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septiembre 30, 2025

Mujeres indígenas avanzan en la construcción de justicia propia con enfoque de género e interculturalidad en el marco de ProDefensoras


Con el propósito de fortalecer el acceso a la justicia de las lideresas y defensoras indígenas que acompañan procesos de violencias basadas en género, lideresas de diferentes pueblos indígenas de Colombia se reunieron en Antioquia para Diálogo de saberes para construir estrategias de custodia y acceso a la justicia indígena con el acompañamiento del Ministerio Público y avanzar en propuestas que permitan consolidar este esfuerzo en Cauca, Nariño y Chocó.

Este espacio se dio en el marco de la iniciativa ProDefensoras, que desde 2020 trabaja articuladamente con entidades responsables para la salvaguarda de los liderazgos de las defensoras de derechos humanos en Cauca, Nariño, Chocó y Antioquia, con el apoyo de la Embajada de Noruega en Colombia y en alianza con la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría General de las Nación y el Ministerio del Interior.  

Durante varios días se llevaron a cabo círculos de palabra, intercambios de saberes y mesas de trabajo en los que se compartieron experiencias sobre justicia propia, reglamentos internos, rutas de atención y procesos organizativos para enfrentar las violencias de género. También se propiciaron espacios de diálogo con instituciones estatales y ONU Mujeres orientados a reconocer y articular las prácticas de justicia indígena en coordinación con la justicia ordinaria.

Las participantes coincidieron en que el objetivo central de la coordinación interjurisdiccional es evitar la imposición de formas jurídicas externas y garantizar el equilibrio entre los intereses colectivos e individuales de los pueblos indígenas, reduciendo la impunidad y fortaleciendo los derechos humanos. Tal como lo expresó Amelicia Santa Cruz Álvarez, de la Organización Indígena de Antioquia, se trata de “gestionar de manera equilibrada los intereses colectivos e individuales de los pueblos indígenas, reducir la impunidad, promover relaciones de reciprocidad, prevenir conflictos de competencia y garantizar los derechos humanos”.

En este camino, la voz de las mujeres resaltó que ellas han puesto no solo la justicia, sino también la pervivencia en los territorios. Como lo planteó una lideresa Gunadule de Antioquia: “Somos 115 pueblos en Colombia, y tendrán que ser 115 formas de hacer justicia para las mujeres indígenas. Hacernos la pregunta de qué es justicia para los pueblos indígenas implica que cada pueblo haga su propia definición. Tenemos metodologías propias: en cada palabra hay una forma de sanar y una estrategia para vivir mejor. Ninguna palabra es en vano, cada una tiene un sentido profundo. Por eso es necesario trabajar en cómo se hace justicia en cada lengua, que cada pueblo escriba qué es justicia. Porque la justicia para las mujeres es la vida misma”.

El encuentro también permitió reconocer la fuerza histórica de las mujeres indígenas, quienes han estado presentes en los procesos de resistencia, aunque sus aportes muchas veces han permanecido invisibles. La lideresa misak, Inés Flor Eida Cuchillo Calambás, recordó que “las mujeres indígenas hemos estado presentes en toda la historia de resistencia, pero esa historia no ha sido contada. Así mismo pasa con la justicia propia, porque la justicia la ponemos las mujeres, y, sin embargo, sigue invisibilizada”.

La reflexión sobre la ley de origen también tuvo un lugar central. La lideresa caucana, afirmó que “Para hablar de justicia es necesario hablar de la ley de origen, porque eso nos marca como pueblos, porque somos indígenas. Si volviéramos a recorrer nuestros caminos, nos encontramos con una realidad que debemos enfrentar: la resistencia es seguir para poder pervivir en el tiempo. Para trabajar de acuerdo con los pilares de la Jurisdicción Especial Indígena, debemos apropiarnos de lo que está en el territorio y enseñar a las mujeres a manejar sus cuatro elementos: persona, territorio, objetivo y administrativo”.

El proceso dejó avances significativos en la construcción de propuestas regionales para la formulación y consolidación de acciones traducidas en protocolos o estrategias de custodia para el acceso a la justicia indígena, en Cauca, Nariño y Chocó. Estos aportes, enriquecidos mediante ejercicios colectivos de reflexión, servirán como insumo para la proyección de un protocolo nacional que articule los aprendizajes territoriales con principios de interculturalidad, autonomía y equidad de género.

Instituciones como la Defensoría del Pueblo y la Procuraduría destacaron el valor del encuentro y asumieron compromisos para acompañar la participación de las mujeres indígenas en los espacios de diálogo, articular esfuerzos interinstitucionales y garantizar que lo aprendido se traduzca en resultados concretos en los territorios. “Como Defensoría nos llevamos muchísimos compromisos. Esta discusión entreteje temas de liderazgo y de Acuerdo de Paz; tenemos la tarea de articular a las instituciones y de posicionar las necesidades de las mujeres indígenas, pensando cada vez más en líneas de trabajo con sus organizaciones. Nuestro compromiso es hacer seguimiento a la participación de las mujeres indígenas en los escenarios de diálogo”, señaló Diana Carolina Pajoy, Apoyo Técnico Territorial de ProDefensoras en Cauca.

De igual forma, desde la Procuraduría General de la Nación, la Asesora de la Procuraduría delegada para el Seguimiento al Acuerdo de Paz, Angélica Barbosa, resaltó que “es muy motivador ver a mujeres como ustedes accionando por los derechos en los territorios y pensando en las nuevas generaciones. Los compromisos son muchos, y vamos a acompañar este proceso de las mujeres indígenas, que nos permite conocer de primera mano lo que ocurre en el territorio, donde muchas veces no logramos poner la lupa, garantizando así mejores resultados. Reconocemos que las mujeres han puesto no solo la justicia, sino también la pervivencia en los territorios”.

Los compromisos colectivos, la sistematización de experiencias y la definición de líneas de trabajo conjuntas se consolidan como pasos claves hacia un fortalecimiento real del acceso a la justicia para las mujeres indígenas en Colombia, reconociendo que la resistencia y la justicia son caminos inseparables para la vida y la pervivencia de los pueblos.

FUENTE: ONU MUJERES


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