diciembre 4, 2019
Elsa, una niña trans de ocho años, ante la Asamblea de Extremadura: «No permitan que nadie nos arrebate la felicidad»
«Me llamo Elsa y tengo 8 años. No es la primera vez que se habla de mí en este sitio, en la Asamblea de Extremadura. Hace cuatro años vino mi madre y estuvo contando cuál era mi historia. Soy una chica transexual, vivo en Arroyo de San Serván [Badajoz] y en los cuatro últimos años he vivido un camino muy importante: el camino a mi felicidad». El discurso de Elsa, parte de la organización ‘Fundación Triángulo’, sobrecogió a los presentes en la Asamblea de Extremadura durante el cuarto pleno escolar contra el bullying por la LGTBIfobia.
La niña agradeció en su intervención a sus compañeras y compañeros de colegio «comprender» cómo es «desde el primer día»: «Sin embargo, sigue siendo necesario recordar que tengo el derecho a ser llamada como yo me siento y que, cuatro años después, las equivocaciones son un poco raras. Como si alguien pudiera dudar de que yo soy una niña trans».
El discurso de Elsa finalizó con un llamamiento a la política para continuar, «pese a las amenazas», haciendo leyes que reconozcan la diversidad. «Por encima de todo, las personas transexuales tenemos el derecho a ser quienes somos. No permitan que nadie nos arrebate la felicidad. Gracias».
El discurso de Elsa
Me llamo Elsa y tengo 8 años. No es la primera vez que se habla de mí en este sitio, en la Asamblea de Extremadura. Hace cuatro años vino mi madre y estuvo contando cuál era mi historia. Soy una chica transexual, vivo en Arroyo de San Serván y en los cuatro últimos años he vivido un camino muy importante: el camino a mi felicidad. Estoy en el Colegio Nuestra Señora de la Soledad, de mi pueblo, y allí he tenido la suerte de que mis compañeros y compañeras han comprendido cómo soy desde el primer día.
Sin embargo, sigue siendo necesario recordar que tengo el derecho a ser llamada como yo me siento y que, cuatro años después, las equivocaciones son un poco raras. Como si alguien pudiera dudar de que yo soy una niña trans. Quiero decir que en el fondo tengo la suerte de haber nacido en mi pueblo, allí todo el mundo sabe que soy una chica diferente, una chica trans, y me siento querida y respetada. Todo el mundo me conoce.
Pero de todo lo que tengo que decir hoy, lo más importante es esto: señoras y señores que se dedican a la política, sigan pese a las amenazas haciendo leyes que reconozcan que las personas somos diversas. Por encima de todo, las personas transexuales tenemos el derecho a ser quienes somos. No permitan que nadie nos arrebate la felicidad. Gracias.
FUENTE: https://www.eldiario.es/