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enero 22, 2025

Libros sobre mujeres y LGBTIQ+ enfrentan censura: ¿qué está pasando?


En algunos países la censura literaria ha tomado fuerza, restringiendo libros relacionados con temas de mujeres y poblaciones vulnerables. ¿Qué está pasando? Las expertas explican.

Los intentos de censura literaria están tomando fuerza en diferentes partes del mundo, afectando el acceso a libros que abordan temas sobre los derechos de las mujeres y de la población LGBTIQ+, la igualdad de género, la sexualidad, y la diversidad. Países como Estados Unidos, Hungría, España y Argentina han protagonizado algunos de los casos más recientes de censura, evidenciando un fenómeno que busca limitar la representación de cierto tipo de poblaciones que históricamente han sido vulneradas.

En entrevista con El Espectador, Dora Barrancos, investigadora, historiadora y feminista argentina, explicó que estas acciones no son hechos aislados, sino que forman parte de lo que ella denomina una “batalla cultural”, un conflicto ideológico entre visiones opuestas sobre los valores y narrativas aceptables en la sociedad actual. Según Barrancos, este tipo de acciones de censura responden a un programa promovido por sectores de extrema derecha, cuyo objetivo es revertir los avances sociales y los derechos ya ganados de las mujeres, la población LBGTIQ+ y las comunidades racializadas.

De acuerdo con la investigadora, la censura literaria, no solo implica la eliminación de textos, sino que también se usa como una forma de controlar las ideas en discusión. “Estas restricciones representan un retroceso en la libertad de expresión y la igualdad de género, impactando directamente en la educación de las nuevas generaciones”, afirmó.

La censura de libros se está expandiendo en varios países

El caso más reciente ocurrió en Argentina en noviembre de 2024, cuando la Fundación Natalio Morelli presentó una denuncia contra Alberto Sileoni, director de Cultura y Educación de Buenos Aires, por la distribución de libros como “Cometierra” de Dolores Reyes, “Las aventuras de la China Iron” de Gabriela Cabezón Cámara y “Las primas” de Aurora Venturini en las escuelas del país. La fundación argumentó que estas obras contenían contenido sexual explícito, lo que generó preocupación entre algunos padres y miembros de la organización. Sileoni defendió la inclusión de los textos, aclarando que estaban destinados a estudiantes mayores de 16 años y acompañados de materiales pedagógicos complementarios. Aunque la denuncia suscitó un amplio debate público, los libros permanecieron en las bibliotecas escolares.

El avance de las posiciones ultraconservadoras en torno a la censura literaria no es casual ni aislado. Según Barrancos, este movimiento conecta a líderes como Viktor Orbán en Hungría, Giorgia Meloni en Italia y partidos como Vox en España, quienes comparten estrategias discursivas y políticas dirigidas a restringir contenidos culturales que consideran “una amenaza a los valores tradicionales”.

En 2021, el gobierno de Orbán en Hungría implementó la llamada “ley de propaganda”, que prohibió la promoción de libros infantiles con personajes de orientaciones sexuales diversas en escuelas y medios de comunicación. Mientras que en España, partidos políticos como Vox han intensificado los intentos de censura, incluyendo el veto de películas y obras literarias bajo justificaciones ideológicas, así como intentos de retirar de las bibliotecas públicas libros de educación sexual, tildándolos de ser contenidos pornográficos.

La censura también se extiende a Estados Unidos. En el curso escolar 2023-2024, la organización PEN America documentó más de 10,000 prohibiciones de libros, principalmente en estados como Florida e Iowa. La mayoría de estas obras también abordaban temas relacionados con diversidad sexual, racial y de género, lo que demuestra que son contenidos censurados a partir de una única posición ideológica.

Para María Margarita López, historiadora y gestora cultural, esta situación no es nueva. “Históricamente, las mujeres y otras poblaciones marginadas fueron excluidas del derecho a publicar y expresar sus ideas. Incluso cuando los hombres dominaban la escritura, muchas ideas revolucionarias también fueron censuradas”, añadió. Casos emblemáticos como El origen de las especies de Charles Darwin, Los derechos del hombre de Thomas Paine y La riqueza de las naciones de Adam Smith, libros que han sido prohibidos a lo largo de la historia a pesar de ser fundamentales para el desarrollo de los derechos humanos, los principios democráticos, la economía, la ciencia y el pensamiento racional.

La “batalla cultural” se digitaliza

La censura de contenidos relacionados con temas de mujeres y poblaciones históricamente vulnerables no se limita a las obras literarias o políticas gubernamentales; también se refleja en los entornos digitales. Según López, fenómenos como la cultura de la cancelación y las dinámicas propias de las redes sociales han modificado la forma en que se expresan y debaten ideas en línea, lo que evidencia las tensiones entre valores progresistas y sectores conservadores. Estas tensiones han llevado a reacciones diversas, incluyendo intentos de restringir ciertos discursos, a menudo desde la desinformación y los prejuicios.

En este contexto, López subraya que la censura actual no siempre es visible, pero puede tener un impacto significativo en la circulación de ideas. Al mismo tiempo, destaca que el entorno digital contemporáneo permite la coexistencia de múltiples voces y perspectivas, a pesar de las polarizaciones, reflejando tanto los retos como las posibilidades del debate público en la era digital.

FUENTE: EL ESPECTADOR


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