marzo 25, 2022
“Huellitas del Futuro”: el centro de cuidado de hijos de la paz
Este espacio abrió sus puertas este mes en el centro poblado Georgina Ortiz, en Vistahermosa (Meta), como alternativa para que las excombatientes puedan trabajar.
Desde que las mujeres excombatientes llegaron al centro poblado Georgina Ortiz, en Vistahermosa (Meta), tuvieron dos propósitos claros: crear un espacio libre de violencias de género y pensar cómo resolver mejor el cuidado de los niños y las niñas.
“Creo que uno de los retos más grandes es la parte del cuidado de los niños, porque para poder venir a trabajar al taller de costura se requiere que ellos estén en un sitio de cuidado”, explicó Elvia Arroyabe, coordinadora del proyecto Hilos de Paz, que nació hace cinco años tras la firma del Acuerdo de Paz.
Uno de los primeros pasos en este antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) fue crear un Comité de Género, desde la junta de acción comunal, para elaborar estrategias de prevención de violencias y eliminación de brechas entre hombres y mujeres dentro del Centro Poblado. Empezaron con capacitaciones y formación en empoderamiento femenino, que luego se fueron consolidando en proyectos productivos en los que las mujeres fueran el centro de ejecución y las principales beneficiarias. Justamente uno de ellos es Hilos de Paz, un proyecto de costura donde están inscritas 28 mujeres que producen y venden faldas, pijamas y ropa deportiva.
El plan no era solo tener una idea de negocio con enfoque meramente productivo, sino que fuera una salida económica que también tuviera en cuenta las tareas de cuidado que generalmente estaban a cargo de ellas. Así crearon el centro de cuidado “Huellitas del Futuro”, inaugurado a inicios de marzo de este año y que es un lugar seguro para los niñas y las niñas que nacieron o viven en el centro poblado.
Huellitas del futuro fue construido con colectas y donaciones internacionales. / Terumoto Fukuda.
“Decidimos conformar un comité de cuidado que esté a cargo de ‘Huellitas del Futuro’. Su construcción fue el fruto de una recolecta entre los proyectos productivos que tenemos acá de caña, cacao, turismo y sacha, así como de donaciones de los garantes, como Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Con todos esos recursos se logró hacer este centro de cuidado”, resaltó la coordinadora de Hilos de Paz.
El Comité de Cuidado lo conforman cinco mujeres, dos de Hilos de Paz, dos de la Asociación Mujeres Emprendedoras por la Paz, también creada en este ETCR, y otra externa de estos grupos, pero que vive allí.
Actualmente el centro atiende a los hijos e hijas de las 15 mujeres que están trabajando en Hilos de Paz. “Empezamos con ocho niños y niñas de las mujeres de ese proyecto y el resto lo iremos cubriendo en la medida en que se necesite. Por ejemplo, hoy funciona así: si yo tengo un hijo, no estoy trabajando directamente en el proyecto, pero debo ir a una reunión fuera de aquí, entonces puedo ir y organizar para dejar a mi niño en el centro. Así podemos cubrir las necesidades más urgentes de las mujeres”, afirmó Natalia Rivera, integrante de la junta de acción comunal.
En el proyecto de costura trabajan 28 mujeres reincorporadas / Terumoto Fukuda.
Las organizaciones que han apoyado estos procesos han sido principalmente internacionales, como PNUD, ONU, Limpal y FAO. Según Rivera, la articulación con entidades estatales, como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), ha sido complicada porque hay demoras en las respuestas y en la contratación del personal que se requiere. “Con el ICBF se ha tratado de tener los primeros acercamientos por medio de la Alcaldía y la Gobernación, pero hasta la fecha no tenemos una respuesta concreta ni han contratado al operador del Meta. Estamos a la espera para generar esos diálogos y que se implemente la modalidad de cuidado que queremos acá”, recalcó.
Las mujeres del ETCR quieren implementar un plan de cuidado intercultural, donde ellas definan las estrategias educativas, los contenidos, la formación frente a violencias de género e incluso capacitar a las mujeres del centro poblado para que sean quienes profesionalmente lideren el cuidado infantil en ese lugar. Para ello, Rivero señaló que buscan entidades que les ayuden con esos objetivos. “Queremos sentarnos con las organizaciones que se quieran comprometer a apoyar la creación de esta estrategia y a pensar cómo va a quedar el enfoque de género para la educación de nuestros niños. Creemos que si queremos empezar a romper todas estas barreras, los estereotipos de machismo y la violencia de género, hay que comenzarlo a hacer con los chiquitos”, aseveró Rivero.
El proyecto incluye la formación de nuevos liderazgos y la autonomía económica de las mujeres. “Este es un punto importante, porque ese tipo de violencia es el que más genera otras de otros tipos dentro de los hogares”, aseguró Rivero.
Actualmente, “Huellitas del Futuro” cuenta con una dotación básica de sillas, mesas, juegos y libros, con la que abrieron sus puertas a comienzos de este mes. Sin embargo, no tienen implementos de cocina para suplir la alimentación de los niños y las niñas que están asistiendo. Por eso, el Comité de Cuidado de la junta de acción comunal ha organizado “vacas” o recolectas entre los padres de familia para comprar entre todos la comida de los niños y las niñas.
Mujeres emprendedoras por la paz
La Asociación Mujeres Emprendedoras por la Paz, creada por las firmantes de paz de ese antiguo ETCR, busca impulsar el empoderamiento femenino y la independencia económica de las mujeres. Bajo esa sombrilla nacieron los proyectos Hilos de Paz, la miscelánea Mujeres sin Fronteras y otro más de ganado multipropósito para la venta de leche, productos lácteos y carne.
Cerca de 28 mujeres conforman esta asociación y se benefician de esas iniciativas económicas. “Lo que nosotras queremos aquí como mujeres reincorporadas y mujeres rurales es la autonomía económica. No depender de alguien o de la pareja, salir adelante con nuestros hijos por más dura que sea la situación que se presente”, dijo Sandra, reincorporada y una de las beneficiarias.
“Queremos demostrar a las demás mujeres que no debemos estar siempre en las labores de la casa, que también tenemos capacidades, que podemos prepararnos y vincularnos a estos proyectos”, afirmó por su parte Elvia Arroyave, coordinadora del proyecto Hilos de Paz, cuyo liderazgo surgió de esa asociación.
FUENTE: EL ESPECTADOR