septiembre 6, 2017
El caso de discriminación a un niño con Asperger que conmociona a la Argentina
Un grupo de madres celebró la decisión de un colegio de haber sacado a un menor del curso que sufre esta especie de autismo. Pensaron que el hecho pasaría desapercibido, pero generó una ola de indignación.
Hace unos días un grupo de madres decieron no enviar más a sus hijos de cuarto grado al colegio San Antonio de Padua, en Argentina, hasta que la institución no expulsara a un niño con el síndrome de asperger. Ante la presión de las familias, el colegio cambió al pequeño de curso. Pensaron que el hecho no tendría mucha importancia. Pero no fue así.
Días después se conoció una conversación en la que algunas madres celebraron la decisión de las directivas del colegio, manifestaciones que hicieron a través de un grupo de Whatsapp. “Al fin una buena noticia”, decía una mujer llamada Viviana quien a su mensaje agregó un gran número de emojis de celebración: Caras felices, aplausos, campanas y botellas de champagne. Otras respondieron con frases como “Ya era hora de que se hagan valer los derechos del niño para 35 y no para uno solo!”. “Ojalá sea una buena noticia para ese nené y una buena noticia para todos los que peleamos para que nuestros hijos tengan una primaria como se merecen”. “Qué bueno para los chicos, que puedan trabajar y estar tranquilos”. “Un alivio para los nuestros”.
Rosaura Gómez, la tía del menor, compartió la historia en su cuenta de Facebook y además publicó las imágenes de la conversación de este grupo de mujeres. “Las mamás de los compañeritos hacían paro: no llevaban a sus hijos hasta que no sacaran a mi sobrino del colegio; eso no pasó pero lo cambiaron al otro 4°. Se supone que es un colegio religioso y esta fue la reacción de las mamás al enterarse”, escribió. La publicación se viralizó y fueron miles las personas que mostraron su indignación con el colegio como con las madres que promovían la discriminación del menor.
El diario El Clarín de Argentina contactó a Paola Giaco, la madre del pequeño, para que contara su versión de la historia: “ver lo que escribieron las madres me generó angustia y vergüenza ajena. Pedí una reunión con la directora de la escuela para que me ponga por escrito por qué cambiaron a mi hijo de sección. Verbalmente me dijo que lo hacía para ‘aliviar al curso’”.
Una de las madres del grupo no estaba de acuerdo con lo que se decía en el grupo así que le envió imágenes de esa conversación a Paola, quien no hacía parte del chat desde segundo grado pues ya habían dicho algo acerca de su hijo que la lastimó y prefirió salirse.
“En ese contexto, me anunciaron el cambio a 4° B. Yo firmé y cuando llegué a mi casa me di cuenta de que quería tener los motivos por escrito, por eso volví a pedir una reunión con la directora. Mi hijo está angustiado. Le costó mucho tener un grupo de amigos y no quiere perder lo que consiguió. Lo charló con la psicóloga, pero no es un cambio fácil para él”, agregó la mamá que resaltó que “durante el año lo suspendieron en varias ocasiones. Lo sancionan por sus crisis, cuando son características del Asperger”.
El síndrome de Asperger es uno de los tipos de autismo. En concreto, se trata de un trastorno que afecta el neurodesarrollo del niño. Estos pequeños tienen un aspecto y coeficiente intelectual normal o incluso superior a la media. Aunque cada individuo con asperger es diferente, para la mayoría de ellos es difícil establecer relaciones sociales ya que tienen comportamientos inadecuados, como, por ejemplo, gritar en situaciones indebidas.
También les cuesta entender las emociones ajenas y propias. Y en la mayoría de los casos existen dificultades también en la coordinación motora. A veces pueden parecer estar enfados sin estarlo, generalmente interpretan de forma literal todo el lenguaje. Esto último también es una dificultad en los colegios. Por ejemplo, ante una pregunta como “¿Puede hablar de la célula?”, un niño con asperger podría contestar: “Sí puedo”.
Uno de cada 100 niños sufre ese síndrome, y quienes lo padecen suelen ser vulnerables al acoso escolar, ya que no comprenden las reglas implícitas de los juegos y pueden ser engañados fácilmente por su ingenuidad o credulidad. Esta situación puede agravarse porque muchos de ellos no le cuentan a nadie que son víctimas de abusos o de burlas de sus compañeros. Sin embargo, la solución no es aislarlos, pues la inclusión implica todo lo contrario. Es decir, la capacidad de la institución, de la familia, y de la sociedad de ser capaces de convivir con el que es diferente y darle las herramientas necesarias para que pueda ejercer sus derechos, tales como la educación.
El acceso a la información sobre este síndrome y el apoyo para que estos pequeños puedan relacionarse socialmente son fundamentales para que ellos puedan desarrollar sus capacidades y su vida en comunidad. Los expertos aseguran que es muy positivo saludarlos, entablar conversación con ellos con frases claras y directas, ser pacientes por si no los entienden a la primera, y tolerar las diferencias.
Hace un tiempo el maestro Brad Cohen hizo un video en el que relataba cómo el síndrome de Tourette lo hizo ser el maestro que nunca tuvo. Con la polémica han sido muchos los que han compartido el video y han dicho que esta historia la deberían ver las directivas del colegio argentino y las madres que discriminaron al niño con asperger.
FUENTE: SEMANA