agosto 28, 2025
Mujeres lideran búsqueda de víctimas de desaparición forzada en Colombia

Katy Fuentes llegó a la escuela con recortes de periódicos y revistas para un ejercicio de lectura en clase.
Cuando se acercó a una compañera para ver sus recortes, Fuentes se sorprendió al ver una foto de su padre, Wilson Fuentes, junto con la noticia de que tres meses antes, el 14 de enero de 1990, se lo había llevado por la fuerza un grupo paramilitar en un camión y, posiblemente, lo habían asesinado junto con otras 42 personas, en el departamento de Córdoba, Colombia.
Fuentes tenía entonces 13 años y su vida cambió. Su madre le había dicho que su padre se encontraba de viaje, sin contarle que aquella noche no regresó de Pueblo Bello para celebrar el cumpleaños de su hermana. Al día siguiente, Fuentes, sin saber que no volvería a ver a su padre, salió con su madre y su hermana a otra ciudad.
“Yo me llené de tristeza en ese momento”, dijo.
Siete años después, Fuentes se unió al Comité Coordinador del Caso Pueblo Bello, una de las muchas organizaciones de víctimas de desaparición forzada en Colombia creadas para determinar el paradero de miles de personas desaparecidas durante el conflicto armado en el país sudamericano.
“Desde ese momento me convertí en lideresa y defensora de los derechos humanos”, explicó Fuentes. “No me veo en la vida sin defender derechos humanos. No he encontrado a mi papá y lo sigo buscando, aunque también me estoy preparando por si no encuentro sus restos. Me alienta que puedo ayudar a otros familiares de personas desaparecidas y cuando ellas encuentran a sus familiares es un poco como si yo encontrara a mi papá”.
En el caso de Pueblo Bello, por el cual el Estado colombiano fue condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 2006, hombres fuertemente armados pertenecientes a un grupo ilegal llamado Los Tangueros llegaron al pueblo en dos camiones y se llevaron a 43 campesinos escogidos al azar, entre ellos el padre de Fuentes.
Los 43 campesinos fueron torturados y asesinados como venganza por la desaparición de 43 cabezas de ganado unos meses antes, un hecho que los paramilitares atribuyeron a grupos guerrilleros. La sentencia de la Corte estableció que el ejército colombiano permitió a los paramilitares llegar al pueblo y cometer los crímenes.
132,877 personas desaparecidas
Según la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, una entidad del Estado colombiano creada tras el histórico acuerdo de paz de 2016 entre la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno, en Colombia hay 132,877 personas desaparecidas por razones relacionadas al conflicto armado.
Las mujeres — madres, hijas, esposas, hermanas, abuelas — han tenido un rol protagónico en la búsqueda y el liderazgo de las organizaciones de familiares de víctimas de desaparición forzada en Colombia.
Pese a sufrir amenazas e incluso violencia física en algunos casos, estas mujeres han tomado la iniciativa para denunciar y visibilizar las desapariciones forzadas, liderando la exigencia por la rendición de cuentas, la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición.
ONU Derechos Humanos, presente en Colombia desde 1997 con el mandato de monitorear violaciones de derechos humanos, ofrecer cooperación técnica al Estado y a la sociedad civil, informar sobre la situación de derechos humanos y promoverlos, realiza un trabajo integral para avanzar en la lucha contra la desaparición de personas, incluido el acompañamiento a víctimas, familiares y colectivos.
Una política pública de Estado
En los últimos tres años, ONU Derechos Humanos ha acompañado, asesorado y hecho incidencia ante las autoridades del Estado en la elaboración de una política pública para la búsqueda de personas y para la prevención de la desaparición forzada, con enfoque de derechos humanos.
“La Oficina acompaña a organizaciones y familiares de personas desaparecidas en el fortalecimiento de su conocimiento en estándares internacionales relacionados con la búsqueda y la prevención de la desaparición forzada”, dijo Scott Campbell, Representante en Colombia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
“Katy ha sido una de las personas a quienes acompaña la Oficina”.
“Una buscadora es una persona que tiene un familiar desaparecido. Representamos la voz de las personas que no se atreven a mencionar la desaparición. Nos metemos al territorio, al cementerio, a las zonas de riesgo, a los espejos de agua para buscar personas desaparecidas, y necesitamos que nos reconozcan”
Para Fuentes, el acompañamiento de la Oficina es clave.
“El acompañamiento de la Oficina da legitimidad a nuestra labor ante las autoridades y le insisten al Estado para que tenga en cuenta nuestra experiencia y para que participemos efectivamente y se desarrolle una política pública de búsqueda de nuestros familiares, que cuente con nosotros”, dijo Fuentes.
“Además, ONU Derechos Humanos ayuda a que el Estado se articule y coordine, porque uno de los problemas de la búsqueda es que las autoridades no se complementan en su labor, y son negligentes”.
FUENTE: https://www.hchr.org.co/