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agosto 9, 2018

“La calle ya se ganó”: Argentina, dividida, promete seguir luchando por el aborto legal


El Senado argentino rechazó este jueves un proyecto para legalizar el aborto, aprobado en primera instancia por los diputados, al cabo de un apasionado debate seguido por decenas de miles de personas en los alrededores del Congreso. ¿Qué sigue?

Argentina sigue dividida. Tras el rechazo del Senado, los partidarios de despenalizar el aborto tendrán que esperar al menos  un año para presentar un nuevo proyecto de ley. Aprobada en primera discusión por la Cámara de Diputados el pasado 14 de junio, la propuesta que habría permitido la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación necesitaba la ratificación del Senado para convertirse en ley.

Pero allí la votación fue de 38 votos en contra, 31 a favor y dos abstenciones.

La decisión fue recibida con un estallido de alegría por los manifestantes que se oponían a la norma, que desde las primeras horas del miércoles, al igual que los partidarios, coparon los alrededores del Congreso.

“Esta votación nos permite darnos un tiempo de reflexión para hacer propuestas superadoras y humanistas para las mujeres vulnerables. No hay vencedores ni vencidos”, dijo a la AFP en tono conciliador Alberto Bochatey, arzobispo de La Plata y encargado por la Conferencia Episcopal para el diálogo con el parlamento en este tema.

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En cambio, Amnistía Internacional consideró que la decisión “representa la pérdida de una oportunidad histórica para el ejercicio de los derechos humanos de mujeres, niñas y personas con capacidad de gestar”.

Entre los que apoyaban el sí, reconocidos por sus pañuelos verdes, la reacción osciló entre la tristeza y la rabia. Algunos lanzaron piedras y quemaron basura, mientras la policía los disolvía con chorros de agua y gases lacrimógenos.

Los incidentes, aislados, dejaron siete detenidos, según la policía.

“Nunca creímos que íbamos a llegar hasta acá, y tenerlo tan cerca y que se nos escape de las manos da mucha bronca e indignación”, dijo a la AFP Mailén, una manifestante de 24 años.

“¡Qué sea ley!”, como un grito de guerra centenares de mujeres siguieron repitiendo la consigna esperanzada, cuando entrada la madrugada del jueves el Senado argentino sentenció el fin del proyecto de legalización del aborto.

Tras más de 17 horas siguiendo el debate en la calle, muchas resistían en los alrededores del Congreso. Decenas de miles de manifestantes se habían ido empujadas por el frío y una lluvia por momentos torrencial y la cada vez mayor certeza de que el resultado sería adverso.

Cerca de las 3 de la madrugada, cuando se hizo realidad el rechazo al proyecto, estalló la bronca del lado verde, el que identifica la lucha por la legalización del aborto.

Del otro lado de la plaza del Congreso, separados por varias filas de vallas y policías, los celestes ‘Pro-vida‘, como se autodenominan los que rechazan la legalización, festejaban con algarabía y fuegos artificiales.

“Esto recién empieza, no podrán detener la marea feminista que vino a cambiar Argentina. Más temprano que tarde será ley”, escribió en la red social Twitter apenas terminada la sesión en el Senado, la diputada Victoria Donda, una de las impulsoras del proyecto en el Parlamento.

A 700 metros del recinto, una pantalla gigante transmitía el debate en directo. “Fuera macho, fuera macho”, gritaban cuando hablaba un senador contrario a la legalización del aborto.

La calle ganada 

“Vamos a seguir peleándola, vamos a tener que seguir poniendo el lomo, como hacemos hace un montón de años”, dijo Sofía Spinelli, de 26 años, que marchaba junto a su agrupación política Marabunta.

Para Spinelli, “se vivieron jornadas históricas porque antes éramos muchas pero nunca tantas. En la calle ganamos pero la representación política no es fiel a lo que pasa en la calle”, se lamentó. Para las más jóvenes fue su primera lucha pero también su primera derrota. Muchas lloraban.

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“Hay un retroceso más legal que social. Las pibas (chicas) hicimos todas un avance. En la calle el aborto ya es legal, en los barrios el aborto es legal, los que no se dieron cuenta son los que están en el Senado”, se lamentó Mailén, de 24 años, de la agrupación Miguelito Pepe que trabaja con jóvenes en barrios carenciados.

Con los ojos enrojecidos por el llanto, la joven admite: “Tenerlo tan cerca y que se nos escape de las manos da mucha bronca e indignación”.

Las más veteranas recomendaban alejarse de la zona para evitar violencia y no caer en provocaciones. Momentos más tarde, cerca del Congreso, hubo disturbios entre algunos rezagados. Ocho fueron detenidos.

 

“Nosotras ganamos un millón y medio de jóvenes y si los senadores votan en contra de la ley, seremos nosotras las que pasaremos a la historia. Si no es ley mañana (por este jueves) será el año próximo”, había dicho temprano la abogada Nelly Minyersky, de 89 años, una de las líderes históricas de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

Más temprano que tarde 

Los impulsores de la legalización del aborto aseguraron que no se darán por vencidos.

“El futuro no le pertenece al no. Más temprano que tarde las mujeres van a tener la respuesta normativa que necesitan. Más temprano que tarde el sí va a ganar este debate”, dijo el senador Miguel Angel Pichetto, jefe del bloque del Partido Justicialista (peronista) en su discurso de cierre.

Sectores a favor de la ley evalúan convocar un referéndum.

“Cuando hay una Cámara que opina de una manera y otra que piensa de otra manera, en caso de que sea rechazado, demuestra que la representación del pueblo está dividida. Eso amerita, tal vez, un sistema de decisión de democracia directa que prevé la Constitución a través de la consulta vinculante. Es posible que propongamos esto”, adelantó Daniel Lipovetzky, diputado del oficialista Cambiemos y que tuvo a su cargo el debate en la Cámara baja.

Argentina, país del papa Francisco, tiene gran influencia de la Iglesia católica. Sin embargo, en 2010 se convirtió en pionera en la región al aprobar el matrimonio igualitario.

En América Latina, el aborto solamente es legal en Cuba, desde 1965, y Uruguay, desde 2012. También se permite en la Ciudad de México.

Con el rechazo del Senado, las únicas posibilidades de realizarse un aborto en Argentina seguirán siendo cuando corra peligro la vida de la mujer o cuando el embarazo sea producto de una violación.

Sin proyecto alternativo

En la sesión, intervino la expresidenta y actual senadora Cristina Kirchner, en su primera aparición pública en semanas.

Al defender la iniciativa, Kirchner sostuvo que “se puede estar de acuerdo o no, pero lo más grave de esta noche es que estamos rechazando un proyecto sin proponer nada alternativo y la situación va a seguir siendo la misma”, en alusión a los abortos clandestinos que ONG calculan en unos 500.000 al año.

Kirchner, que durante sus dos mandatos (2007-2015) se rehusó a presentar el proyecto de ley, aseguró en el Senado que “fueron las miles de chicas que se volcaron a la calle quienes me hicieron cambiar de opinión”.

El presidente Mauricio Macri, impulsor del debate, sostuvo que “no importa cuál sea el resultado, hoy ganará la democracia”. Sin embargo, varios senadores que estaban a favor de la propuesta criticaron que no haya promovido con más fuerza la iniciativa.

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Verdes vs. celestes 

Durante toda la jornada, decenas de miles de manifestantes a favor de la legalización, identificados con pañuelos verdes, y los que se oponían, que usan el color celeste, se mantuvieron apostados en los alrededores del Congreso.

“Esto no es aborto sí o aborto no, es aborto legal o aborto clandestino”, afirmó Adriana Saucedo, de 57 años, en alusión a uno de los lemas de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, lanzada hace 15 años.

Entre los celestes, el sacerdote Federico Berruete, de 35 años, se congratuló por lo que consideró “una gran muestra de fe”. “Mucha gente se ha movilizado para un país más humano. Hay que defender al niño por nacer”, afirmó.

FUENTE: SEMANA


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