitario por 900 millones de dólares para la educación en países afectados por conflictos y desastres naturales.

UNICEF trabaja en países de todo el mundo para que los niños y niñas   reciban una enseñanza, entre otras cosas brindando educación acelerada y oportunidades de aprendizaje no formal, capacitando a los docentes, rehabilitando escuelas y distribuyendo mobiliario y suministros escolares.

En África occidental y central, donde se encuentran los países en situación de emergencia con las tasas más altas de analfabetismo entre los jóvenes (un 39%) y donde se celebrará la tercera conferencia de reposición, UNICEF trabaja con distintos aliados para brindar enseñanza a los niños a pesar de los conflictos y la inseguridad. Una asociación con los gobiernos de Camerún y Níger, por ejemplo, está ayudando a ampliar un innovador programa de educación por radio que ofrece una plataforma de aprendizaje alternativa para los niños y los jóvenes afectados por las crisis. En la radio se emiten más de 144 episodios de alfabetización y aritmética en francés, fulfulde, hausa y kanouri. El programa pronto se implementará en Burkina Faso, Guinea, Guinea Bissau y la República Centroafricana.

¿A que insta UNICEF a los gobiernos para hacer frente a la crisis educativa que afecta a los niños y los jóvenes en las situaciones de emergencia?

  • Brindar a niñas y niños pequeños acceso a programas de educación temprana de calidad para apoyar su desarrollo y prepararlos para que sigan aprendiendo durante toda su infancia; y a ofrecer a las y los jóvenes analfabetos la oportunidad de aprender a leer, escribir y continuar su educación a través de programas de educación acelerada y alternativa diseñados especialmente para ellos;
  • Incrementar la inversión en educación, sobre todo para los niños y jóvenes más desfavorecidos.

“La educación puede resultar determinante para el futuro de un niño”, dijo la Directora Ejecutiva de UNICEF: “Para que todos los niños puedan cosechar plenamente los beneficios del aprendizaje, es fundamental que obtengan la mejor educación de calidad posible tan pronto como sea posible”.


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