enero 2, 2018
Illinois prohíbe la “defensa de pánico gay”
California fue el primer estado en prohibir la medida en 2014, que se usa como defensa judicial en casos de asesinato.
La orientación sexual de una persona no podrá ser usada para justificar un crimen violento en el estado de Illinois, Estados Unidos. Esto ocurre cuando el año que acaba de terminar fue en el que más aumentaron los crímenes contra personas de la comunidad LGBTIQ en el país norteamericano.
2017, el año del inicio de la era Trump, fue especialmente difícil para personas fuera de la zona de los WASP (Blancos, anglosajones y protestantes, por sus siglas en inglés). Con un congreso y presidente conservador, los grupos defensores de derechos LGBTIQ desde entonces reforzaron sus maquinarias para proteger a sus miembros, en especial en territorios republicanos.
Aunque Illinois tiene actualmente como gobernador al republicano Bruce Raunner, en mayo de 2017 la propuesta para prohibir la «defensa de pánico gay» pasó sin problema en el legislativo estatal, finalmente el gobernador firmó el mes pasado sin comentario alguno la ley.
Los casos en los que se puede aludir al «pánico gay», con algunas variaciones, se da cuando alguien, por ejemplo, coquetea con una persona y al descubrir su verdadera orientación sexual se desencadena un acto violento que termina en su asesinato.
Los defensores de la medida en Illinois planean llevar la discusión a los legislativos de Washington y New Jersey, donde falta que se vote en las respectivas comisiones, y estados como New York, Maryland, Michigan Minnesota y Texas.
Según la facultad de derecho de la Universidad de California en Los Ángeles, desde 1960 se han llevado a cabo defensas acudiendo al «pánico gay», que generalmentre se usan sumados a declaraciones de autodefensa o demencia por parte del presunto asesino.
El tema ha despertado numerosos debates entre congresistas de lado y lado del binomio partidista de los Estados Unidos, y entre abogados defensores y detractores de la medida. Los primeros aseguran que dicha prohibición es una victoria para la protección de los derechos humanos de esta comunidad. Los detractores afirman que lejos de ser una defensa pretende servir de «proxenetismo político y escaparatismo», pues el solo hecho de presentar a un asesino con una «defensa de pánico gay» no es suficiente para convencer al juez y los jurados.
FUENTE: EL ESPECTADOR