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noviembre 28, 2017

¿Qué significa para nosotras el 25 de Noviembre?


Alrededor del 25 de Noviembre hay muchas campañas, movilizaciones, y pronunciamientos públicos. La pregunta del millón es: ¿sabe la sociedad en general que significa el 25 de Noviembre para las mujeres?

Hace un par de décadas se ha venido visibilizado la violencia contra las mujeres y las niñas como un problema de salud pública. Desde la Convención de Belem do Pará, promovida después del caso de la valiente Maria Penha Da Silva, quien se atrevió a denunciar a su pareja maltratadora, nuestro continente ha visto una serie de compromisos de los Estados para acabar la violencia basada en género.

Ya hay una caracterización amplia, si bien no suficiente, de los lugares donde ocurre esta violencia, de los perfiles de quienes las ejercen, o de las barreras institucionales de acceso a la justicia. La pregunta que queda es:  ¿Porqué esos informes no se han traducido en políticas y acciones estatales serias y de orden permanente que eviten que Colombia sea un país tan violento con las mujeres y las niñas?. ¿Por qué segimos siendo testigos silenciosos de actos de violencia basada en género todos los días?.

El 25 de Noviembre existe justamente como una fecha para recordarle al Estado que nos debe una respuesta a esas preguntas.

La violencia contra las mujeres es una de las pocas pandemias identificadas que no han podido ser erradicadas en el mundo. A pesar de que ya hay consciencia en los Estados de la dimensión del problema, aún no dedica el presupuesto necesario ni se dispone de la capacidad institucional requerida para acabarlo.

Bien lo decía  Claudia López en la audiencia pública que promovió en el Senado: “Los recursos para prevenir y atender la violencia contra las mujeres se pierde por vericuetos legales, mientras ellas se mueren en nuestras narices”. Vale recordar que esa audiencia estuvo marcada por la baja presencia de Senadores/as. (Asistieron 35 de 102. )

Si se hace un seguimiento a la violencia contra las mujeres a lo largo de los útimos años, se puede concluir que la violencia basada en género, al igual que la energía, no se destruye, solo se transforma. Cada día vemos formas más sofisticadas y soterradas de violencia contra las mujeres y las niñas. Hemos dejado avanzar la violencia basada en género a tal punto que solo casos tan dolorosos como el de Yuliana Samboní, violentada sexualmente y asesinada a sus siete años el 4 de Diciembre de 2016, nos conmueven como sociedad. Naturalizamos a las Yulianas de todos los días, las que viven violencia sexual permanentemente, las que son golpeadas, obligadas a prestar servicios sexuales o a trabajar a corta edad.

Solo cuando algo “extraordinario” sucede, cuando un hombre blanco, adinerado y de familia “conocida” es el agresor, las violencias que viven las niñas son noticia de primera plana. Los demás casos, quedan enterrados en las notas judiciales de periódicos amarrillistas, o en 2 minutos del noticiero de medio día.

Justamente, el caso de Yuliana Samboní, nos demostró que cuando la justicia quiere, puede hacer investigaciones serias y eficaces. En solo unas pocas horas, el agresor de Yuliana estaba puesto a disposición de las autoridades y en. Hay muchos casos como el Yuliana que llevan años en trámite. No tuvieron la suerte de que sus casos fueran “vendedores” en medios, o que su agresor llamara tanto la atención como Rafael Uribe Noguera. Es importante que la justicia llegue para todas.

El 25 de Noviembre existe para recordarle al Estado y a la sociedad en general que seguimos en pandemia. Si bien hay esfuerzos institucionales, estos claramente se quedan cortos ante al dimensión del monstruo que se está intentando combatir.

Hay una esperanza para las mujeres y niñas que fueron víctimas de violencia en el marco del conflicto armado: La Justicia Especial para la Paz (JEP) que se tramita en este momento en la Cámara de Representantes tiene magistradas sensibles y conocedoras de la forma en que la guerra se ensañó contra nosotras. En esa instancia quizá mucha de ellas tengan acceso por primera vez a algo de justicia.

Esperemos que en esta última semana del procedimiento legislativo especial (Fast Track) el Congreso esté a la altura de la tarea que le ha sido asignada y apruebe la Ley Estatutaria que regula la JEP. Aún con los cuestionamientos que pueden haber en relación a los cambios que se han introducido, no aprobar esta Ley Estatutaria sería aplazarle a las mujeres víctimas su acceso a la justicia.

Que sea esta semana posterior al 25 de Noviembre la fecha en la que le demos buenas noticias a las mujeres víctimas, por fin.

FUENTE: LA SILLA VACÍA


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