mayo 3, 2019
El voto útil de las mujeres:el voto al feminismo
Desde hace menos de 100 años las mujeres tenemos derecho a votar a nuestros representantes políticos y digo “nuestros” puesto que son masculinos y porque son quienes ostentan la esfera de decisión y poder. Si bien es cierto que debemos estar satisfechas porque en estas últimas elecciones generales las féminas vamos a ocupar el 46,8% de los escaños y con ello superar las mínimas cuotas de paridad, también es cierto que va a ser bajo el encabezamiento de partidos cuyos líderes son masculinos. Posiblemente ello para muchas sea motivo de celebración y de un sentimiento de logro en la consecución de la igualdad, pero yo no me voy a conformar hasta no ver en el liderazgo a la mujer.
Entre el escepticismo y la desconfianza que ahora me acompañan no ceso de pensar en el peso, para unos y otros de unos votos que corresponden a una población femenina conformada por un 52% del total, en promesas, proyectos, campañas y manifiestos que han comprado nuestros votos y que una vez conseguidos les sirven para asegurar 4 años de mandato. Sin embargo ¿estamos convencidas de que nos representan? Yo no lo estoy, puesto que los sentimientos y vivencias de las mujeres solo podemos sentirlos y vivirlos nosotras mismas.
El debate sobre la prostitución, sobre la mercantilización de nuestros cuerpos, nos afecta a nosotras. El alquiler de nuestros vientres, esa concepción de vasijas, la entendemos nosotras. La renuncia profesional para atender a nuestros hijos y ancianos, la hacemos nosotras. La entrega de nuestras hijas a padres maltratadores, la padecemos nosotras. El Sap, nos lo diagnostican a nosotras. La precariedad laboral, la sufrimos nosotras. Nos violan a nosotras. Nos revictimizan, a nosotras. Nos someten a nosotras y bajo mi punto de vista los de un lado y los de otro, bajo falsas promesas, nos utilizan a nosotras.
Nuestro voto es útil, para ellos; nuestras necesidades objetivos, para ellos; nuestras carencias son metas, para ellos…. Y cuando se alcanzan quedamos relegadas como siempre se ha hecho.
No me vale una paridad liderada al 100% por elementos masculinos, no me valen cargos de vicepresidenta, vicesecretaria o vice vete a saber que para mujeres. No me vale. Me permite ver avances, pero no me vale.
Prostituta, vasija, madre, consorte pero siempre mujer necesito a una de mi mismo sexo que me represente, porque sé que ella puede comprender mi necesidad y sentir.
Cansada de agrupaciones creadas desde el patriarcado, dónde la mujer, masculinizándose, ha conseguido hacerse un hueco a empujones, Cansada de que mi voto sea útil para las necesidades de otros. Cansada de suplicar, de demostrar, de clamar, de reivindicar, de manifestar, pongo esta vez mi voto en quien sé que me va a representar, el feminismo, que sin duda es el movimiento que ha luchado en la consecución de derechos para las mujeres, ninguno otro más.
A la vuelta de la esquina tenemos las elecciones europeas y quien mejor que las mujeres nos pueden representar. La meta inmediata está en Bruselas en las próximas elecciones; la sororidad en el gobierno de las que vendrán y el empoderamiento y la solidaridad deben ser nuestro objetivo para las siguientes municipales. Unámonos, colaboremos, vigilemos que nuestras papeletas no las escondan en los colegios electorales, peguemos pancartas, expresemos nuestro proyecto, hablemos.
Si es momento de conciencia de género es ahora. Si es momento de posicionamiento, también. Tengamos la Iniciativa feminista que precisamos y no dejemos pasar la oportunidad de que por una vez nuestro voto sea realmente útil. Votemos.