La mujer, quien recibió dos disparos que comprometieron su columna vertebral, identificó a Luis Alexánder Peña Ávila como uno de los presuntos integrantes de la banda que la atacó el pasado 15 de enero por robarle su camioneta blindada.

Los videos de ocho cámaras de seguridad de alta definición y un testimonio anónimo, quien asegura conocer desde adentro el negocio de los carros robados, son las pruebas clave de la Fiscalía para llevar a juicio a los integrantes de la organización criminal que el pasado 15 de enero, asaltaron y le dispararon en dos ocasiones a una mujer embarazada, por robarle su carro, en el exclusivo sector de Rosales (oriente de Bogotá).

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Las autoridades ya pusieron a disposición de la justicia a dos presuntos miembros de la banda. El primero, identificado como Carlos Andrés Bermúdez Castro, alias Pollito, quien habría intimidado y sometido a la víctima. Ya estuvo en audiencia y fue enviado a prisión. El turno ayer fue para Luis Alexánder Peña Ávila, de 32 años, conocido con el alias de Chiqui, a quien señalan de haber manejado la camioneta Renault Duster blanca robada con la que se cometió el crimen.

Durante la diligencia, en la que se le imputó cargos por tentativa de homicidio, hurto calificado y agravado y porte ilegal de armas, la Fiscalía aseguró que los disparos que recibió la víctima afectaron su columna vertebral, lo que le podrá representar una incapacidad permanente. “Dos de sus vértebras fueron astilladas, es decir destrozadas. Son las que les dan movilidad y soporte a las extremidades inferiores y superiores”, dijo fiscal 305. Sin embargo, el ente acusador precisó que la mujer se encuentra mentalmente bien, lo suficiente para haber reconocido a Peña Ávila como uno de sus presuntos asaltantes.

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De hecho, el pasado 21 de enero, a las 5:40 p.m., se elaboró el acta de reconocimiento fotográfico desde la clínica El Country, en donde permanece la víctima. Ese día, al analizar los fotogramas de los videos en alta definición de las cámaras del edificio, ella identificó a Peña Ávilacomo la persona encargada de conducir la camioneta Renault Duster blanca en la que los asaltantes se movilizaron y huyeron después de propinar ataque.

El asalto

La Fiscalía reveló que la víctima, quien ese lunes estaba comiendo en el centro comercial Andino, fue seguida por la banda delincuencial desde la avenida Caracas con calle 57, donde dejó a una amiga. La mujer llegó a su casa, en su camioneta Toyota blindada, a las 9:30 p.m. “Es un edificio inteligente. Para ingresar, desde los vehículos se requiere oprimir un botón para que el sistema electrónico abra la puerta. Por la estrechez de los parqueaderos, los carros no pueden ingresar normalmente y, por ello, las personas deben hacer una maniobra e ingresar en reversa”, explicó.

En el momento en que daba reversa, la camioneta Duster -que resultó ser robada- obstruyó el censor de entrada e impidió que la puerta se cerrara. En ese instante se bajaron dos sujetos jóvenes y la intimidaron. “Estos sujetos empiezan a golpear el vidrio del carro, pero yo pensé que me estaban pidiendo el celular. Se los di, y uno de ellos metió el brazo por la ventana para abrir el carro. El otro sujeto tenía la pistola y estaba bravo. En ese momento me disparó (…) lograron abrir la camioneta y me tiraron al piso. Caí bocabajo. Ellos se subieron al carro, arrancaron con mi camioneta y se llevaron todo, más de $400.000 en efectivo y tarjetas de crédito”. La víctima, con un proyectil en la vértebra C4 y el otro en el C5, fue trasladada a la Clínica El Country, donde permanece internada desde entonces.  >>> LEA: Los rostros del ataque a una embarazada en Los Rosales

La otra captura

Un hombre, que dice trabajar en el sector del Siete de Agosto y que presuntamente conoce de cerca el negocio del robo de vehículos de alta gama, aseguró que Luis Alexánder Peña Ávila es conductor de taxi y en sus tiempos libres se dedica a robar con alias Pollito y una mujer conocida con el alias de La Gorda, encargada de guardar armas de fuego. “El que manejaba la Duster era Peña Ávila. El nombre completo está en su perfil de Facebook. Él trabaja manejando un taxi y también le gusta hacer vueltas. Es decir, ir a robar. Es blanquito, gordito, bajito (…) Tiene tatuajes en letra gótica en los dedos de la mano”.

Peña Ávila, quien se declaró inocente, fue capturado el 20 de enero -cinco días después del ataque- pero por otro hecho. Las autoridades lo detuvieron en la calle 132 con carrera 130, en la localidad de Suba, con un vehículo marca Suzuki Swift, al parecer robado, y que portaba placas falsas. Aunque fue judicializado por el delito de receptación, en ese momento quedó en libertad de manera inexplicable.

“No importa que usted no haya sido la persona que se apoderó del celular. No importa que usted no haya sido el que accionó el arma de fuego. Pero como conductor de la camioneta, participó en la tarea criminal y de ese acuerdo previo”, indicó el fiscal. A pesar del cúmulo de pruebas presentadas por la Fiscalía, Peña Ávila no aceptó su responsabilidad en los hechos.

Mientras el procesado fue enviado a la cárcel Modelo de Bogotá mientras avanza el proceso en su contra, las autoridades esperan los resultados que le practican a la víctima en la clínica El Country para determinar si la agresión a la víctima afectará la gestación de su bebé. Aún hay dos personas por capturar.

FUENTE: EL ESPECTADOR