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agosto 13, 2018

El ciclo menstrual cambia el cerebro de las mujeres


Nos han dicho ‘regludas’ e histéricas, pero pocos saben que las hormonas en realidad permiten que seamos más sociables y empáticas.

La regla, por lo general, ha tenido connotaciones negativas. Y lo mismo a ha ocurrido con el ciclo menstrual en general. Cuando el periodo llega, es un encarte; con frecuencia aparece acompañado de incomodidad, cólicos y la posibilidad de que manchemos la ropa. Cuando se va, también tenemos días aburridores, en los que nuestro estado de ánimo anda subido en una montaña rusa. Eso ha llevado a que, a lo largo de la historia, nos tilden injustamente de locas, histéricas, ‘regludas’.

Durante años de estigmatización y estereotipos, poco se ha dicho sobre los efectos positivos del ciclo menstrual en el cerebro de las mujeres. Después del periodo, por ejemplo, las mujeres están más alerta, son más conscientes de todo lo que ocurre a su alrededor. Luego de tres semanas de que ha desaparecido la regla, se convierten en grandes comunicadoras y tienen una muy buena intuición para detectar si las personas con las que se topan tienen algún tipo de miedo que las inquiete. En otros momentos de ciclo su cerebro incluso crece.

Pauline Maki, psicóloga de la Universidad de Ilinois en Chicago, llegó a estas conclusiones después de realizar un estudio con algunos colegas en el Centro de Investigación de Gerontología en Baltimore. Su idea era estudiar la manera en que los niveles de estrógeno afectaban a las mujeres a lo largo de un mes; por lo tanto, las analizaban justo después del periodo (cuando los niveles de estrógeno y progesterona están bajos) y una semana después de la ovulación (cuando las hormonas están en sus niveles más altos).

En los días en los que las mujeres tenían más hormonas en su sistema, empeoraba su habilidad para ubicarse espacialmente –una característica en la que los hombres suelen destacarse sobre ellas–; sin embargo, mejoraban sus capacidades comunicativas –una característica en la que las mujeres suelen destacarse sobre ellos–.  Cuando los niveles hormonales bajaban, su capacidad para ubicarse volvía a ser como antes.

Cuando las hormonas femeninas estaban elevadas, su habilidad para recordar mejoraba. “La memoria inconsciente, esa que trabaja sin esfuerzo, es importante en el desarrollo de habilidades comunicativas”, explica Maki.

Según estas conclusiones, el estrógeno afecta dos partes del cerebro: el hipocampo y la amígdala. El hipocampo es vital para las habilidades sociales, ya que recordar tus propias experiencias te permite entender los comportamientos de otras personas. Y la amígdala nos ayuda a procesar nuestras emociones, especialmente aquellas que se relacionan con el miedo y la decisión de pelear o de huir.

Este estudio parece explicar la relación entre las hormonas femeninas y el hecho de qué las mujeres tengan mejores habilidades sociales, una mayor capacidad de empatía para entender perspectivas del mundo diferentes a las de ellas, y más habilidades comunicativas: “Ellas hablan antes que los hombres –explica Maki–. Son más fluidas en términos verbales que ellos, incluso, tienen una mejor ortografía. Se dice que esta facilidad para comunicarse es una característica de la evolución: hace miles de años, las madres debían ser lo suficientemente articuladas para transmitir información a sus hijos y alejarlos del peligro”.

FUENTE: EL ESPECTADOR


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