febrero 13, 2025
Afganistán: CPI reconoce la persecución de personas LGBT bajo el régimen talibán

En un accionar histórico, la Corte Penal Internacional (CPI) reconoció la persecución de personas LGBTIQ+ como una violación sistemática a los derechos humanos. Recopilamos el panorama de los derechos de esta población en Afganistán.
El pasado 23 de enero, por primera vez, la Corte Penal Internacional (CPI) mencionó explícitamente a las personas LGBTIQ+ en una orden de detención, reconociendo que esta población en Afganistán se enfrenta a una persecución “sin precedentes, desmedida y continua” por parte de los talibanes. Karim Ahmad Khan, fiscal de la CPI, solicitó el arresto de dos altos líderes talibanes, Haibatullah Akhundzada y Abdul Hakim Haqqani, acusándolos de presuntos crímenes de lesa humanidad, con un enfoque específico en la violencia contra mujeres, niñas y personas queer.
Se trata de un hito histórico, pues nunca antes la persecución de la diversidad sexual y de género había sido reconocida explícitamente en el derecho penal internacional, mucho menos en el contexto afgano. “Las pruebas recopiladas evidencian un patrón sistemático de discriminación, violencia y persecución contra personas LGTBI”, declaró Khan en un comunicado. Aunque la CPI no cuenta con mecanismos para ejecutar dichos arrestos, esta declaración establece un precedente que podría impulsar acciones internacionales más contundentes.
Como explica Julia Ehrt, directora ejecutiva de la Asociación Internacional de Personas Lesbianas, Gais, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA Mundo), es una acción pionera que el tribunal internacional reconozca la orientación sexual, la identidad de género y la expresión de género entre los motivos de las violaciones de los derechos humanos. “Estas órdenes de detención arrojan luz sobre violaciones de derechos humanos que la sociedad civil lleva mucho tiempo documentando y que el mundo no puede seguir ignorando”, añadió la activista.
Si bien Afganistán nunca ha sido realmente un país en que las personas LGBTIQ+ puedan vivir y ser libremente, desde que los talibanes volvieron al poder en 2021, la población sexo diversa ha sido perseguida y amenazada. Las personas queer, en especial hombres homosexuales y personas trans, han sufrido detenciones, violencia sexual y asesinatos que han sido documentados por organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch (HRW). Esta última organización estima que al menos 200 personas queer han sido asesinadas por el régimen en los últimos años.
Desde entonces, muchas personas LGBTIQ+ han optado por ocultarse, cambiando sus identidades y cortando lazos con sus familias por temor a ser expuestas. La situación es particularmente grave fuera de ciudades como Kabul, donde la visibilidad dentro de sus comunidades las convierte en objetivos fáciles de violencia. HRW, en 2023, también reportó casos en los que los talibanes “cazan” activamente a personas LGBTIQ+ mediante aplicaciones y comunidades en línea, lo que ha obligado a muchas a eliminar por completo su presencia digital.
¿Hubo derechos LGBTIQ+ en Afganistán antes de los talibanes?
Históricamente, Afganistán ha sido gobernado por normas conservadoras religiosas y culturales fundamentadas en el Islam, que rechazan las identidades no heteronormativas. Aunque algunos investigadores, como Hafizullah Emadi, señalan que existían relaciones entre personas del mismo sexo en la sociedad afgana antes del autoritarismo talibán y su interpretación extrema de la Sharía o Ley Islámica, generalmente eran relaciones clandestinas debido a los estrictos tabúes sociales.

Incluso bajo gobiernos anteriores, incluyendo los respaldados por países de Occidente, como Estados Unidos, las relaciones homosexuales eran ilegales, y las personas LGBTIQ+ podrían llegar a enfrentar represalias públicamente. Sin embargo, como relata Emadi, existían pequeñas comunidades en las que personas sexo disidentes podían encontrar apoyo, y se había logrado cierta conciencia sobre la existencia de los derechos LGBTIQ+.
Antes de 2021, un pequeño grupo de activistas y organizaciones LGBTIQ+ operaban discretamente en Afganistán, proporcionando espacios seguros y redes de apoyo. Algunas plataformas de redes sociales y aplicaciones de citas permitían a esta población conectarse, aunque, como afirman desde ILGA, no estaban exentos de riesgos de chantaje, ataques grupales, asesinatos de “honor” o castigos públicos.
Con la “caída de Kabul” (como se conoce a la derogación del gobierno afgano el 15 de agosto de 2021 y el retorno al poder de los talibanes), la esperanza de algún avance se desvaneció. Los espacios seguros desaparecieron y las pocas personas LGBTIQ+ visibles se convirtieron en blancos de una represión brutal. “No tenía opción; sabía que si me quedaba, moriría”, es una frase que se repite varias veces en el reporte En la sombra de los talibanes: historias no contadas de persecución LGBTIQ+ en Afganistán, del colectivo Afghan LGBTIQ+.
Las dieciséis historias documentadas por el colectivo provienen de varias regiones dentro de Afganistán, y la mayoría de las personas sobrevivientes han buscado refugio en Europa o países vecinos, lo que podría suponer un desplazamiento forzado. Sus testimonios comparten similitudes y retratan un patrón sistemático de abuso y degradación, basado en su orientación sexual, identidad de género y expresión de género.
Por esto, el reconocimiento por parte de la CPI de la persecución de personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas en Afganistán como un presunto crimen de lesa humanidad se interpreta también como un llamado a la comunidad internacional para proteger a está población, que, en medio de represalias, no puede buscar ayuda en instituciones estatales, pues estas facilitan activamente su opresión.
Algunos países, como Canadá, el Reino Unido y Alemania, han implementado programas de asilo de emergencia, pero estos han sido criticados por su lentitud y burocracia. Según Amnistía Internacional, solo el 15% de las solicitudes de asilo de personas afganas queer han sido aprobadas en los últimos dos años.
FUENTE: EL ESPECTADOR