septiembre 26, 2025
Cuidar y ser madre en Colombia empobrece

El año pasado Colombia tuvo por primera vez la cifra más baja de nacimientos registrados según el Dane. La conversación se centró en que cada vez menos mujeres quieren tener hijos y en cómo eso puede afectar cosas como las pensiones, la educación y el envejecimiento poblacional, pero poco se habló de qué implica ser madre en el país.
Desde la pandemia el número de hogares liderados por mujeres creció.
8,5 millones de hogares tienen jefatura femenina, es decir, el 46 por ciento del total en el país, según la Encuesta de Calidad de Vida del Dane de 2024. De los 8,5 millones, 7,4 están liderados por madres, de las que 4,7 son madres solteras.
Pero este dato no es una muestra de empoderamiento y autonomía. En realidad esconde que cada vez hay más hogares empobrecidos y con cargas desiguales para quienes lo sostienen. No es lo mismo hacerse cargo de un hogar en donde las otras personas trabajan y asumen sus propias responsabilidades que sostener uno en el que todos dependen de una sola persona.
Según un informe de la fundación WWB, estas mujeres sostienen a la mitad de los colombianos, pero con menos ingresos, menos tiempo y mayores responsabilidades que los hombres en su misma posición.
Otros datos también sostienen esta idea.
La mayoría de las mujeres jefes de hogar sostienen a sus familias sin una pareja o persona con la que puedan compartir las cargas, tanto de cuidado como económicas, mientras que casi el 71 por ciento de los hombres en esa misma posición cuentan con una pareja para ello.
Según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo del 2020 y 2021, las mujeres jefas de hogar trabajan en promedio 1 hora y 20 minutos menos al día en actividades pagas. Es decir que menos de la mitad se la puede destinar la mayor parte de su tiempo a actividades pagas, frente al casi 80 por ciento de los hombres que sí lo hace. Esto se traduce en menores posibilidades de tener trabajos remunerados que les permitan recibir más plata.
Entonces, la plata no alcanza de la misma forma para todos. Los hogares liderados por mujeres tienen un ingreso mensual promedio inferior a 1,2 millones de pesos, que deben repartir entre más personas que los encabezados por hombres. Dicho de otro modo, tienen menos plata y la deben estirar para más bocas.
A esto se suma que ellas asumen más responsabilidades de cuidado especial. En más de la mitad de los hogares liderados por mujeres vive al menos un niño menor de cinco años o un adulto mayor de 60.
Para la socióloga Kandy Valencia estas condiciones se relacionan directamente con la caída de la natalidad. La falta de políticas integrales que permitan a las mujeres conectar sus proyectos familiares con los profesionales y personales muestra que en Colombia cuidar y ser madre empobrece.
Reducir la discusión sobre natalidad a que las mujeres no quieren ser madres y a una cuestión de autonomía ignora que muchas ya cargan con el cuidado de la mitad de los colombianos sin garantías ni redes de apoyo. Más que cuestionar sus decisiones, lo urgente sería reconocer el cuidado como un derecho y una tarea compartida por todos.
FUENTE: LA SILLA VACIA