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enero 9, 2018

La denuncia de violencia sexual por la que marchan en La Calera


El caso de Laura Catalina, una joven de 18 años, que habría sido víctima de abuso, indignó a esta población. SEMANA habló con ella y con el hombre señalado, William Rodríguez, quien será imputado por acceso carnal violento este jueves.

Este sábado cientos de personas salieron a marchar a las calles de La Calera. El caso de Laura Catalina, una joven de 18 años víctima de una serie de actos de maltrato, convocó la solidaridad de ese municipio a las afueras de Bogotá. La familia de la joven hizo públicas fotografías en donde se ven los rastros de las agresiones que sufrió el pasado fin de año y que tendrían que ver supuestamente con un episodio de violencia sexual.

El señalado por estos hechos es William Rodríguez Gómez, otro joven que fue llamado a imputación de cargos por la Fiscalía el próximo 11 de enero. El ente investigador lo señala de haber cometido el delito de acceso carnal violento.  “No habrá impunidad”, dijo la entidad a través de su cuenta de Twitter. SEMANA habló con ambos jóvenes.

“Sentí que si me resistía él me iba a matar”: Laura Catalina

SEMANA: ¿Qué pasó esa noche?

Laura: William a punta de engaños y mentiras me llevó a su apartamento. Ahí me encerró y abusó de mí, como me resistí, como no quería, me golpeó. Se aprovechó de que era la madrugada y que no había mucha gente. Él cometió muchas barbaridades conmigo. De ahí empecé a calmarme para poder salir. Empecé a pensar las cosas, a engañarlo, diciendo que iba a volver al otro día. A engañarlo para que me dejara salir. Así salí a las 4:15 a.m. Así salí con vida de allá.

SEMANA: ¿Cómo la llevó hasta allí?

Laura: Llegué porque yo estaba en un bar con mis amigos y mi primo. Se supone que iban a seguir la fiesta en la casa de él. Yo no sabía dónde era su casa, no sabía quién era él. Ellos me dieron la confianza de subirme en una moto con él. Él me llevó hasta allá y nadie llegó, se supone que iban a llegar después.

SEMANA: ¿Qué ocurrió después? 

Laura: Como nadie llegó, dijo que me acompañaba a buscar a mi primo. Entramos al bar en donde estábamos y no lo vi. Él se quedó hablando con sus amigos y comencé a correr a la casa de mis abuelos. Empecé a correr y él llegó por otra esquina. Me tomó del brazo y me dijo una algo como: ¿por qué te me escapas?. Ahí fue cuando me convenció de ir a su apartamento para ayudarme a buscar a mi primo.

SEMANA:¿Usted estaba sin celular?

Laura: Sí

SEMANA: ¿Por qué se separó de su primo?

Laura: Porque él me llevó en la moto. Se suponía que ellos iban a llegar. Mi primo y unos amigos. Unas niñas y unos muchachos, más gente. Pero nunca llegaron.

SEMANA: ¿Cree que esos amigos sabían lo que podía ocurrir en su contra?

Laura: Eso no lo sé, no sé con qué intenciones porque eran mis amigos. Solo que él se encargó de hacer todo, pero creo que ellos ni siquiera sabían dónde era la casa. Hasta que logré escaparme como a las 4:15 a.m.

SEMANA: Cuando él la toma del brazo, ¿qué le dijo para convencerla de ir a la casa de él?

Laura: Él iba caminando. Estaba tomado, estaba muy tomado. Me decía que iba a ayudar a buscar a mi primo. Mi primo y amigos me hicieron dar confianza porque lo conocían supuestamente, entonces dije no es un desconocido. Me equivoqué y me dejé convencer de él.

Él decía que era negociante, que trabajaba en México, como a nivel internacional. Siempre se presentó muy sereno ante mí, nunca demostró que me quería hacer daño. Decía que tenía muchas casas y fincas y cosas. No me fijé en eso, a mí no me atrajo él, en ese momento yo no quise acercarme a él para irme al apartamento de él a tener algo con él. Simplemente necesitaba llamar a mi primo, él logró convencerme de que me iba a ayudar a localizarlo, y por eso subí, pero no porque yo tuviera alguna intención con él. La mayor mentira fue que me dijo que él tenia el número de mi primo y que me iba a ayudar a localizarlo. Y que si yo subía solo iba a cargar el celular un minuto. Cogí el celular para llamar a mi primo y el celular no aparecía en el celular de él. Así empezó a tratar de besarme y a cogerme.

SEMANA: Es decir ¿esa noche usted fue dos veces al apartamento?

Laura: Sí, y yo solo entré la segunda vez. Resulté subiendo allá a punta de mentiras porque me dijo que íbamos a llamar a un conocido mío. Y pues no fue así. Tenía todo muy bien planeado.

SEMANA: ¿Cómo logró salir de esta situación?

Laura: Yo entré a un baño y me empecé a calmar. Empecé a orar y a pedir a Dios que me ayudara, miré alternativas y miré una ventana que había en el baño pero como era tan alto me dio miedo salir por allí. Entonces empecé a tranquilizarme y a punta de engaños le dije que yo iba a volver a la mañana siguiente si él me dejaba salir, porque mis papás de seguro me estaban buscando. Allí es cuando él comienza a llevarme la corriente a mí. Luego de varias cosas me dejó salir.

SEMANA: ¿Cuánto tiempo duró en el apartamento?

Laura: Duré más o menos dos horas y media.

SEMANA: ¿Usted sintió que tu vida corría riesgo?

Laura: En muchos momentos sentí que si yo me resistía, él me iba a matar. Por eso tomé la decisión de calmarme y empezar a llevar las cosas de otra manera. Para poder salir, decidí no hacer más resistencia.

SEMANA: ¿De qué forma la agredió?

Laura: Me rasguñó el cuello, me mordió el labio inferior izquierdo, un brazo lo tengo negro, los senos están rasguñados y mi parte íntima.

SEMANA: ¿Por qué ningún vecino acudió en su ayuda?

Laura: Era la madrugada y no sé, tal vez no escucharon. No sé por qué nadie. Yo trataba de gritar pero él me callaba y me pegaba.

SEMANA: ¿Cómo han sido los días posteriores?

Laura: Han sido muy duros. Son días eternos, largos, veo a mi familia destruida. Son muy fuertes, yo he tratado de serlo. Son días en los que no se para de hablar del caso, en los que aparte de mi dolor físico, el dolor de mi corazón está siempre ahí, son días duros.

SEMANA: ¿Qué les pide usted a las autoridades que llevan el caso?

Laura: Les pido que me ayuden, no solo a mí sino a las demás personas, a las demás niñas. Que no solo yo estoy afectada por él. Hay más gente. Que se pongan la mano en el corazón y hagan justicia. Que no solo derrumbó una vida sino muchas.

SEMANA: ¿Cuál es su estado de salud?

Laura: Mi estado de salud es valiente. Tengo recaídas porque los medicamentos que tomo son muy fuertes. Estoy en una finca, en la de mi tío en La Calera, como para cambiar de ambiente, estoy con toda mi familia. Estoy mordida en la boca, en el labio inferior, en el cuello y un morado en el brazo. Lesiones en mi parte íntima. Estoy en tratamiento y seguimiento. Estoy en tratamiento psicológico, me han dicho que debo seguir tranquila, serena. Obvio tengo recaídas, tengo momentos en que me desespero, pero tengo que confiar más en Dios.

SEMANA: ¿Cómo son esas recaídas?

Laura: Son recaídas con estrés, con miedo, ansiedad.

SEMANA: ¿Cuál es el principal temor que siente ahora?

Laura: Le temo a que le siga haciendo más daño a otras personas, temo a que esté por ahí por el pueblo. Temo al impacto cuando esté otra vez ante una sociedad. Y constantemente estoy nerviosa si duermo.

SEMANA: ¿William ha intentado contactarla?

Laura: No señora. Se ha acercado a mi familia, ha amenazado a algunas personas. Les envía papeles diciendo que los va a picar.

SEMANA: ¿Conocía a William antes del 31?

Laura: No.

SEMANA: ¿Qué va a pasar con su vida de ahora en adelante?

Laura: Espero que esto me cambie para bien, espero que esto me fortalezca después de tanto dolor. Que mis sueños no se derrumben todavía, que mi alma y mi corazón se restablezcan.

SEMANA: ¿Qué mensaje le envía a otras mujeres que no tienen el valor para denunciar estos hechos públicamente? 

Laura: Les digo que se tomen de la mano de Dios, que sean fuertes, que denuncien porque nadie merece esto, nadie merece que abusen de una persona. Que se unan a sus familias y tengan el valor y la fuerza para poder hablar y no quedarse calladas.

SEMANA: ¿Qué le diría a William?

Laura: No tendría palabras.

“En ningún momento hubo violencia.”: William Rodríguez 

SEMANA: ¿Qué pasó esa noche?

William Rodríguez: Como remate de una cabalgata bajé el 30 al pueblo, al Bar Low, estuve bailando y después fue que me encontré con esta muchacha. Ella tuvo un roce con una amiga y yo intercedí para que no tuvieran problemas. Salí a tomar aire y cuando salgo me encuentro con Carlos y David Castro, los primos de ella. Ella sale a agradecerme.

Cuando iban a comenzar a cerrar al bar les dije que si nos íbamos a mi casa a rematar la fiesta. Dijeron que sí y les di las inducciones para llegar, ellos se ubicaron. Cuando prendí la cuatrimoto le pregunto a ella si quiere venir conmigo y el primo le dice: sí no hay problema, igual nos vamos despacio todos. Venía la Policía y como no llevábamos cascos, entonces arranqué. Del bar al apartamento hay cinco cuadras. Guardé la cuatrimoto. Ella me esperó en la puerta, le pregunté: ¿qué se harían tus primos?. Nos fuimos caminando y nos encontramos con otro primo de ella. Edwin se llama, ya iba como tomado. Seguimos con Laura hacia el bar.

Cuando llegamos al bar estaban varios amigos. Me puse a hablar con ellos, en ese momento Laura se desaparece. ¿Yo pregunto qué se hizo mi amiga? Me responden que ella se fue. Seguimos hablando, y dije que me iba porque tenía mucha hambre. Cuando salí caminando, la vi sola por una calle, le dije: te habías ido, pensé que ya estabas en la casa. Me dice: no, no, mis primos no aparecen, no puedo llegar sin ellos. Me preguntó que si tenía un minuto de celular, le dije sí pero el celular estaba descargado y que no creía que tuviera el número de Carlos.

SEMANA: ¿Qué pasó después?

W.R.: Nos fuimos a ponerlo a cargar. Entrando a mi apartamento hay una señora en el primer piso, nos saludó. Le digo que si quiere comer, ella prefiere que le dé agua. Yo comí. Comenzamos a hablar. Le conté que me dedico a hacer eventos, yo tengo una empresa que se llama WRG Producciones, hago eventos, carreras de caballos, fiestas, hice un concierto. Ella coge mi celular y no le contestan. Se mete a mi Facebook y comienza a buscar los perfiles de los primos pero no le arrojó el número telefónico.

Le dije que era muy bonita, me contestó que cada rato se lo dicen; nos besamos y las cosas siguieron. Desde que vino la Dijín les dije: yo tuve relaciones con ella pero en ningún momento hubo violencia. Yo no abusé de ella. En ningún momento la desvestí a la fuerza. De eso aporté pruebas, entregué el vaso en el que ella tomó para que vieran que en el agua no había somníferos. Ella no estaba tomada, estaba prenda.

SEMANA: ¿Usted estaba borracho? 

W.R.: No estaba tan tomado. Recuerdo todo lo que pasó, los testigos, la gente que me encontré, sé que ella recuerda también todo porque no estaba borracha. No estábamos borrachos.

SEMANA: ¿Cómo salió Laura de su apartamento?

W.R.: Ella se paró, le agarró el afán. Me dice que no puede llegar sin sus primos, yo le dije que la acompañaba, no quiso. Ella se vistió en el baño y salió. Desde arriba le abrí, ella salió, corrió por la calle seguramente para que no la vieran saliendo a esa hora porque ya a esa hora hay gente, eran las 4:30 de la mañana.

SEMANA: Hay fotografías que demuestran el maltrato en el cuerpo de Laura y ella estaba con usted ¿qué le pasó entonces?

W.R.: No tengo ni idea. La Sijín me preguntó que si ella tenía lesiones o golpes cuando llegó, respondo que no. Y ¿cuando salió? Les respondo que tampoco. Violencia no, nada. Yo fui da dar mi testimonio voluntariamente. He aportado todo. Incluso, pedí que me hicieran una prueba médico-legal. Tengo un documento en donde dejo constancia pidiendo que me hagan el examen. Y no se practicó.

SEMANA: ¿Por qué dice que van a manipular el caso?

W.R.: Porque yo he hecho muchas denuncias contra la administración de La Calera, el desvío de recursos, irregularidades que se presentaron. De mí se ha hablado que estoy extorsionando a un concejal, cuyo primo es contratista. Y es él que ha hecho los contratos de la alcaldesa. He hecho denuncias por Facebook. Yo di pie para que comenzaran a acabar conmigo.

SEMANA: La Fiscalía le va a imputar cargos, ¿es una señal de que las evidencias en su contra son graves?

W.R.: Me tocó contratar a un investigador privado porque creo que no tengo garantías. Siempre he ido, tengo documentos en que ningún día he faltado a la Dijín o a la Fiscalía.

SEMANA: ¿Por qué usted dijo en una entrevista que sobre las señales de maltrato había que preguntarle a su familia?

W.R.: La familia de ella es gente de bien, me parece curioso que la salga a defender el padrastro. No puedo hablar mal de ella, tengo la certeza de que está siendo manipulada. Pido que se publique el examen médico legal. Que se publique el testimonio de ella. Creo que es diferente la versión de ella a la de su padrastro.

Hay lapsos en donde no hubo testigos, pero ¿usted cree que si yo fuera un violador le doy mi celular para que llame y busque a sus primos en Facebook? Aporté mi celular voluntariamente. Estoy dispuesto a que me pongan polígrafo, que hagan lo que necesiten para aclarar esto.

SEMANA: ¿Usted es responsable por las amenazas que ellos están denunciando?

W.R.: No señora, ese día tengo testigos de que yo estaba en la Dijín. Me fui para la finca donde mis papás. Todo es un atropello y yo no me le he escondido a nadie.

FUENTE: SEMANA


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